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Dedicado a anliapas ❤️

«Te estamos observando»

Cayla

La línea para entrar a la sala de entrevistas estaba llena de personas consumidas por los nervios. Por mi parte, me había preparado para distintos certámenes de belleza a lo largo de mi vida, así que presentarme y dar una buena impresión no era una de mis preocupaciones.

Mi inquietud era que no veía a Sybil en la línea de admitidos y eso significaba que la habían descalificado del proceso. ¿Acaso tendría alguna dificultad médica que nadie, ni ella misma, conocía? Al mismo tiempo, me aliviaba la posibilidad de que regresara a casa.

Había venido a Arcadis con un propósito, y cuidar de mi prima menor sería un problema. Ella no era una persona ágil o fuerte, y su personalidad era moldeable. Sybil era el tipo de personas que no pasaban la fase de supervivencia y regresaban a casa sin alguna parte de su cuerpo.

Sin embargo, y aunque me enfadara admitirlo, no quería pasar este infierno sola. Sabía mis motivos para entrar en Arcadis y las cosas que ahora dependían de mí, pero eso no lo hacía más sencillo, en especial después del tiroteo en la plaza y mi fiel teoría de que una de las balas estaba dirigida a mí.

—Va a estar bien, seguro aprobó —dijo alguien a mi lado. Me giré y vi a la chica que Sybil había conocido en la plaza—. Había tres puertas distintas por donde pasaban a la gente según su puntuación. ¿Cuánto sacaste?

La miré con recelo.

—Noventa y siete.

Ella enarcó ambas cejas, sorprendida.

—La mía fue de noventa. Al parecer subir y bajar tantas escaleras en South Rednett ha servido de algo. —Se encogió de hombros—. Creo que mi amigo, Zaid, sacó algo alrededor de ochenta y lo pasaron por una puerta distinta a la nuestra. Y a los que vi realmente tristes, que tal vez sacaron una puntuación insuficiente, los dirigían a la puerta más lejana que asumo que es la salida.

Miré a mi alrededor, escaneando a todas las personas que allí se encontraban. Incluso a la chica de pelo negro y ojos rasgados que intentaba ser cordial. No podía confiar en nadie, pero podía fingir que lo hacía para generar alianzas necesarias y así protegerme.

—¿Cómo te llamas? —le pregunté.

—Astra, ¿y tú?

—¿Eres de South Rednett, no?

Ella frunció el ceño, desconfiando de mis intenciones.

—Mi nombre es Cayla —dije, reconociendo que ser descortés no me ayudaría a ganar aliados.

Antes de que pudiéramos seguir la conversación, nos hicieron pasar a veinte personas de la línea. Con Astra detrás de mí, entré en una sala de luces tenues; en el fondo había un escenario no muy alto y, detrás de este, algunas fotos enmarcadas de momentos épicos de los campeones Arcadis en los últimos años.

Frente al escenario se encontraba una mesa alargada con cinco personas, todos vestidos con uniformes oscuros y un pequeño logo de Connektd en el pecho.

Nos sentamos en las butacas mientras esperábamos nuestro turno. Estaba tan oscuro que era incluso difícil identificar a la persona de al lado. Sin embargo, noté las siluetas de uniformes blancos recostadas de la pared. La sala estaba custodiada por policías.

—Bien, chicos... —Una mujer con una tableta en sus manos se acercó a nosotros. No supe qué fue más estruendoso, si sus tacones o su voz—, bienvenidos a una nueva etapa de Arcadis. Mi nombre es Ella. Una vez que escuchen su nombre pasarán al frente y responderán las preguntas de los productores. Les recomiendo que intenten ser lo más auténticos y honestos posible. Ah, y no será necesario que entreguen su chip de participación esta vez. ¿Alguna duda?

Arcadis: El juego ©Where stories live. Discover now