18:Cita, cita, cita, cita.

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Besos.

Liu Xiuyan era vírgen a los dieciocho. Besar nunca había parecido posible para alguien con una ansiedad y agorafobia tan intensas como la de él. Su piel simplemente se sentía terrible ante la mera idea de entrar en contacto con alguien más. ¡Ni siquiera podía ver porno sin sentirse nauseabundo por todos los toques y choques de piel!

Como un verdadero virgen, Liu Xiuyan solo había tenido orgasmos en dos ocasiones. La primera fue cuando tenía diecisiete y descubrió que tocarse a sí mismo no le causaba tanto asco. La segunda, bueno, cuando entró por accidente a la habitación del príncipe e hicieron "cosas" al despertar. Esos eran los únicos estímulos de toda su vida, lo cuál era tan triste como sorprendente. Y cuando Mo Ting empezó a probar cada estilo de beso existente, Liu Xiuyan de repente deseó haber prestado más atención a las novelas románticas de sus hermanas. Al menos así sabría cómo besar.

Mo Ting era particularmente gentil, al principio. Cuando sus labios se tocaban eran tan ligeros como una plumas, apenas dejando presión en los de Liu Xiuyan. Sin embargo ahí no terminaba, pues Mo Ting perdía sus sentidos luego de unos segundos, que era cuando empezaba a sofocar protagonista con un beso tan intenso que le robaba la respiración. También iniciaba el manoseo, tocando a Liu Xiuyan como si estuviera desesperado por agarrar cada parte de su piel. A Liu Xiuyan no le desagradaba, aunque era incómodo tras un tiempo.

La virginidad de Liu Xiuyan cumplía en todos los aspectos: tampoco había tenido una cita en toda su vida.

Las citas no eran algo que realmente sucediera en el Imperio. En general se iba de conocidos a enamorados a esposos. Pero Liu Xiuyan era un joven moderno, quién no podría contraer matrimonio sin conocer a su prometido al menos un poco. Por ello, cuando una noche Mo Ting se coló en su cama y trató de quitarle la ropa, Liu Xiuyan soltó lo primero que su mente en pánico pensó.

—¡Tenemos que salir! ¡En un cita!

—¿Una cita?— preguntó Mo Ting, ladeando la cabeza mientras analizaba su cabeza en busca de esa palabra tan rara. No halló nada.

Liu Xiuyan había entrado en un pánico tan repentino que balbuceó.

—E-Es cuando u-una pareja sale para conocerse…— explicó en breve. —A-Antes de estar comprometidos.

—Hmm.

Liu Xiuyan pensó que con eso aplacaría el deseo de Mo Ting por un rato, pero en realidad solo hizo que el principito estuviera pensativo. Y un principito pensativo era un principito bastante que luego haría algo estúpido.

El protagonista no esperaba en lo más mínimo que tres días después de aquel incidente, el principito se presentaría frente a su habitación con un ramo de flores de loto. Seguido de un muy formal discurso en el que tardó alrededor de cuarenta minutos para pedirle a Liu Xiuyan una cita. Tan sencillo como era, Mo Ting logró elaborar la propuesta de cita más complicada y cuestionable que Liu Xiuyan había presenciado alguna vez. Viniendo de un chico que pasaba todos los días de su vida leyendo sobre el romance, era impresionante.

Tras entrar en pánico varias veces, Liu Xiuyan terminó aceptando. Esa es la razón por la que estaba teniendo una crisis muy grave de vestuario frente a Mo Xian y Zhao Jean. Sin contar a Shen Lian, que parecía casi tan alterado como él.

—¡¿Que debo usar?!— exclamó Liu Xiuyan, paseando por su habitación con notable nerviosismo. —¡¿Y si me veo ridículo?! ¡Mo Ting va a odiarme! ¡Va a pensar que soy muy raro y que no debemos estar juntos! ¡Oh, por todos los cielos! ¡¿El azul me hace ver gordo?! ¡¿Por qué sólo hay túnicas azules?!

Su vómito verbal terminó tan pronto como Zhao Jean, de un modo poco discreto, soltó un grito exasperado antes de salir con una expresión furiosa en el rostro. Deprimido y realmente desesperado por su actual situación, Liu Xiuyan se tiró al suelo gimiendo de frustración. Odiaba su propia inseguridad.

¡Transmigré a mi novela favorita!Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin