Capítulo 19.

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Le era imposible recordar su regreso a Mirare, pues había estado inconsciente. Su hermana le contó que lo transfirieron por órdenes de su madre, pero que el príncipe Christopher y algunos de sus sirvientes también estaban ahí, atentos a cualquier noticia que el médico tuviera para ellos, incluso si la reina no les permitía pasar a verlo.

—¿Chris se encuentra bien?

—¿Chris? —La princesa Olivia alzó una ceja.

—Mi esposo.

—Sé a quién te refieres, sólo me sorprendí al escuchar cómo lo llamaste. Parece que todo el tiempo en Oost Ventus los ha hecho cercanos.

El rubio asintió, negándose a dar más explicaciones por el momento. Estaba cansado de tener que pasársela en cama y de que los únicos que pudieran acercarse a él fueran su madre, su hermana menor y el médico de confianza de la familia real Lee. Si bien había estado mareado los primeros días después de volver en sí, ya ni siquiera se sentía mal.

La reina de Mirare sentía algo de pena al notar cierta angustia en el rostro del príncipe Christopher, pero no dejaba de insistir con que era necesario mantener a su hijo en observación por unos cuantos días más. La mayoría de los empleados en el palacio entendían tanto su preocupación como que ésta probablemente estaba relacionada al hecho de que el rey Lee no llevaba mucho tiempo de haber fallecido.

A la mañana siguiente, Seung Min tocó la puerta de la habitación que el esposo del príncipe Felix usaba y, tras recibir una respuesta, entró. Buscaba a los sirvientes que habían acompañado al castaño para lavar sus sacos y prestarles unos nuevos, pues así lo había ordenado la reina.

Cuando iba a comenzar a lavar el saco de Do Woon, notó que algo se salió del bolsillo de éste y lo recogió rápidamente. Parecía una carta, pero no podía estar del todo seguro y, por supuesto, sentía curiosidad.

Sacudió la cabeza un par de veces, repitiéndose que no era asunto suyo, aunque lamentablemente no sirvió para nada. Convencido de que un vistazo no le haría daño alguno, deshizo con cuidado los dobleces marcados en la hoja de papel e intentó comprender los trazos de Do Woon. No quería ser un entrometido, pero desde que Hyun Jin le enseñaba a leer, se había acostumbrado a usar cualquier oportunidad que se le presentara para practicar.

—A... Ap... —Se esforzaba por pronunciar lo que veía ante sus ojos—. Apli... ca... ción...

Si Hyun Jin no estaba a su lado, nadie podía decirle si estaba leyendo bien o no, lo cual también provocaba que su inseguridad aumentara. Las letras en la hoja se volvían más complicadas para él simplemente porque estaba solo, pero al menos había un par de dibujos que lo ayudaron a no frustrarse de más después de haber leído sólo una línea, misma que lo descolocó por unos instantes.

—¿Le gusta tomar cosas que no le pertenecen?

Seung Min giró al escuchar aquella pregunta cargada de seriedad y se encontró con Do Woon, quien lucía enfadado. Se asustó de manera inevitable al ver cómo se acercaba a él sin dejar de fruncir el ceño y dedicarle una mirada poco amistosa.

—D-discúlpeme, por favor —tartamudeó a causa de los nervios que sentía, ofreciéndole la hoja de papel inmediatamente—. Si le hace sentir mejor, no leí nada.

—¿Cómo puedo creerle? —Cuestionó mientras volvía a doblar la hoja para guardarla.

—Y-yo... no sé leer —confesó—. E-estoy aprendiendo, pero todavía no puedo entender muchas cosas o descifrar las palabras por mi cuenta, se lo juro. No leí su carta.

—¿Carta?

—¿No es una carta?

—¡¿Se está haciendo el tonto?! —Bufó, pero no tardó mucho en darse cuenta de que el castaño no mentía.

—Yo... —Seung Min no sabía qué hacer para salir de aquella situación.

