Capítulo 18

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—¿Lo viste? ¿Pudiste hablar con él?

Chifuyu apartó la mirada de la ventanilla y observo a Baji. Al igual que Takemichi, sus ojos lucían hinchados y con ojeras debajo de ellos, ambos estaban sufriendo y no poder hacer nada más que observar lo llenaba de frustración.

—¿Lo superara? —realmente quería saberlo, ¿puede una persona quitarle la vida a alguien y continuar viviendo sin abolladuras?

—Le preguntas a la persona equivocada, sabes que jamás he matado a alguien.

—Takemichi es fuerte y aunque siempre lo supe, no lo vi claramente hasta que Hinata murió, pero esto es... temo que no pueda esta vez.

—Señor, llegamos. —anunció el chofer.

—Habla con Mitsuya, el suele estar en el centro de todo cuando esas ordenes se dan.

—¿Mitsuya? —frunció el ceño.

—Al principio Mikey no quería que ninguno de nosotros siguiera ese tipo de órdenes, pero llego un momento en el que necesitaba de alguien de confianza y el único que no dudo en ofrecer su ayuda a la primera llamada fue Mitsuya.

—Mitsuya me odia, no puedo acercarme a él.

—No te odia, solo está un poco molesto, considera tu retirada de la Toman como un acto cobarde, nada más.

—Que alivio.

Ambos salieron del auto, encontrándose con la familia Williams, lo que no sorprendió a ninguno de los dos, después de todo era su hija a quien despedirían. De pie frente a la tumba, se encontraba la Señora Williams y Hiro, el hermano de Rose, quien sostenía y contenía a su madre entre sus brazos, mientras acariciaba su cabello y derramaba lagrimas silenciosas.

El cementerio no tardo en llenarse de sollozos, mientras la ceremonia comenzaba. Varios personajes de la Toman se presentaron, si bien Rose no fue una constante en ese mundo, todos la conocían y no era para menos, ya que, aunque Baji la ignoro la mayor parte del tiempo, el resto no pudo hacerlo. Rose era como una luz brillante entre grises mariposas, las cuales siempre terminaban volando a su alrededor atraídas por ella.

—¿Quieres acercarte? —preguntó Takemichi. 

—No, aquí estoy bien.

Ambos estaban se pie bajo la copa de un árbol, escuchando desde lejos las palabras del orador y el llanto de la familia. Desde la distancia Koko pudo ver a Baji en compañía de Chifuyu y Mikey, quienes con pequeñas palmadas en el hombro daban consuelo a su amigo.

—Es sorprendente lo sinvergüenza que puede llegar a ser la gente.

Takemichi siguió el punto donde los ojos de Koko estaban detenidos, encontrándose con la misma escena. —¿Consuelo?

—¿Aquí? Por favor, eso puede hacerlo desnudo y en la habitación de un hotel. No quiero juzgar, pero nadie quiere a la amante en su funeral, Rose debe estar retorciéndose en esa caja justo ahora.

—¿Deberíamos ir a abrirle?

Koko dejo escapar la risa ante la ocurrencia. —Tal vez.

—No te rías.

—Lo siento.

—Me está llamando. —dijo mirando a Chifuyu, quien le hacia señas para que se acercara.

—Que maldito, sabe que estoy herido. No vayas, no, mejor ve y dile "eres la mayor zorra de todas" de mi parte y de la Sanzu, porque estoy seguro de que él se lo diría si estuviera aquí.

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