𝟬𝟬𝟲 the wedding

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CAPÍTULO SEIS: LA BODA

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CAPÍTULO SEIS: LA BODA.

      Edelyn bostezó la mañana siguiente mientras se vestía para la boda de Bill y Fleur

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      Edelyn bostezó la mañana siguiente mientras se vestía para la boda de Bill y Fleur. Había pasado la noche mirando el libro de fotografías que Dumbledore le había dejado. Sus ojos se movieron sobre las fotografías móviles de sus padres y sus amigos, los dedos sacando el polvo de sus sonrisas. No podía evitar preguntarse si ellos sabían entonces lo diferentes que se volverían sus vidas. Sus rostros aún tan inocentes; la oscuridad sin no había empañado la ingenuidad de su juventud. Aún no se habían convertido en soldados, en guerreros que algún día sentenciaría a tres a muerte, uno a la traición, y dos a la soledad.

      Dentro de la tapa, escrita en la cursiva de Dumbledore, habían palabras simples: para recordarte que el poder más fuerte de todos es el amor.

      Edelyn soltó un suspiro pesado. Había intentado descifrar lo que significaba, ya que seguramente había un mensaje oculto. Pero como el hombre complicado y confuso que siempre había sido, no hablaba en más que acertijos que ella no podía ver más allá de su superficie.

      Observando fijamente su reflejo en el espejo, cepilló su vestido lavanda y mordió su abusado labio inferior. Sus ojos repasaron sobre la cicatriz de mordida en su cuello. Tanto la señora Weasley como la señora Diggory habían intentado taparla con varios conjuros y maquillaje, pero todo fue en vano.

      Ella lo observó.

      Y la marca la observó de vuelta.

     Mentalmente extendió su dedo del medio a Fenrir Greyback y se colocó un par de tacones negros que Fleur la había obligado a usar —. Oh, mais t'es si belle!—, había exclamado —. Debes usarla. ¡Debes!—, sabiendo que no debía discutir con una futura novia, y mucho menos con una medio-veela, Edelyn cedió y ahora se encontraba tropezando mientras salía de la habitación de Ginny.

      Harry estudiaba su reflejo en la ventana. Sus cejas estaban fruncidas con molestia mientras intentaba dominar su cabello negro, cuando escuchó el ruido de tacones contra madera. Dándose la vuelta, su estómago dio un salto al verla entrar a la cocina de la Madriguera, hermosa como nunca, con sus ojos fijados en sus pies con concentración. 

EDELYN: hpWhere stories live. Discover now