22: ¿Mo Ting me ama?

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Liu Xiuyan despertó sobresaltado.

El protagonista puso una mano en su sien al sentir una dolorosa punzada. Entrecerró los ojos para aclarar su mente borrosa, los recuerdos mezclandose dentro de su cabeza a medida que intentaba pescar aquellas ideas que se le escapaban de entre los dedos. Tenía parches en gran parte de su cuerpo, como si se hubiera lastimado en gran medida. Pero la cabeza le dolía tanto que no podía recordar la razón tras sus varios moretones.

Quejándose, Liu Xiuyan requirió de todas sus fuerzas para adoptar una posición sentada. Le dolía la espalda y era bastante difícil contener todos los quejidos que amenazaban con salirse de sus labios. El protagonista estaba muy confundido por todo. Ni siquiera recordaba…

Oh.

Finalmente, Liu Xiuyan recobró la memoria. Y pensar en lo que ese asqueroso había estado a punto de hacerle era perturbador. Eso en realidad explicaba los moretones y raspones en su piel que no tenían sentido. Eran producto de haber rodado por el piso mientras huía del hombre. Ahora dolían mucho, pero en ese momento la adrenalina hizo que no sintiera ni uno solo de los golpes propinados a su delgado cuerpo.

Liu Xiuyan estaba tratando de evaluar su estado físico cuando escuchó que alguien se acercaba a la habitación. Por instinto se encogió sobre sí mismo, solo para calmarse al notar quién era.

—¿Joven Amo Liu?— llamó una sirvienta desde el otro lado, su tono tan gentil y respetuoso que Liu Xiuyan casi ignora el título.

¿Joven Amo Liu? Nadie me llama así, pensó el protagonista con una mueca. Sacudiendo la cabeza, decidió que tal vez era un equivocacion y habló para que la sirvienta entrara.

Traía una bandeja de comida para él. Curiosamente se trataba de las comidas que más disfrutaba, y que solo había consumido en presencia de Mo Ting. Aquella vez que salió a su cita con el principito unos vendedores le ofrecieron semillas de loto tostadas, las cuales no probó porque tenía miedo de parecer demasiado arrogante si le pedía a Mo Ting que comprara algunas. Pero ahí estaban, en un pequeño cuenco de madera. Liu Xiuyan no pudo evitar sonreír al imaginar que Mo Ting debió ponerlas ahí a propósito. El principito era demasiado bueno.

Comió un poco antes de despedir a la sirvienta, quién no dudó en salir de la habitación tras hacerle una reverencia. Aunque estaba extrañado por su actitud, Liu Xiuyan no le prestó mucha atención. Tal vez era nueva y por eso lo trataba como si fuera alguien de importancia. De todos modos no debía preocuparse por ello, seguramente todos los nobles  ya sabían que era el invitado de la familia Mo luego del desagradable incidente de la noche. Sin embargo ese rumor… Liu Xiuyan no podía creer que lo acusaran de haber seducido a Mo Ting para permanecer en el palacio.

Los rumores eran una cosa terrible para la familia imperial. Si bien nunca se dirían frente a ellos, un rumor podía destrozar todo su gobierno.

Liu Xiuyan limpió todo después de comer. O al menos tanto como podía limpiar desde su cama. Se distrajo tanto con eso que apenas notó el sonido de la puerta abrirse. Por eso gritó cuando alguien le tocó el hombro, sacándole de sus pensamientos normales.

Pronto supo que se trataba de Zhao Jean, que lo veía con una expresión de fastidio muy grande. Sip, ese era el malhumorado sirviente que conocía. Y que no había visto durante más de dos semanas debido a su inesperado embarazo, del que no se hablaba mucho desde que fue anunciado. Liu Xiuyan estaba ligeramente alegre de verlo, pero también preocupado de que estuviera caminando alrededor del palacio en su estado. Ya que era un embarazo muy riesgoso (cosa de la que Liu Xiuyan se enteró gracias a Mo Ting y su gusto por los chismes) el médico aconsejó que se mantuviera en reposo.

¡Transmigré a mi novela favorita!Where stories live. Discover now