Solo Tu, Nadie Más (Yaoi/BL)

Cap. 28

No es que el psicólogo me dijera algo que no supiera ya.

Estrés postrumático...

Aunque muy rápido me olvidé del psicólogo al salir y ver a mi hermano ahí plantado.

–Detesto que te chiven todo lo que ocurre con mi salud mental, sabias? –Me quejé suspirando.

–Que te ha dicho? –Preguntó ignorando mi comentario.

Pero yo solo necesité quedarme mirándolo levantando una ceja sabiendo que ambos sabíamos lo que me habían dicho.

Dado lo que había vivido no era extraño.

–Le has contado sobre..?

–No pronuncies su nombre –Corté antes de que terminara la frase.

–Eso es que no.

–Pues perdón por no ser tu y que todo me resulte tan sencillo! –Salté con cabreo por su comentario.

Y con solo decir eso ya tenía de nuevo su expresión de análisis encima.

–Bueno, pero como te encuentras? –Preguntó Colin apartando un mechón de mi cara.

Pero Kevin me seguía mirando como esperando a que montara el espectáculo.

–Quieres dejar de mirarme así!? –Salté cediendo a su provocación consiguiendo que Colin me agarrara por los hombros al dar un paso al frente señalando a mi hermano–. No me mires como si supieras todo lo que estoy pensando! Tu titulo no hace que entiendas nada!

–Es verdad, en eso tienes razón –Me dio la razón también poniéndose en pie–. Pero en realidad no estaba pensando en que estabas pensando... Pensaba en... bueno, en que cada vez impides más que la gente intente ayudarte.

Impedir... que me ayuden...

–Llevamos sin saber de ti realmente desde hace medio mes, por no hablar de todos los meses que estuviste sin dar señales de vida antes de que te ingresaran. Lo único que mamá y papá te piden siempre es que hables las cosas, y eso es exactamente lo que nunca haces.

–Para preocuparlos? Paso.

–Ese es el problema, que así los preocupas más!

Escuchar eso prácticamente me desmontó...

No había cosa que detestara más que tener a mis padres preocupados... después de ver todo lo que se preocuparon por mi durante la guerra...

Por eso no quería tener que andar a contarles lo que me ocurría... Y por eso generalmente esquivaba hablar con ellos.

–No les digas –Pedí pateando mi orgullo bien lejos.

–Les diré que estas en tratamiento otra vez, lo demás es decisión tuya –Aceptó a medias.

Pero me di por satisfecho con eso agarrando la mano de Colin.

Nos despedimos de mi hermano y nos fuimos al coche para volver a casa mientras yo le explicaba lo que me había dicho el psicólogo.

Todo sería cuestión de un proceso progresivo en el que tenía que aprender otra vez a salir a la calle sin miedo, dormir sabiendo que no voy a morir y tenía que aprender a confiar de nuevo.

–Iremos muy poco a poco y a tu ritmo, ya verás –Intentó darme ánimos dándome un beso en la mano.

Y me sonrió con cariño casi consiguiendo que me derritiera.

Colin era todo lo que nunca creí que fuera a tener.

Pero en cuanto llegamos al piso y aparcó fui siquiera incapaz de abrir yo la puerta para salir del coche.