Capítulo 10:

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Jinsoul esperaba ansiosa al resto apoyada en su coche. Vio salir del edificio a Hyunjin y Renjun, hablando y golpeándose en los brazos de lo más animados y a su amiga, sacar un cigarrillo y encenderlo nada más estar fuera. No tardaron mucho en acercarse a Jinsoul, impacientes por preguntar qué había sucedido.

—¡Soul! —Gritó la morena. —¿Con quién te has encontrado? No me digas que...

—Jung Jaehyun. —Respondió sin titubeos. Renjun se llevó una mano a la boca y compartió una mirada con Hyunjin. —Y es... Bastante gilipollas.

—Pero está como dios manda, ¿a que sí? —Renjun asintió dándole la razón a H.J. —¿Sabe... algo de que estás relacionada con Jindai?

—No. ¿Y vosotros? ¿Os ha visto alguien? —Renjun negó con efusividad.

—Nos hemos ido en cuanto hemos escuchado silencio, y al no verte por ningún lado suponíamos que te habías pirado. Qué fuerte... Has conocido a Jung Jaehyun.

—Es bastante guarro conduciendo. —Dijo Hyunjin. —Yuta y él se llevan bien, y bueno, también es compañero de Taeyong. —Comentó. —No he quedado mucho con él, pero a mí también me conoce y todo eso. De los podios, ya sabéis. Aunque supongo que solo me ve como pit babe o la novia de Taeyong, como todos ahí.

—¿Tú eres pit babe? ¿Y por qué sabes tanto de coches?Renjun la miró con una ceja alzada y Hyunjin le echó el humo del tabaco en la cara adrede.

—Porque también soy ingeniera, imbécil.

—Vaya, vuestra amistad entre motores ha durado poco por lo que veo. —Habló Jinsoul. —Pero dejad de ser los dos un puto grano en el culo y vámonos, como vuelva a aparecer alguien de Bittermon y me vean con vosotros la tenemos.

Dejaron a Renjun por la zona en la que vivía y luego, juntas, regresaron a la casa de Jinsoul donde las chicas se despidieron y Hyunjin tomó su viejo coche para volver a casa. No habían hablado a solas del porqué de la ausencia de Hyunjin mañana en el circuito, pero Jinsoul sabía que tendría más oportunidades a solas con la morena.

La casa estaba desértica, como era costumbre cuando su padre trabajaba y decidía quedarse en residencias más cercanas al gabinete. Cuatro plantas enteras vacías para ella sola. No sabía qué hacer, pues normalmente estaría preparándose para salir a alguna carrera.

Se cambió de ropa a un cómodo conjunto deportivo, e inspirada por callarle la boca a ese Jung Jaehyun prepotente y a todos los hombres de las 10 escuderías y equipos bajó al gimnasio del sótano.

Si quería asegurarse que no perdía la estabilidad del volante mientras conducía, tendría que asegurarse de que la musculatura en sus brazos era suficiente.

Sentada en el banco de pesas, empezó con repeticiones de poco peso y decidida a sumar un kilo más a las barras, su móvil comenzó a vibrar en el suelo deteniendo la música que llenaba el vacío de la habitación.

Dejó las pesas y con algo de sudor en la frente y las axilas tomó el teléfono. Descolgó ante el nombre que aparecía en el identificador de llamadas y se llevó el aparato a la oreja.

—¿Qué quieres? ¿Ha pasado algo? —Preguntó directa.

—¿Estás lista? —Preguntó la voz al otro lado de la línea.

—¿Lista para qué? Estoy sola en casa.

—Aunque la llamada es tentadora, ¿no te ha llegado el mensaje de Jeno? —Preguntó confundido Sungchan. —Nos ha dicho que te lo había enviado hace un rato. Estamos con Jungwoo.

—No he visto nada, estaba entrenando y...

—¿Entrenando? —Jinsoul se sentó en el banco de pesas, algo inquieta. —¿Para qué entrenabas? —A parte de Hyunjin, nadie más sabía de sus peripecias recientes en la fórmula uno.

Lemonade [Jung Jaehyun; NCT]Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon