Parte 23

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Ojos de cachorro

Mención a Lucstar y Drarry

—Que no — repitió Lucius nuevamente a lo que su hijo le pedía, porque sencillamente no podían comprar un Dragón ¿dónde pensaba ponerlo?

—Daleee —insistió Draco otra vez, solo que ahora sí usó sus "ojos de cachorro" o al menos así le había enseñado papa Sirius que se llamaba cuando hacía esa expresión.

—Ni me mires con esos ojos, no te puedo comprar un Dragón —respondió el rubio mientras desviaba la mirada de su hijo, porque aunque dijera que no, sabía que sí quedaba viéndolo más tiempo iba a ceder a los caprichos de este.

Delante de todos Lucius podía actuar como un alfa al que le valía todo, pero con su familia se transformaba en un terrón de azúcar.

 —¿Por qué no? sí tú tienes tus pavos albinos —dijo Draco mientras hacía un puchero y cruzaba los brazos, no entendía porque no le permitían tener un Dragón, sí solo era un Dragón!!

—Yo tengo mis palvos albinos porque ellos sí dan en el patio ¿dónde piensas que voy a poner un Dragón? —respondió el patriarca de los Malfoy esta vez mirando a su hijo.

—Pues no sé, ¿en mi cuarto?

—No puedes tenerlo en tu cuarto.

—¿Por qué no?

En momentos como estos Lucius se arrepentía de consentir tanto a su hijo, ok, una escoba para volar, pues está bien, en cualquiera lugar la ponen, que quiere tal cosa, está bien, total, es su hijo, pero era imposible que le de un Dragón, primeramente no tenían ni donde ponerlo.

—Porque no va a dar.

—Pero puedes hacer mi cuarto más grande.

—No, Draco. Ya te dije que no.

En ese momento sonó la chimenea avisando que alguien había llegado, ambos rubios voltearon a ver en dirección a esta y se encontraron a Sirius saliendo con su traje de auror puesto.

—Hola familia, ya llegó por quien lloraban. —dijo el Black entrando con una sonrisa en la casa.

—Siri —dijo Draco para después salir corriendo a abrazar al recién llegado.

Sirius abrazó al rubio menor y lo levantó para acomodarlo en su cadera para poder cargarlo mejor.

—Papá no me quiere comprar un dragón —le dijo en forma de reproche Draco a Sirius.

—¿Por qué no se lo quieres comprar, Luc? —preguntó el pelinegro mientras se acercaba al rubio mayor.

—Hola, yo también estoy muy feliz por verte —respondió Lucius para después rodar los ojos —Primero ¿para qué quiere un dragón? y segundo ¿dónde lo piensas poner?

—Quiero un dragón porque están bonitos —dijo Draco mientras hacía un puchero

—¿Ya ves? suficiente razón para darle uno.

—Sigo sin saber donde piensas ponerlo, Black.

—Pues no sé, podría hablar con algunas personas para ponerlo en la reserva de Rumania, da igual, son minimiedades.

Así es como la pareja se quedó "conversando" unas 3 horas, en las cuales hubieron unos cuantos gruñidos de ambas partes, acerca del nuevo capricho que quería Draco, mientras que este hacía sus típicos ojitos de cachorro cada que lo volteaban a ver.

8 años después

—Sip, así es como terminé teniendo un Dragón —le dice Draco a Harry mientras ven al cola cuerno húngaro que está delante de ellos.

—Y después dices que no eres caprichoso, Dray —responde el azabache mientras rueda los ojos.

—Pues no es mi culpa que hayan accedido a comprármelo —dice el rubio con un puchero en los labios, a lo que el ojiverde solo ríe.

—Estoy seguro que no dejaste de estar presionando con el tema, así que técnicamente sí es tu culpa, y ni me lo reproches —terminó el ojiverde apuntando con un dedo al ojigris.

Ante esto el rubio solo rodó los ojos para después sacarle la lengua de una forma muy infantil al ojiverde, luego acercó al dragón que estaba delante de ellos, tal vez sí había sido su culpa que le compraran un colacuerno húngaro, pero no se arrepentía por nada.

Porque a pesar de lo que muchos pudieran decir que eran muy agresivos y no sé que esté se comportaba como un amor con ellos, podía llegar a ser confundido hasta con un perrito sí no fuera por su tamaño.

Y sin importar de lo que Lucius dijera acerca de que "no sé ni para que tenemos un dragón" "solo fue una pérdida de dinero" y todo lo que quiera, el patriarca de los Malfoy era el que más consentía a Cissy, porque sí, así se llamaba el dragón, más que nada porque Narcissa había insistido mucho en que el nuevo capricho de Draco se llamara igual que ella.


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