[✓] Bullying

11 - Ley del hielo

¿En qué momento?

Esa pregunta no abandona mi mente...

¿En qué momento pase de ser una chica, aunque callada, que no se deja de nadie?.

Esa chica que no huye de nadie porque tiene el valor de afrontar las cosas directamente y de raíz, el momento donde decidí tontamente esquivar a David, al punto de presionarme para levantarme temprano y más rápida que el con tal de esquivarlo, en lugar de decirle directamente en su cara y como es mi derecho, que no quiero que me abrace, que me siento incómoda y no me gusta.

Se lo diré, lo haré, enfrentaré a David y no solo en eso, ya no quiero ni que me hable, ni si quiera que me mire.

Me hartó, cruzó mi límite, y lo sé porque la sensación que sentí ayer al enterarme de esas estúpidas fotos prendió unas alarmas en mí que me decían que tenía que detenerlo ya mismo.

Entonces lo haré, a partir de hoy voy a llegar a la hora que yo quiera, para el ya no habrá ni un gesto, una palabra, una sonrisa, una seña, nada.

Ley del hielo total.

***

—Azulita, buenos días— se intenta acercar.

Sin cuidado lo ignoro y sigo con mi camino, me adentro a la escuela dejándolo atrás con sus amigos.

—Se te enojó la novia— escucho se burlan de él.

Estúpidos, pero no importa, las burlas respecto al noviazgo se acabarán muy pronto, me veré como una desalmada al ignorarlo delante de todos, pero eso ya no me importaba.

***

—You can go now— sentencia la maestra de inglés.

Todos salimos, yo como siempre de última, me dirigí a las gradas a comer, esta vez es arroz con quesito.

—Hola Azulita, se ve muy rico lo que comes— habla David y se sienta a mi lado.

No digo nada.

—Sabes mis padres me dijeron que en las vacaciones de invierno que vienen, talvez podríamos ir al mar unos días, ¿Tú conoces al mar?. 

Sigo comiendo y sin responder.

—Oh, tienes la boca llena— ríe —Bueno yo si lo conozco, es muy hermoso y el agua se siente maravillosa, ojalá algún día lo puedas conocer, es más, si siempre si voy en estas vacaciones tomaré un par de fotos solo para mostrarte.

Claro maldito, tus estúpidas fotos que te encanta tomar, eres todo un maldito experto.

—Yo la primera vez que fui fue cuando tenía cinco años y...

Dejó de escucharlo concentrándome en mis pensamientos, ni si quiera si no suelto ni una palabra él se cansa, siempre encuentra un tema del cual hablar, tema que para nada me interesa.