Amor En Palabras

Capitulo Especial III [Usagi y Mamoru]

Capitulo Especial III
Mamoru y Usagi
Las Sorpresas
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                      Usagi
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No soportaba ver a Serenity de esa manera, habíamos intentado de todo para que estuviera mejor pero nada a resultado.
De camino al departamento de Mamoru no deje de pensar en la forma en como los escuchamos discutir de esa manera. Creo que durante estos meses jamás los había escuchado discutir, siempre se mostraban felices y llenos de amor pero la perdida de un bebé no es nada sencillo de procesar y eso dolía demasiado.

Mamoru no se atrevió a decir nada en el Camino, a veces siempre trataba de hacer bromas y animar el ambiente pero ahora mismo ni él puede bromear.

—¿Te quedas? —Murmuro al estacionar el auto.

Asentí levemente. He estado durmiendo con él desde la perdida de Selene, cuando estaba sola en mi departamento sintiéndome triste ante la noticia me sentía llena de dolor y no quería sentirme sola, tuve que llamarle a Mamoru para que estuviera conmigo y desde entonces estoy viviendo con él.

—¿Quieres darte una ducha? —hablo al entrar a su departamento—. Sabes que por mí no hay problema, está ya es tu casa

Me dió un ligero abrazo antes de darme un beso en la frente y desparecer camino a la cocina.
A decir verdad estaba algo cansada, aún que no entendía muy bien el porque si solo había estado en la casa de Diamante para animar a Serenity pero después de eso la tarde se volvió incomoda.

Me dí una ducha conteniendo las lágrimas que salían al recordar el estado de Serenity en el hospital, la forma en como sus ojos perdieron el brillo, sus gritos al entender que ahora ya no estaba embarazada y que su pequeña hija había fallecido o la forma en como tenían que darle sedantes para tranquilizarla, todos aquellos recuerdos venían a mi mente haciendo difícil todas estas semanas.

¿Cómo era posible que nuestra madre le provocará un dolor inmenso a su propia hija? Sean cual sean sus excusas nada justifica ese daño horrible solo a una bebé. Serenity no se merecía ésto, estábamos tan ilusionados con la llegada de esa pequeña pero la envida, el odio tenía que hacerse presente en la vida de esos dos enamorados.

Al salir de la ducha y vestirme, Mamoru me esperaba con una tierna sonrisa además de un té y galletas. Mamoru ha estado apoyándome en estos días y eso se lo agradecía Enormemente, estaba cuando más lo necesitaba.

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Al paso de los días trate de volver a la normalidad en mi trabajó, necesitaba un respiro y poner mi mente en otra cosa. Así que gran parte del día trate de diseñar y confeccionar cada uno de mis vestidos. Incluso estaba llegando a pensar en volver a mi departamento aún que ya me estaba acostumbrado demasiado a vivir con Mamoru, dormir en sus brazos, despertar de la misma manera y ni se diga del excelente sexo porque Mamoru era jodidamente un dios en el sexo, Después de tantos años de experiencia como Mujeriego daba frutos. Algo que ni yo misma me imaginé en hacerme una completa sumisa, adoraba y me volvía loca la forma en como Mamoru tomaba control en mí.

Negué con la cabeza al tener las imágenes vivas de hace unas Semanas.
Joder, recordar aquella Bonita polla.

¡Concéntrate Usagi!

A la hora de la salida me despedí de mis compañeros además de Michiru, mi gruñona jefa. Cruce la boutique riendo sobre algunos comentarios de los demás trabajadores de aquí, el sol empezaba a ocultarse en la gran ciudad, las personas pasaban por la acera.