Nada más sabré decir cuánto te amé

101 3 2
                                    

Lo Hice, Te dejé - Daniel, me estás matando (Bakudeku)

Lo conoció frente al Quiosco del parque de la escuela mientras molestaba a su novia de ese momento y tal vez verlo reír con sus cejas fruncidas lo enamoró; solía repartirle en todo el rostro besos fugaces bajo el árbol de naranjas de su casa mientras el ocaso los bañaba y cuando se casaron aseguró en el altar que todo lo que habían recorrido había valido la pena porque ahora sus vidas estarían juntas hasta la muerte... ¿Realmente estarían juntos hasta la muerte?

Miró el dije entre sus manos y sintió que la vida le arrebataba todo. No era una cadenita de buena calidad, tenía años de vejez y se le veía en la pintura carcomida de ella, pero albergaba una promesa destrozada que él aún anhelaba seguir. Dejó la cadena en su buró de noche y se tiró en su cama, en la vacía y grande cama que ahora tenía con él; sus ojos verdes miraban entristecidos el techo blanco puro de la habitación siendo iluminada por la poca luz que entraba desde la ventana, atravesando las rendijas de la cortina mal puesta. No iba a llorar, se había dicho tantas veces que no debía llorar porque era tonto y porque no le ayudaba en nada pero ahí estaba, tratando de secar las lágrimas que se deslizaban rápidamente y se desbordaban de sus ojos como un río feroz que no quería ser detenido.

¿Cómo es que había llegado hasta ese día?

¿Cómo es que ahora tiraba su anillo de bodas a la basura y había quemado todas las cartas que alguna vez su esposo le escribió con tanto cariño?

¡¿Cómo demonios se encontraban ahora solo y en medio de la oscura habitación que había compartido por años con el amor de su vida?!

Lo habían dejado plantado una vez más. A esas alturas se estaba rindiendo, las chicas con las que quería salir siempre le decían que era un buen chico, que tenía mucho que dar, que era impresionante que se fijara en ellas y al día siguiente simplemente le dejaban como novia de pueblo, con el vestido puesto y los invitados esperando. Suspiró cansado, se compró un helado y se sentó debajo de la sombra de un árbol frondoso, cerca del gran Quiosco que estaba a unos metros al lado de él. Quiso ponerse un audífono para distraerse mientras escuchaba un podcast sobre lo que fuera para quitarse la mala sensación que tenía atravesada en la garganta, pero una voz profunda llamó su atención, aquella voz provenía del Quiosco. Entre las rejas que lo adornaban podía ver a un chico y una chica sentados en medio de aquella construcción, no escuchaba muy bien de lo que hablaban, pero la chica de cabellos cortos y castaños se le acercaba al rostro a besarle la nariz y el chico le acariciaba un brazo mientras le decía algo. Los vio levantarse y la chica tomó sus manos entre las suyas y las guío a su cintura y así, sin música, sin nadie más que los viera, sólo él, empezaron a moverse, a bailar sin ningún motivo aparente y mientras la chica se veía divertido el otro se veía... La veía totalmente enamorado. Pensó que le gustaría que alguien alguna vez lo mirase así, como el chico rubio veía a esa chica de cara redonda que también parecía tan enamorada de él. Era la mirada más profunda y sincera que habían visto sus ojos que anhelaban ser vistos de una manera tan suave y delicada. Sí, así fue como se enamoró de un chico con novia, de un chico rubio que sabía bailar danzón, de un chico... Se enamoró, por primera vez, de un chico.

Izuku no había notado nunca la presencia de aquel muchacho rubio en la escuela, al menos no hasta que lo vio en el Quisco del parque, desde ahí lo pudo encontrar entre los salones de la institución buscando a su novia, entre sus amigos jugando algún juego de mesa cuando no tenía clase, entrenando en las canchas de Básquet, yendo con aquella chica castaña al club de baile y entonces sólo se ilusionó un poquito. Sabía que estaba mal porque él claramente no tenía ojos para nadie más, pero era agradable la sensación de encontrárselo por casualidad mientras él se dirigía al laboratorio de química y el chico cambiaba de salón para la siguiente clase. Y así pasaron los días y los meses, con un Izuku observado a lo lejos cómo el chico rubio de expresión pesada era feliz al menos hasta que pasó el accidente. Se había enterado gracias a su amiga Tsuyu que tenía amigos de otros salones, le había contado que hubo una fiesta en la casa de alguno de los de tercer año y varios de la escuela fueron haciendo indistinto de qué grado eran todos los que fueron, pero el punto fue que muchos habían tomado más de lo que debían por lo que nunca se dieron cuenta que otro tipo de personas se colaron a aquella fiesta. Al menos hubo 7 heridos y 1 muerto.

【𝓵𝓸𝓿𝓮 𝓫𝓸𝓶𝓫𝓼】Where stories live. Discover now