Capítulo 57: Soy tuya.

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Aviso escena +18.


ISABELLA.

Mi celo llego a su fin. Es nuestro tercer día alejado de todos, envueltos en nuestra propia burbuja. Disfrutando de nuestra compañía, de la soledad, de nuestras conversaciones a mitad de noche, las risas, las caricias y definitivamente el sexo.

Joder.

Nunca había tenido tan buenos orgasmos como los miles que Christopher me dio durante estos días aquí. Hace un par de horas durante la madrugada me azoto la ultima ola de calor cuando estábamos dándonos una ducha. Y él como todas las veces me embriago con sus caricias, con su miembro que siempre estaba dispuesto para mí, con sus palabras lujuriosas susurradas en mi oído elevándome a mil, sus agarres, los cuales aún se notan en mi piel débilmente y que en unas cuantas horas ya no estarán.

Ahora me encuentro en el baño guardando los pocos utensilios que traje ya que debemos volver a la realidad. Volver a la manada y a la mansión. Christopher ya ha estado muchos días fuera, si bien Marcos se ha encargado de todo y llama todos los días dando las novedades y conversan sobre lo que sucede, no puede ausentarse más.

Admiro mi reflejo en el espejo, mis brillantes rizos rojizos, mis pecas, mis ojos verdes y la hermosa marca que adorna mi cuello. Un círculo formado con líneas azules y moradas que se enroscan entre ellas de manera perfecta tiene pequeños destellos brillantes entre sus líneas y las iniciales de Chris se marcan con una leve tonalidad blanca en el centro, dándole un sutil toques.

Me pregunto si yo podré marcarlo.

– Deberías decirle, – habla Ágata. – así todas podrán ver que es nuestro. Ósea ya lo saben por el olor, pero para que tenga algo visible.

– Pero... ¿la marca quedaría igual? – pregunto rozando con mis dedos las líneas.

– Deberás descubrirlo por ti misma.

Ruedo mis ojos, – ¿Por qué no puedes simplemente decirlo?

– Porque no quiero.

Iba a reclamar, pero un par de brazos rodeándome desde la espalda logran sobresaltarme.

– ¿En que piensas tanto? – pregunta dejando un sutil beso en mi oreja.

Me volteo entre sus brazos quedando frente a su rostro, debo alzar un poco mi cabeza para poder admirarlo y diosa porque es tan guapo. Sus ojos brillan dándoles un toque hermoso a sus orbes azules, su cabello rubio esta despeinado y un inicio de barba esta presente en su mandíbula.

Mis ojos instintivamente se dirigen a su cuello, a aquel lugar donde podría ir mi mordida.

– Yo solo... hablaba con ágata.

– ¿Sobre qué?

– Sobre...– acaricio sus ante brazos con mis palmas, – tu marca.

Su ceño se frunce, – ¿Qué sucede con ella? – la admira por unos segundos, – ¿No te gusta?

– No, no. – respondo con rapidez, – me encanta, – beso sus labios. – hablábamos sobre...

– Cariño solo dilo – habla apretándome más contra su cuerpo.

Suelto un suspiro – Tenía la duda de si yo podría marcarte a ti.

Siento mis mejillas arden luego de decir esas palabras, sus ojos me observan atentamente por unos breves comentos que parecen eternos. Hasta que en sus labios se forma una hermosa sonrisa logrando achicar sus ojitos.

RechazadaWhere stories live. Discover now