Capítulo 13

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6 días para navidad

Después de su arrebato emocional, Mike terminó su desayuno mientras Gabriel ayudaba a su madre a recoger y limpiar todo-Izán había huido tan rápido como pudo y Marshall había salido-, después de eso llevó sus cosas a la cocina.

Chelsea tomó todo y lo puso también en el lavavajillas.

-Disculpa por tardar.

Ella sonrió, sorprendida por la actitud del chico.

-No pasa nada, dulzura.-dijo dándole una cálida sonrisa.-Iré a cambiarme.

Entonces se quedó a solas con Gabriel.

-¿Estás bien?
-Sí.
-¿Seguro?

Por un momento quiso negarse a abrirse con él, pero al final no pudo evitarlo.

-Tengo una realmente complicada relación con mis padres, mi mamá es más fría que la Antártida y mi papá es incapaz de sacar la cabeza de su propio trasero. Aparte de que literalmente están usándome como moneda de cambio, cuando podrían hacer negocios con tus padres sin necesidad de utilizarme, pero al final del día la empresa es más importante que yo. Siempre lo ha sido y siempre lo será.

Gabriel se acercó a él y lo atrapó en un fuerte abrazo.

Como era más alto, su cara estaba en su pecho. Un olor tenue a perfume y sudor lo inundó, era un gran olor.

Si pudiera Mike llenaría todas sus cosas con ese olor.

Una vez más estaba llorando como un tonto, no entendía como había pasado de no poder llorar a hacerlo cada cinco minutos.

-Tus padres son unos idiotas, porque son incapaces de darse cuenta de la increíble persona que eres. No merecen que seas su hijo, Pimpón.
-Gracias, estrellita.
-No soy una estrella, ese es Izán.

Mike subió sus manos y tomó el rostro de Gabriel, para obligarlo a que lo viera.

-Izán no es ni la bombilla de un poste de luz de la vía pública.-Él se echó a reír.-Tú eres la estrella más brillante del firmamento, Gabriel.

Por un momento se vieron el uno al otro con tal intensidad, que estuvieron a punto de besarse. Por supuesto, alguien los interrumpió.

-Suelta a mi prometido, espantapájaros.

Ambos voltearon a ver al idiota de Izán. Se había puesto algo de ropa, un pantalón de pana negro y un suéter grueso rojo.

-El único espantapájaros eres tú.-gruñó Mike, pero Gabriel se alejó de él.-No vuelvas a llamarlo de esa manera, Izán.
-Pero tú eres mi prometido.-gruñó, a punto de comenzar un berrinche como niño pequeño.
-Mike no es una cosa, maldito idiota.

Ambos caminaron hacia el frente como dispuestos a darse de puñetazos. Y velozmente, Mike se puso en el medio.

-Por favor, Gabriel, no le hagas esto a tú madre. Por favor.

Gabriel resopló molesto y se alejó hacia la sala.

-Bien hecho, lindura.

Mike se giró y le dio un bofetón.

-No dejaré que Gabriel te dé la paliza que te ganaste sólo porque tú madre es una gran mujer que no se merece que se le arruine la Navidad. Pero yo aún recuerdo perfectamente que me espiaste en el baño y eso es acoso sexual, Izán. Así que te voy a agradecer que te mantengas alejado de Gabriel.

El chico se le quedó viendo con incredulidad mientras se agarraba la mejilla golpeada.

Se dio media vuelta y salió de la cocina.
Mike suspiró, al borde de un ataque de histeria.

Entonces salió para encontrarse con Chelsea con un montón de cajas de adornos navideños, Gabriel ayudándola a sacar las cosas e Izán enfurruñado sentado en uno de los sofás.

Caminó hasta allí y se arrodilló frente a ellos para ayudarlos.

El chico no se volteó a verlo, pero su madre sí y ella le dio una gran sonrisa.
Un rato después apareció Marshall con un gran y frondoso pino.

Lo puso y Mike y Chelsea se encargaron de poner las luces, y Gabriel ayudó con los adornos.

El patriarca se sentó a tomar whiskey pero decía bromas todo el tiempo y fue él quien desenredó las luces.

E Izán incluso se unió un poco al asunto colocando las medias en la chimenea.
Inclusive el frío empeoró y encendieron la chimenea a gas.

Izán y su padre se quedaron sentados en un sofá mientras Chelsea, Gabriel y Mike se quedaron sentados en la alfombra frente al fuego artificial.

El chico se sentía feliz a pesar de las circunstancias, era extraño este tipo de actividad familiar, especialmente porque sus padres casi nunca estaban en las festividades.

Un cuento navideñoWhere stories live. Discover now