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Nota del autor: Harry decide intentar una huelga de hambre.

El fic no me pertenece. Es una TRADUCCIÓN de 'Crime and Punishment' de melolcatsi.

* Link del autor: https://archiveofourown.org/users/melolcatsi/profile
* Link del fic original: https://archiveofourown.org/works/24102232

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A mediodía, Harry había terminado con los canalones y había empezado a arrancar las tejas del techo. Había encontrado un utensilio adecuado en el cobertizo, una especie de barra de metal que también servía para arrancar los clavos viejos. No tenía ni idea de dónde conseguiría el resto de los materiales necesarios para el trabajo, ni le importaba. Snape podría averiguarlo. Se limitaría a mantener la mente ocupada en su tarea y a concentrarse en no resbalar por la inclinación del techo hasta el suelo.

Era un trabajo duro, tan duro como Harry había recordado. Al menos esta vez no había ningún tío Vernon asomando por debajo, gritando instrucciones y críticas cada pocos minutos. Snape, sabía, habría sido mucho peor que Vernon. El hombre podía desnudarse con sus insultos*.

A mediodía tenía calor y estaba dolorido, empapado de sudor y sucio por las tejas de alquitrán. La cabeza le palpitaba por la falta de agua y de sueño, y el estómago le palpitaba por la evidente ausencia de comida. Acababa de colocarse en una posición en la que podía apoyar ligeramente la cabeza en los brazos, un pequeño pero bendito respiro, cuando oyó la áspera voz de Snape.

–¡Potter!

Se puso rígido, sintiendo el precio de esa reacción en sus ya doloridos músculos. Lentamente, con cuidado, se giró para mirar al hombre, que estaba de pie en la base de la casa, con los brazos cruzados sobre el pecho.

–¿Señor? –dijo tan cortésmente como pudo a través de sus dientes apretados.

–Creo que le ordené que hiciera los canalones primero...

–Sí que hice los canalones, señor –siseó Harry, luchando una vez más por mantener el control sobre su pura rabia–. Puede inspeccionarlos. Pensé que podría empezar aquí arriba, antes de que decida que me estoy moviendo demasiado lento...

–¡Cuida tu tono, muchacho! –le espetó el hombre–. Es hora de comer. Baja aquí, y trata de no romperte el cuello mientras lo haces.

Y con eso desapareció en la casa una vez más.

Harry suspiró con verdadero alivio. Necesitaría un poco de agua si quería continuar con su trabajo hasta la tarde. Al menos estaría un poco más fresco en la casa, y fuera del sol deslumbrante, y de las baldosas de alquitrán negro que absorbían el calor.

La cocina estaba vacía cuando Harry llegó a ella. Una vez más, contempló brevemente la posibilidad de poner fin a su ayuno autoimpuesto y comer a escondidas. Pero la idea de que Snape ganara -de hecho, de que se regodeara en la debilidad del príncipe Potter- le hizo endurecer su decisión. Se conformó con un par de vasos de agua turbia del grifo, sorbidos lentamente para no alterar su estómago vacío. Se sentó tranquilamente a la mesa, juzgando el tiempo como siempre lo había hecho en casa de los Dursley, usando sus propios instintos para medir cuánto tiempo podría esquivar antes de que Snape volviera a entrar y empezara a ladrarle insultos y amenazas.

Treinta minutos más tarde, estaba subiendo de nuevo al tejado, con los pensamientos forzosamente centrados en la gran parte de la desescalada que aún le quedaba por hacer. Ociosamente, se preguntó cuánto tiempo le daría Snape para completar esta tarea. El hombre había parecido genuinamente sorprendido de que Harry ya se hubiera ocupado de los sucios canalones. Había encontrado en el cobertizo una vieja pala sin filo, medio oxidada pero adecuada para sacar los detritos. Incluso había una manguera de jardín de aspecto lamentable conectada a la parte trasera de la casa y, tras algunas maniobras, había conseguido vaciar los canalones. Dudaba que Snape pudiera encontrar una queja real con el trabajo que había hecho (aunque estaba seguro de que el hombre inventaría media docena).

Crime and Punishment - melolcatsiHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin