Navidad
Igual que otras noches, los mayores fueron los primeros en retirarse para ir a dormir pero esta vez Gabriel también se fue rápidamente e Izán entró a la cocina para buscar recalentado.
Mike se sentía agradecido con los Gautier por los regalos; pero realmente por haber entrado en su vida.
En serio seguía molesto con sus padres, pero si estaba feliz por haber conocido a Gabriel y a Chelsea e incluso a Izán y Marshall.
Se quedó allí, envuelto con la nueva chaqueta y los collares puestos.
Dejó el libro junto al cuadro en el sofá y se levantó para acto seguido apoyarse de la chimenea y ver por una de las puertas de vidrio hacia el exterior fijándose en la blanca nieve recién caída.
Izán se acercó a donde estaba y le tocó uno de los hombros.
-Mira arriba.
Mike subió la mirada para encontrarse con que sobre sus cabezas había muérdago, cuando volvió a bajarla se dio de frente con que Izán tenía los ojos cerrados y los labios levantados apuntando hacia él.
El chico soltó una risita y le dio un beso en la mejilla.
-Eso es trampa.
-Lo siento, pero...
-Sí, sí, ya sé.-gruñó.-Gabriel.Mike asintió.
-¿Sabes? Él siempre ha sido el favorito de nuestros padres, el chico bueno, el que siempre hace todo lo correcto.-su voz se quebró, por lo que carraspeó.-La oveja blanca que nunca se rebela contra sus padres. ¿Pero yo? Yo soy todo lo contrario.
-Izán...
-Y espera porque hay más. Sí, siempre he sido popular y atractivo pero nunca he tenido la atención de mis padres, no como la que le dan a él.-su voz sonaba rencorosa ahora.-Y ahora también hizo que te enamores de él.El chico soltó una risa amarga carente de humor para seguidamente soltarse a llorar, por lo que se llevó las manos al rostro. Mike se sintió mal por él, por lo que lo envolvió en un abrazo y dejó que Izán llorara sobre él.
-Escucha Izán, eres un gran hombre y estoy seguro de que vas a encontrar a una persona buena, dulce y que te amé exactamente por quien eres.-él le dio una intensa mirada que lo hizo sonrojar.-Pero ese no soy yo. Y realmente lamento no poder serlo, pero no puedo mentirte Izán. No puedo hacerte eso ni hacérmelo a mí.
-Está bien, Mike.-le puso una mano en el hombro y le dio un apretón.-De todas formas eres demasiado bueno para mí.Entonces el Gautier menor le pasó por el lado para alejarse y subir a su habitación.
Mike se giró y tomó sus regalos en el sofá y se encaminó a la habitación de huéspedes. Dejó todo-excepto el collar que se lo dejó puesto-, en el escritorio y entonces tomó su celular y le marcó a su mejor amigo.
Y este respondió al primer tono.
-¡Eres una sucia rata! ¡Maligno socialité!
-Feliz navidad para ti también, Gerd.
-Dios Santo, no sabes lo mucho que extraño tu culo, Michelangelo. Estoy a punto de sacarme los ojos debido a tanta felicidad.Mike se echó a reír.
-¡Oh vamos, April! No seas idiota, tu familia es la perfecta definición de espíritu navideño.-seguidamente Gerd le dijo un montón de groserías pero ambos se rieron, era algo que solían hacer.-Tengo que contarte tantas cosas.
-Te escucho.Por supuesto Mike se lanzó en seguida a contarle todo; Aren, las reuniones con sus padres, la fiesta, todo lo que incluía a los Gautier, y luego habló de Gabriel durante cinco minutos tan detalladamente que era casi vulgar.
-Y él es guapo, alto, inteligente, musculoso, atractivo, interesante, artístico y…
-¿Es real?-gruñó su mejor amigo interrumpiéndolo.
-¿Por qué estas preguntando si es real? ¿Crees que lo inventé?
-No, no.-le asegura.-Es solo que es tan increíble. ¿Es lindo?
-¿Tal vez solo deba enviarte una foto?
-Sí, por favor. Y un reporte completo de él y de su vida.
-¿Desde cuándo te importan las personas que me gustan, Gerd?Se tarda un rato en responder y cuando lo hace suena forzado.
-Porque es una de esas cosas que nunca esperé ver en mi vida.-dice.-Como ver un cometa. O la paz mundial. Solo pensé en ti como alguien eternamente soltero.
-Si bueno, no estoy diciendo que pueda estar con él, Gerd.
-Estoy seguro de que jamás vas a consentir casarte, en todo el tiempo que tengo conociéndote he visto lo poco que te importa el dinero y además yo entraría con varias A-K49 para rescatarte de las garras de tus padres, así que Michelangelo, espero que luches por lo que quieres.
-Gerd...
-Recuerda que me tienes a mí y los fastidiosos felices que tengo por familia y acuérdate de enviarme la foto del tal Gabriel.
-De acuerdo, trataré de conseguirla. Te amo, Gerd.
-¡Agh, no seas todo pegajoso!
Mike se río.-Se dice igual, tonto.
-También te amo cabeza de chorlito.Y justo después colgó.
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Un cuento navideño
Romance¿Alguna vez has escuchado sobre el cuento de la mágica campana de navidad? Bueno, ciertamente Gerd Manrik, sí. Su madre solía contárselo cada noche antes de irse a dormir y, por ende, él había tomado especial cariño al mismo y a esa época del año...