Capítulo 27: Aliado.

49.7K 3.8K 653
                                    




ISABELLA

– Dios.... No pares, no pares. – gemí apretando la piel de sus caderas con mis manos enterrando mis uñas en ella.

Sus movimientos eran cada vez más rápidos, más bruscos, mas salvajes, justo como me gustaba. El cuarto olía a sexo y lo único que se escuchaba era el sonido de su pelvis chocando con la mía en conjunto de nuestros gemidos y jadeos.

– Mhh...– gemí nuevamente absorta por el placer que me daba – diosa...

Su rostro se acerco al mío mientras sus caderas se movían expertamente entrando y saliendo de mi interior. Su respiración agitada chocaba con mi piel, sus labios estaban entreabiertos rozando los míos y mi cabeza estaba acorralada entre sus brazos que soportaban su propio peso para no caer completamente en mí.

– Joder...– gruñó cuando alcance mi orgasmo con un fuerte gemido y mis paredes se cerraron entorno a su miembro – tan estrecha aún.

Dio un par de embestidas más y cayo contra mi cuerpo cuando su esperma se deslizo en mi interior provocando espasmos en su cuerpo. Se mantuvo unos segundos recostado con la cara escondida en mi cuello intentando controlar la respiración, al mismo tiempo que yo hacia lo mismo con la mía.

Mis manos soltaron su piel y comencé a acariciar su espalda suavemente. De un movimiento salió de mi interior robándome un jadeo y una sonrisa se formo en su rostro mientras dejaba un sutil beso en mis labios.

– ¿Todo bien?

– Sí, solo es la sensación de quedar vacía.

– ¿Lo quieres dentro de nuevo? – pregunto moviendo sus caderas logrando que la punta de su miembro nuevamente erecto rozara mis pliegues.

– Mhh...– mordí mis labios – no te sacias nunca eh.

Lo mire de forma picara y me devolvió la misma mirada.

– De ti jamás.

Una risa broto de mi garganta y lo empuje sutilmente hacia un costado para que se recueste. Me mantuve mirando el techo por unos momentos y luego volteé para observarlo. Brenin era realmente guapo. Lo encontré cuando dejé la manada LigthMoon o más bien el me encontró a mí.

Flashback.

Las lágrimas caían por mis mejillas, intentaba en lo más profundo se mi ser dejar de derramarlas, pero el dolor era tan grande que caían por cuenta propia.

– Pensé que nos querría. – gimoteaba Ágata – pero solo nos despreció.

– Lo siento hermosa, es culpa mía, por ser como soy.

– No, no, nada es tu culpa. – llora – es de él. No nos supo valorar, luego se arrepentirá.

No comprendí sus palabras y tampoco les di importancia, porque si algo tenía claro es que no volvería nunca a estas tierras. Me encontraba a pocos metros de llegar hacia la frontera, por ende, lance un hechizo de camuflaje para que nadie sintiera mi olor y vengan a ver quien osaba salir sin autorizaron.

Una vez logre traspasar la frontera un sentimiento de alivio se posiciono en mi pecho, las lagrimas dejaron de fluir y por primera vez sentía que podría salir adelante. Camine unos cuantos minutos más cuando los vellos de mi piel se erizaron indicándome que algo estaba cerca.

Detuve mis pasos mirando rápidamente a mi alrededor y fue cuando lo vi. A unos cuantos metros frente a mí, con su capucha sobre la cabeza y su vestimenta negra.

Mi corazón latió rápidamente al ver su rostro una vez lo dejo descubierto y caí en cuenta que era el mismo hombre que vi ese día en mi patio trasero.

RechazadaWhere stories live. Discover now