13 - ¿Beso?

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—Azulita...— dice decepcionado.

—¡Y no me digas Azulita! Me llamo Azul, odio que me digas así.

No dice nada y solo se queda viendo fijamente el suelo.

—Y sabes que, quédate aquí si quieres, yo me voy pero ya no me sigas por favor, no quiero que me abraces, también creo que lo mejor es que no me hables por un tiempo y-

Soy interrumpida cuando sus fuertes manos me toman de los hombros, alza su mirada y la puedo ver llena de rabia, me está dando miedo y me comienza a presionar demasiado fuerte.

—¡Me estás lastimando!—  digo y trato de quitar su manos pero es inútil.

Me atrae contra él y de repente presiona su boca contra la mía, me está besando.

Con todas mis fuerzas intento empujarlo, pero el apenas y se mueve, su lengua hace extraños movimientos en mi boca y las lágrimas de mis ojos salen como cascada. Dura varios segundos dónde siento como poco a poco me voy quedando sin aire hasta que finalmente soy liberada.

Me aparto lo más que pueda de él y llena de coraje sin dejar de llorar me vuelvo a acercar solo para darle puñetazos en su pecho, puñetazos que no hacen ni el más mínimo daño pues mis manos tiemblan siendo incapaces de golpear con fuerza.

—¡Maldito, maldito, que te pasa, te odio, te odio!— lo termino de golpear y me alejo.

Tallo mis ojos limpiando todas las lágrimas en ellos. El permanece estático y comienza a reírse.

—¿Eso es lo que querías no?— dice aún riendo.

Imbécil.

—No te me vuelvas a acercar David, no me vuelvas a hablar de nuevo, te lo pido por favor, ya no me hables más, te lo pido— dije alejándome poco a poco hasta marcharme del lugar.

Por fortuna David de ahí no me siguió.

Voy hasta el baño y me quedo ahí, las lágrimas no se detienen, pero se controlar mi respiración por lo que no hago mucho ruido. Después de un rato la campana suena y limpio mi rostro con el papel y me controlo a mí misma y salgo a verme al espejo, por suerte no se nota que haya llorado.

Me voy al salón donde el profesor de Matemáticas siempre puntual ya se encuentra dentro.

Doy unos golpecitos a la puerta

—¿Puedo pasar?— digo bajito y con pena.

—Azul, claro, con que no se vuelva a repetir por favor.

Entro y siento la mirada de varios pero la más tensa y oscura es la de David.

Tomo asiento y volteo a ver por un segundo a David, sus ojos expresan burla y victoria sobre mí, me siento pequeñita.

***

es cortito, perdon je <3

nos leemos prontito

[✓] BullyingOù les histoires vivent. Découvrez maintenant