Capítulo 11: Miedo.

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ISABELLA

Tranquilidad.

Una palabra a la cual no estoy acostumbrada a tener fuera de los territorios de mi hogar, pero que misteriosamente he podido tener durante el día.

Ayer fue la primera transformación de Christopher, Felipe me llamo para comunicarme que todo había salido bien, su lobo eran un gran e imponente lobo color negro.

Color digno de un Alpha.

Recuerdo que su padre posee el mismo color, por ende, él también lo obtuvo por ser el futuro Alpha, no muchos lobos poseen ese color, solo aquellos que están destinados a ser fuertes.

Yo tuve la intención de llamarlo para poder preguntarle como había salido todo, como se sintió, como fue su relación con Zeus, pero me mantuve mirando su contacto en la pantalla por unos largos minutos decidiendo si debía llamarlo o no y al final no lo hice.

Y tampoco lo he visto durante el día.

Tomo una gran boconada de aire llenando mis pulmones absorbiendo la tranquilidad del bosque, es hora de almuerzo y como siempre aquí me encuentro.

Comiendo apartada del resto.

Doy una rápida recorrida con la vista hacia el espeso bosque intentando buscar a aquel conejito blanco que nunca más vi luego que fue con su amiguito a mi patio. Seria agradable que apareciera en estos momentos y así obtener un poco de compañía.

Guardo mis cosas dentro de la mochila al escuchar el timbre de fin de break, pero cuando estaba por comenzar a levantarme del suelo el sonido de una rama quebrarse a mi espalda me deja estática.

Me hinco sobre mis rodillas cubriéndome con el árbol en el cual estaba apoyada y me giro lentamente hacia el lugar de donde provino el sonido. Llevándome la sorpresa de ver a un enorme lobo negro a unos metros de distancia sentado sobre sus patas traseras entre medio de los árboles mirándome fijamente.

Trago saliva mientras mi corazón comienza lentamente a latir cada vez más rápido.

Lo observo sin mover ni un solo musculo por unos segundos, un sentimiento extraño se deposita en mi pecho generando cierta incomodidad, pero no puedo llegar a descifrar que es.

Frunzo el ceño y ladeo un poco mi cabeza hacia un lado observándolo, él tampoco se mueve de su sitio, la única parte de su cuerpo que se mueve son sus orejas que están atentas a cada sonido proveniente de su alrededor.

Me pongo de pie sin quitarle la vista de encima y el hace lo mismo quedando en sus cuatro patas, las ganas de acercarme a él comienzan a hacerse presentes, pero cuando doy un paso hacia él sale corriendo rápidamente hacia lo profundo del bosque.

– ¡ESPERA!. – grito, pero él ya se encontraba demasiado lejos de mí.

Volteo en dirección hacia el instituto y comienzo a caminar, pero antes de salir completamente del bosque volteo nuevamente en dirección hacia donde se encontraba el lobo con la ilusión de que haya regresado, pero no hay nada.

Suelto un suspiro y emprendo nuevamente mi camino hacia el instituto.

Las clases de la tarde concluyen con normalidad, no sé qué ha sucedido o si me perdí de algo, pero nadie me ha dicho nada o molestado. Si bien me agrada, no me quiero hacer ilusiones de que quizás las cosas han mejorado porque en cualquier momento pueden volver los insultos o humillaciones.

Sali del edificio cuando la ultima clase finalizo caminando hacia donde escondo mi bicicleta cuando alguien me empuja hacia un árbol dejándome atrapada entre su cuerpo y un árbol tapando mi boca con una mano.

RechazadaWhere stories live. Discover now