—Ya veo... En verdad no sabe leer —pronunció Do Woon, mostrando un repentino cambio en su actitud y por fin deshaciéndose de su ceño fruncido, calmándose.

—Le ofrezco mis más sinceras disculpas una vez más —el menor agachó la cabeza e inclinó su cuerpo hacia delante—. Sé que no fue correcto tomar su carta y que hacerlo pudo haberse malinterpretado, créame que lo siento mucho.

Do Woon se le quedó viendo al otro sirviente por unos segundos más y al final tomó la decisión de dejar pasar el asunto. Le aseguró a Seung Min que no le diría nada a la reina de Mirare para no meterlo en problemas, pero puso una condición: él también tenía que hacer como que aquel incómodo encuentro nunca había sucedido.

Esa noche, Hyun Jin tardó menos de cinco minutos en darse cuenta de que algo no estaba del todo bien con Seung Min. Después de una tranquila conversación en la cual le regaló muchas caricias en la espalda para asegurarle que no debía tener miedo, pudo convencerlo de contarle lo ocurrido.

El pelinegro se quedó entre sorprendido y preocupado. Se levantó y avanzó hacia su escritorio, buscando con cierta desesperación una hoja de papel y un poco de tinta.

—Seung Minnie, necesito que escribas esa línea que leíste.

—¿Q-qué dices? N-no... No puedo hacer eso... —Su voz tembló un poco.

—¡Claro que puedes! Tú tienes buena memoria —el más alto le hizo una seña para que se acercara—. Tienes que hacerlo. Será como practicar, ¿está bien?

—Pero...

—Esto podría ser mucho más importante de lo que crees. Necesito que hagas el intento, por favor.

—B-bueno... Veré qué puedo hacer —aceptó.

Una vez que el castaño tomó asiento, dejó salir un suspiro y trató de concentrarse en las primeras letras que había visto en la hoja de papel de Do Woon. Tras varios minutos, logró escribir las palabras "Aplicación de".

Volteó a ver a Hyun Jin con una pizca de tristeza y susurró que no podía recordar nada más.

—Lo siento, Hyun Jin.

—No te rindas, por favor... Piensa en el príncipe Felix...

—¿Hm? ¿La hoja de Do Woon tiene que ver con el príncipe Felix? —Preguntó con cierta confusión.

—Tal vez —el pelinegro se encogió de hombros, fallando al tratar de ocultar que se sentía preocupado—. Me gustaría que intentaras un poco más, Seung Minnie, puede que aún recuerdes otra cosa...

La mirada de Seung Min se dirigió de nuevo hacia el papel. Después de titubear mucho, se animó a trazar una letra más junto a las palabras que ya había escrito, con la mano temblando levemente. Si bien con eso no creaba una tercera palabra, le era bastante útil al cocinero de la familia.

—¡Oh! —Los dibujos aparecieron súbitamente en sus pensamientos—. Do Woon no puso sólo letras.

Entonces, con la tinta empezó a dibujar lo que recordaba. El primer dibujo era muy parecido a olas altas en el mar, acomodadas una tras otra. El segundo dibujo eran sólo líneas onduladas que no formaban ninguna figura en específico.

—Debe tener algún significado... —Hyun Jin pensaba en voz alta mientras observaba los nuevos trazos del menor.

—Lamento que sea más fácil recordar esto que las letras —murmuró Seung Min, sintiéndose avergonzado por no poder ayudar más.

—Gracias, Seung Minnie. Lo hiciste muy bien —le sonrió, le dio un beso en la mejilla y luego acercó la hoja hacia sí mismo—. Guardaré esto. Mañana le llevaré la comida al príncipe Christopher personalmente y le preguntaré algunas cosas.

Continuará.

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Leí una teoría en los comentarios del capítulo anterior y sólo diré que... taaaaan lejos de la verdad no están.

¡Feliz fin de semana!

Gobernar un corazón [ChanLix] [HyunMin]Where stories live. Discover now