9: ¿Me secuestraron? ¿eh? Los gemelos y su interrogatorio.

211 34 0
                                    

Liu Xiuyan ya no sabía qué esperar. En serio. El palacio era demasiado extraño para su ingenua mente.

Después de pasar tanto tiempo acostumbrándose a la vida relajada del palacio, fue una sorpresa poco divertida cuando despertó a medianoche sólo para oír a los gemelos discutiendo en murmullos por encima de él. Como si verlos en su habitación totalmente oscura no fuera suficiente para asustarlo, los gemelos también llevaban una especie de armamento colgando de sus espaldas. Ver a dos muchachos con ese aspecto tan de repente fue demasiado.

Liu Xiuyan gritó, alertando a los dos príncipes de que estaba despierto. Solo intercambiaron un par de palabras en un tono callado antes de asentir y voltearse hacia el joven en la cama, que no sabía si gritar aterrorizado o no. Liu Xiuyan apenas logró parpadear, y varios segundos después estaba inconsciente debido a un ligero toque en su cuello proporcionado por el menor de los príncipes.

Luego los dos príncipes se miraron.

—¿Tenías que noquearlo?— preguntó Mo Xian unos minutos luego.

—Entré en pánico— se defendió Mo Tang, una sonrisa llena de disculpa en su rostro.

—¿Y no pensaste que explicarle la situación sería mejor? ¿Simplemente lo pusiste a dormir? ¿Qué crees que diría Madre?

—No diré nada si tú no dices nada— negoció el descarado Mo Tang.

—Si le digo a nuestra madre, estará muy decepcionado— Mo Xian sonrió cruelmente.

—También estará decepcionado si le digo que mordiste a Zhao Leji hace un año.

Mo Xian se paralizó. Con una expresión molesta en el rostro, golpeó a Mo Tang con tanta fuerza que el menor se tambaleó.

—Yo no lo mordí.

—Vi que le salía sangre de la mano, hermanito. No me engañes.

—Eso no prueba nada.

Mo Tang parpadeó.

—Le enterraste los dientes en la mano— señaló con obviedad. —Todavia tiene una cicatriz. Hasta se pueden ver tus dientes.

—¡Cállate!

Un sonrojado Mo Xian salio mientras un sonriente Mo Tang terminaba de cumplir con sus tareas.

•••••••••••••

Liu Xiuyan tuvo un breve momento de arrepentimiento. Evaluó todas las decisiones que había tomado en su vida hasta llegar a la situación actual. Se preguntó por un instante si ésto era alguna especie de karma por todas las cosas que había hecho. No era una mala persona en realidad, pero tal vez debió ayudar a esa ancianita a cruzar la calle o dejar más propina o simplemente no juzgar a nadie por su apariencia. De todos modos, sentía que debería haberse esforzado más por ser una buena persona. Tal vez entonces no estaría siendo secuestrado por los gemelos.

Llamarlo secuestro podría ser algo exagerado…aunque también parecía la única opción si consideraba que los gemelos lo habían sacado involuntariamente de su habitación a medianoche, dejándolo inconsciente en pleno acto. Sí, realmente no había otra manera de llamarle a su situación.

Era una inocente víctima de secuestro que sintió mucha confusión cuando despertó en una pequeña habitación escondida entre los extensos pasillos del palacio imperial. Lo supo porque todas las habitaciones lucían igual, a excepción de ésta, que en lugar de eso sólo tenía unos pocos muebles y todo estaba en mal estado. Desgastado, viejo y polvoriento. Eran los únicos adjetivos que venían a su mente mientras observaba la habitación.

¡Transmigré a mi novela favorita!Where stories live. Discover now