En donde los papeles se invirtieron de una manera cruel.
En donde a Yoongi para la obra del colegio le dan el papel de chico malo mientras que al bad boy del instituto le dan el papel de niño bueno.
¿Había una vez? Esperen... ¡Aquí no hay príncipes...
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Los guiones empezaron a ser repartidos por la maestra del club, su gran nariz parecida a una calabaza respiraba tranquilamente, sus manos viajaban a través del papel revisando con cuidado cada párrafo.
En círculo y posición de chinito estaban los alumnos que pertenecían a la causa, cada uno prestaba atención a lo que se iba a venir, uno de ellos con dos grandes lentes en sus ojos escuchaba atentamente.
Aquel pequeño joven de piel blanca y mejillas esponjosas intentaba no dormirse en plena clase, había terminado su partida de videojuegos con su padre muy a la madrugada.
Con su manito derecha fregaba su ojito cansado, intentaba mantenerlo abierto hasta que la hora termine. Cosa que en estos momentos se estaba volviendo una tarea difícil.
—¿Señor Min? ¿Se le metió algo en el ojo?—
La maestra preguntó, saltando en su puesto del susto, el joven acomodó sus lentes torpemente.
—U-Uh... no, solo acomodaba mis lentes— susurrando atropelladamente continuó rápidamente— no v-volverá a pasar—
Asintiendo firmemente la señora de avanzada edad prosiguió a mirar a los estudiantes, con una sonrisa la profesora empezó con la explicación del último proyecto del año.
—Es una obra adolescente, un amor de aquellos que no se olvidan porque te dejan marcan en la piel, aquel sabor de vainilla y miel caducada en tu garganta— caminando alrededor, explicaba— algo bueno y malo al mismo tiempo—
—¿Eso es posible?—
—En la imaginación del ser humano todo es posible, inclusive cuando esa vainilla fue tan deliciosa al principio terminó en daños graves... por ahorita les adelanto que será una obra de mucho trabajo—
Tocando el timbre para salir, la señorita susurró antes de que los estudiantes salieran.
—Entre chicos buenos y chicos malos ¿no es una idea sorprendente?—
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Lisa chillaba sostenida del brazo de su mejor amigo, las miradas para ellos no faltaban pero caminando directamente ni las notaban.
—¿Si lo viste? ¡Parecía un cerdito bebé! — aquella muchacha de cabello naranja pataleaba en el suelo de alegría, mientras jungkook lo veía desinteresadamente—Tenía sueño... La maestra casi lo regaña, esa vieja solo nos usa de marionetas— con un puchero a la vista, jungkook miró por su hombro—
—Es desagradable, lisa no entiendo ¿Cuál es tu obsesión con el niño mimado ese?— su voz algo aniñada se hizo presente, ella con una sonrisilla cómplice le indicó que lo viera—
Allí estaba, Min torpe Yoongi, Min miel Yoongi, Min ositos Yoongi, Min empalagoso Yoongi... sus manos extremadamente blancas apretaban una cuchara de plástico mientras que suavemente cortaba un pedazo de pastel.
Sus rosados labios se abrían y metiéndolo a su boca empezaba a ronronear y cual como un gatito, sin importar que estaba en público, el solo disfrutaba de su comida.
Como babosos jungkook y lisa lo miraban.
—Hasta para comer parece un muñeco— con frustración jungkook agarró la botella de agua y en plena cafetería se la mandó todo de golpe, casi a reventar bebió hasta la última gota—
Miles de muchachas desmayaron, jungkook y su fuerte mandíbula estaban empapados de agua, miles de suspiros se oían. Mientras que el joven yoongi sorprendido y con sus labios en forma de "o" lo miraba.
¿Cómo pudo tomar tanta agua? en sus adentros se preguntaba...
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