19 - Cínico

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Hoy he llegado algo tarde y no porque quisiera, no encontraba la camisa de mi uniforme por ningún lado hasta que apreció debajo del refrigerador, no sé cómo.

Ahora estaba en la segunda hora de clases, cuando acabé de copiar unas páginas pedí permiso para ir al baño, creo que tomé demasiada agua, llego, hago mis necesidades y me dispongo a regresar.

Voy apenas saliendo cuando me encuentro con Samuel afuera, quien se dirige al baño de hombres, pero al verme se detiene.

—Azul— me llama y se acerca un poco.

—¿Qué?— respondo deteniéndome sin hacer ningún movimiento.

—Ya me contó David lo que en realidad le dijiste en la carta— dice Samuel con una cara de asco hacia mí —Él tanto que te ama y tú ni corazón tienes.

—Bueno, si te contó todo lo que le dije, recuérdale que si hoy se atreve a insistir una vez más le contaré a todos los profesores— hablé neutra.

—Bruja sin corazón.

Ignoré por completo este último comentario y me regresé al salón. Samuel parece esclavo siguiendo todo lo que diga David, que patético.

***

Mi mamá sigue tan estresada que hoy ni me puso comida fresca, solo un poco de sopa de pollo de ayer y ni siquiera me puso cuchara.

Tengo que cargar directamente el topper en manos y sorber. Eso hago cuando de pronto la sopa ya no está en el traste, está en toda mi camisa y en una parte del suelo del escalón.

Seguido se escuchan las risas de varios chicos de al rededor. Qué vergüenza.

Ante mis ojos aparece la imagen una pelota de fútbol en el escalón de abajo.

—Uy, perdón Azul— viene a recoger el balón Sebastián —David no le apuntó bien el balón y te terminó dando a ti en lugar de la portería por accidente.

Sí, claro, ya lo creo que fue un accidente.

—Apuntó perfectamente...— digo apretando los dientes.

—¿Eh?— suelta Sebastián confundido.

Veo a todos los chicos de la cancha y me detengo en David, se ríe junto con Samuel mientras le dice algo al oído y me señala con el dedo sin descaro.

Me voy de ahí enojada dejando incluso el topper tirado, me dirijo al baño, me voy a limpiar lo más que pueda.

Con ayuda de unas servilletas pude limpiar el exceso de sopa, aunque quedó una gran mancha del jugo que dudo se seque tan rápido, veo que incluso cayó un poco en mi falda.

—Maldito, lo odio, lo hizo con toda la intención del mundo— me digo a mi misma mientras doy agresivas palmadas a mi falda.

Y todos se burlaron de mí, se sintió feo, pero no voy a llorar, no, son solo adolescentes ignorantes que no saben el trasfondo de nada. 

Salgo del baño cuando suena la campana, no quise salir antes porque a pesar de que quería tratar de que no me importen lo que digan los demás, no puedo negar que cierta vergüenza por sus burlas no desaparece.

En lo que llegué al salón escuché varios comentarios de personas de otros grupos sobre que me veía asquerosa con la camisa así toda sucia.

Llego al salón y me siento en mi banca.

—Wow Dei, de verdad que te pasaste con el balonazo que le diste a Azul, y eso que luego nos dice chuecos a nosotros— habló en alto Jonathan.

—Ay, un accidente lo comete cualquiera— se atreve a contestar el muy cínico.

[✓] BullyingWhere stories live. Discover now