Capítulo 10

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Los rayos del sol atravesaron la habitación, posándose sobre su cuerpo desnudo y como los labios de un amante dieron calidez a su piel. Las sábanas se sentían tan suaves contra su mejilla, que casi podía sentirse entre las nubes.

Sus parpados estaban más pesados de lo habitual, lo que significa que había bebido hasta el agua de las plantas. A pesar de ello, recordaba todo vívidamente, en especial a Rose. Vaya que el alcohol cambiaba a las mujeres. Ella, una joven de sociedad, reconocida entre las familias más importantes por su recatado comportamiento y elegante y refinada presencia, había actuado como una verdadera loca. Las imágenes eran claras; ella tirando de una correa atada al cuello de un chico de cabello rojizo, que caminaba a cuatro patas a su lado, como un verdadero perro, mientras ella disfrutaba y reía como desquiciada bajo el afecto del alcohol. Claramente, un momento digno de atesorar. 

Un aroma extraño e inquietante lo obligo a abrir los ojos, hecho que lamentara el resto de su vida.

Su cuerpo desnudo, dejaba ver las marcas que cubrían su pálida piel, mientras su cabello negro, esparcido por toda la almohada, la hacía lucir incluso más hermosa que la noche anterior. Ahí, recostada entre las sábanas, habría creído que simplemente estaba dormido, deseaba que así fuera, pero el intenso color rojo a su alrededor, que manchaba las sábanas y parte de su cuerpo, contaba una historia diferente.

—R-Rose... ¿Rose...? —con cuidado tomo su mano. Estaba fría y algunos rastros de sangre manchaban sus dedos, pero lo más importante, no había latido que pudiera sentir. —Rose... Rose... —llamaba una y otra vez, al tiempo que la mano de Rose hacía alusión de acariciar su mejilla, mientras lagrimas se derramaban de sus ojos.

El sonido de la puerta siendo abierta lleno la habitación, mientras personas desconocidas entraban, pero eso no le importo. Si dejaba de llamarla, temía que Rose se fuera, por lo que su nombre en pequeños susurros salía de sus labios sin parar, mientras su mirada vagaba sin brillo sobre el charco de sangre en el que su cuerpo yacía.


....



—¡¿Qué demonios sucedió?! —cuestionó mientras arrastraba a Mitsuya y a Baji con él. Todo con el que conectaba miradas, lo evadía descaradamente. —¿Y ahora qué? ¡No fui yo el que actuó como una rana!

Poco a poco, se dio cuenta de lo que realmente pasaba. No solo los que lo evitaban, si no todos a su alrededor lucían rostros fúnebres, mientras que personas vestidas de...

—Policías... —murmuró Chifuyu.

Horrorizado volvió la mirada hacia los dos que lo seguían en silencio. Ambos lucían horribles, "zombi" era una descripción perfecta para ellos. Incluso... no pudo evitar sonreír al recordar como casi decapita a Baji con las puertas del ascensor y como Mitsuya casi pierde su tobillo al intentar bajar las escaleras. Fuera de todo el estrés por ser responsable de ellos, aun así, se divirtió, aunque claro, a costa de ellos y de su vida.

—Si están aquí haciendo un examen toxicológico van a ir directo al...

—No están aquí para eso, aunque sería divertido. —dijo caminando hacia ellos. —Golpearon a un hombre.

—Tetta. —rápidamente miro a Baji, para que se callara la boca. —¿Quién fue?

—... se hablará en la reunión.

—Ni en situaciones así dejas de ser un bastardo. —murmuró Baji.

—¡Takemichi! ¡Sobreviviste! —suspiró aliviado al verlo descender la escalera en una pieza.

Juego de MascarasWhere stories live. Discover now