Prólogo

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Hoy era una noche lluviosa, parecía que toda la semana iba a llover.

Hacía unos minutos que habían terminado las clases, y, como siempre, el silencio sepulcral y la tranquilidad de su ausencia se instaló en cada pasillo.

Llevaba siendo profesor de este colegio desde hace 5 años, no era mucho, pero si los suficientes para apreciar estos momentos de calma.

Dar clases a los niños era genial, pero eso no quitaba que disfrutaba igual de su ausencia.

–Lance, puedes venir y ayudarme? –Me pidió Max entrando en mi clase.

Dejé lo que estaba apuntando en el ordenador y salí a ver en qué necesitaba ayuda.

Tenía que llevar unas cajas de material nuevo al gimnasio.

–Lleva tu esas y yo llevo estas –Me indicó cogiendo varias cajas como podía.

Max era un cíclope, así que se pudo pasar bien al llevar esas cajas, más bien me necesitaba por que eran muchas.

Cambié mi musculatura para poder con las cajas sin problemas y lo ayudé a llevar el resto.

Era un híbrido entre sirena y cambiante, así que no podía tomar la forma de una sirena ni cambiar mi aspecto físico a voluntad, pero podía respirar bajo el agua y alterar mi masa muscular a voluntad.

Una vez ayude a Max con las cajas él se quedó a ordenarlas en el gimnasio y yo volví a mi clase.

Tenía que terminar los ejercicios de las fichas para mañana y después me iría a casa.

Una buena ducha caliente con el día que hacía siempre era un buen plan.

–Lance! Que bien que aún no te has ido –Saltó la directora Glenda encontrándome en el pasillo.

Eso sonaba a horas extra.

–Nos acaba de llegar un informe de Central, mañana se incorpora un alumno nuevo en tu clase, es un rescatado del mercado nocturno, así que habrá que tratarlo con mucho cuidado –Explicó dándome el informe.

Leí rápidamente los papeles por encima para entender un poco la situación, pero me di cuenta muy rápido de que algo no cuadraba.

–Aquí pone que es humano –Dudé caminando con el director para volver a mi clase.

–Si, se explica todo en el informe, no te preocupes –Le quitó importancia como si eso fuera el menor de los problemas.

Y en cuanto llegué a mi clase él siguió con su camino solo.

Así que un niño humano... nunca había tratado con uno, ni en la guerra.

Bueno, al llegar a casa lo leería bien, los niños eran todos iguales, no podía darme tantos problemas.
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Tras un buen baño y después de una sopa calentita de cena me puse a leer bien el informe del niño como lectura antes de irme a dormir.

Hablaba de que había sido vendido a muy corta edad a un mago que experimentó con él, ahora era un humano de 10 años capaz de usar algo de magia, pero que en los informes médicos señalaba que su cuerpo seguía siendo el de un humano y se comportaba como tal.

Estaba bajo el cuidado de uno de los ayudantes del protector de este territorio.

Bueno, tal vez fuera a dar más problemas de los que esperaba en un inicio, no parecía ser un niño que lo hubiera pasado muy bien en la vida.

Tendría que jugar muy bien mis cartas.

Solo Tu, Nadie Más (Yaoi/BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora