Come and touch me too

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Mitski - Liquid Smooth (BakuMomo)

YaoMomo era de las chicas que invitaban a salir a los chicos un fin de semana por la tarde, se atrevía a entablar primero la conversación o a llamarlos para ver qué hacían en las noches. No le daba vergüenza pensar que podría ser la primera en decir "te amo" o ser la chica que regalaba girasoles a su novio. A ella nunca le gustó tomar el rol sumiso y esperar a que las cosas se dieran, a que alguien más diera el primer paso o que un chico le abriera la puerta del coche; no lo necesitaba. Tal vez por eso es que Katsuki Bakugo, un hombre tan brusco que no le importaban las formalidades, le robó el corazón. 

ཻུ۪۪

A Yaoyorozu, como la mujer pulcra y adinerada que era, siempre le habían enseñado que los hombres debían ser los primeros en dar el paso. Ellos te abrirían las puertas del coche o la puerta de algún lugar bonito al cual te hubieran invitado, te mirarían a los ojos con brillos en las pupilas, te darían una sonrisa y te dejarían pasar primero, como muestra de su caballerosidad. Los hombres eran los que te traerían flores de todos los colores sin ser una ocasión especial y lucharían por ti sin importar el tiempo o el lugar, y para Momo no sonaba nada mal. La racha de chicos con los que ella salía eran de su clase, como su madre solía decirle. Altos, respetuosos, hombres que le compraban joyas, que la sacaban a restaurantes hermosos y caros, que la vestían con buenas prendas, que sus modales en todo momentos eran los adecuados y que mantenían el ambiente bastante sereno y agradable. Le besaban la mano, le abrían las puertas y le llevaban rosas rojas todos los días y estaba bien... Pero que aburrido era. Normalmente ese tipo de chicos no aprobaban el hecho de que ella pagara la cuenta de los dos, ni que ella les mandara regalos caros, ni que les abriera la puerta del restaurante al que ella los había invitado, porque lo único que les interesaba era el tener el poder sobre la relación, sobre ella. Todos al final huían porque no soportaban a una mujer tan decidida como ella lo era. Momo no necesitaba dinero, ya lo tenía, ni mucho menos un novio con gran belleza porque ella ya lo poseía, ni prestigio, ni lujo, ni nada de lo que ella tenía. A pesar de que siempre tuvo novios de su misma clase social, y le traían algún beneficio, nunca se sintió satisfecha porque nunca la dejaban ser ella. Tal vez por eso es que el rubio cenizo, el chico que trabajaba en una de sus tienda de ropa como uno de los diseñadores, le había atraído tanto. 

Katsuki parecía menor a ella, al menos por 4 años, pero en la manera en la que se movía parecía tan maduro.  El día que lo conoció él cargaba las grandes telas del almacén para su taller, sus manos estaban llenas de venas marcadas junto a sus brazos y la mirada posada al frente, llena de determinación, le llenó las mejillas de color carmín. Había sido una coincidencia pues no solía pasearse seguido por aquella tienda y encontrar ahí al hombre más precioso que haya visto le había venido como un aire fresco acariciando sus mejillas. Esperó todo el día, espiando al muchacho rubio para ver cuándo salía. 

A las 5 en punto el chico tomó la chaqueta que traía colgada en uno de los percheros del taller y caminó con rapidez hasta el elevador. Momo apenas tuvo tiempo para agarrar su bolso y su abrigo y correr al mismo elevador que él. Antes de que las puertas se cerraran ella se adentró con la respiración agitada. Vio al chico por un segundo en lo que se recomponía al lado de él y este miraba los números del elevador siendo cada vez menores, sin darle mucha importancia. Hizo un sonido para aclararse la garganta y atraer la atención de su contrarío pero ninguno de sus esfuerzos parecía dar fruto.

—Es usted Bakugo Katsuki, ¿cierto?
El chico por fin se atrevió a verla. Los ojos del joven de cerca parecían más penetrantes y llenos de furia que la tomó desprevenida. Una combinación que le hacía estremecer las entrañas de su ser.
—Sí, soy yo.
—¡Ah, he visto su trabajo, desde que entró a la empresa hasta el día de hoy y me han parecido bastante llamativos y llenos de un aire muy fresco.
Sonó genuinamente impresionada por el trabajo del chico y es que realmente lo estaba. Mientras esperaba a que su jornada se terminará empezó a ver el expediente del chico, aquel historial que se guardaba en las oficinas del gerente. El pelicenizo agradeció con una pequeña inclinación sin ninguna palabra de por medio —. Y dígame Bakugo, ¿Qué lo inspiró a hacer tales modelos?
El chico acomodó la corbata que traía, una corbata color vino lisa, preciosa que le hacía resaltar la piel.
—Todos dicen mierdas como: me inspira mi familia, me inspira la belleza de la naturaleza y el juego que se puede hacer con los colores. Se inspiran de mierdas cursis que cualquier persona puede encontrar en un libro barato de amor — no sabía qué sentir, la voz, la mirada del chico viéndola a los ojos desde abajo, sin ser intimidado por una mujer mucho más alta que ella, peor aún, la dueña de todas las cadenas de la marca para la que él trabajaba. Mirándola sin vergüenza y hablando con un vocabulario informal pero de forma seria. Su ser mismo estaba entrando en un estado confuso pero satisfecho —. Me inspira el dinero, es lo único que puedo decir, señorita Yaoyorozu. 
Sintió un escalofrío recorrerle su cuerpo al escuchar su apellido ser pronunciado y justo cuando iba a hablar el sonido del elevador los interrumpió, perdió contacto con aquellos ojos filosos y la eternidad que los resguardaba se quebrantó en un instante. Caminó detrás de él para alcanzarlo, el chico caminaba rápido para el estacionamiento que la tienda tenía, pero sólo era para salir caminando por los jardines que estaban al rededor. 
—Bakugo, puedo llevarlo si gusta.
El chico se detuvo un momento y giró 90 grados para verla de frente pero sin que sus pies la miraran a ella. 
—Gracias, señorita Yaoyorozu, pero no esta vez. 
Y sin decir más se apresuró a salir. Los rayos del sol hacían que su cabello se volviera más dorado y la imagen de su espalda iluminada y ancha se quedó en su mente por el resto de la tarde.

【𝓵𝓸𝓿𝓮 𝓫𝓸𝓶𝓫𝓼】حيث تعيش القصص. اكتشف الآن