17- ¿Tienes miedo?

11K 564 102
                                    


Se supone que tendría que estar haciendo la tarea de historia, pero en lugar de eso me estoy desahogando y diciendo todo lo que decir y estoy segura que es toda una biblia entera.

"Cruzaste mi límite, ya no puedo con tus estúpidas cartas, con tus fantasías estúpidas, cursilerías, con tu presencia, sencillamente no te tolero. No me gustas, ni me gustarás, no somos nada, no nos vamos a casar, eso es lo más idiota que llegaste a escribir, entiende que no soy un objeto, ¿Sabes que pienso yo de ti? Que eres patético, insoportable y molesto, lo peor que me pudo pasar en la escuela.
Lo que haces puede ser catalogado como acoso así que, o te detienes, o no solo te reportaré con dirección y con maestros, también te denunciaré con la policía, y sabes que tengo como pruebas tus cartas, así que ya, detén esto y yo olvidaré todo y no le diré a nadie, hazlo por tu bien, no creo que quieras ir a la cárcel ¿O sí?. "

Puede que haya sido demasiada dura en algunas partes, pero es eso lo que su insistencia provocó, solo hartarme.

Le entregaré esta carta mañana a Samuel para que se la dé a David. Si con las amenazas de denuncia no se controla, pasará de ser unas simples amenazas a una realidad.

***

—Para que soy bueno.

—Quiero que le des esto a David.

—Vaya, Azul, no te preocupes, soy muchas cosas pero no chismoso así que no la abriré, solo dime, ¿Le das esta carta porque por fin le vas a corresponder, no es así?.

—Que el mismo te cuente después— dije sonriente.

—Tomaré eso como un sí, David se pondrá muy feliz.

—Si, seguramente.

***

—¡Nos vemos mañana!.

—Mucho cuidado con olvidar la tarea de nuevo.

—¡Camina con cuidado!.

—¡Te quiero, bye!.

Era el bullicio de los alumnos despidiéndose unos a otros después de una larga jornada de estudio que finalizaba una vez más.

—Buenas tardes— de la única persona que yo me despido de la conserje.

—Buenas tardes señorita Azul— me contesta.

Emprendo mi camino a casa, estoy feliz porque todo indica a qué mis amenazas funcionaron, lo más probable es que Samuel le haya dado mi carta a David justo a la última hora, esa además de ser libre a falta de la todavía enferma maestra, David no estaba ni dentro del salón, pero tampoco Alicia así que tal vez estaban quien sabe dónde haciendo quien sabe que cosas.

Camino mirando en todo momento al suelo, por momentos las pequeñas piedritas que aparecen en la banqueta encontrándose con mis zapatos se me hacen la cosa más interesante del mundo.

He de doblar una esquina por dónde tengo que pasar por un callejón algo desierto, no será la vibra más segura del mundo, pero este camino es más corto, además, hasta ahora nunca me ha pasado nada.

—Hola, Azul.

Justo cuando doblo exactamente me llevo una nada grata sorpresa.

Ay no, me espantó.

—D-David— paso saliva.

Analizo su aspecto por unos segundos, luce un poco despeinado, tiene el uniforme, pero arriba de la camiseta escolar trae puesta una sudadera roja, las manos adentro de los bolsillos de esta y lo más raro, sus ojos bastante rojos. Puedo apostar a que lloró.

—Pero que coincidencia, ¿No?— soltó una risa —Yo voy a mi casa, mi mamá no pudo venir por mi, así que decidí probar este atajo y justo me cruzo contigo, tal vez es porque de alguna manera estamos destinados, ¿O te parece eso una fantasía estúpida?— dice quedando totalmente serio.

—Se me hace tarde— trato de irme, pero bloquea mi paso.

—Azul, ¿Cómo crees que me siento después de que me ilusionaste como un total idiota, haciéndome creer que por fin corresponderías a mis sentimientos, para que al final solo me insultes en todos los idiomas posibles?— apretó los dientes con rabia —Acordamos que me enviaras una carta solo si era para decirme que también te gusto.

—Nosotros no acordamos nada, ni si quiera hay un nosotros, solo eres tú, tu solo te ilusionaste cuando yo te dejé bien en claro desde la última vez que no quería nada contigo.

—Solo estás algo confundida, yo sé que en el fondo me puedes amar.

—¡No estoy confundida! Te lo vuelvo a repetir todo lo que te escribí, si no me dejas en paz le diré a los profesores, a nuestros compañeros y-

—Tu no vas a decir nada— me interrumpe.

—Tengo las pruebas suficientes, tus cartas.

—¿De verdad me crees tan estúpido? Las escribí con una letra diferente a la mía, no puedes comprobar que fui yo quien realmente te las envío— maldito.

—Fuiste tú, nadie más pudo haber sido.

—Pero nadie te lo va a creer, Azul, tendría a todo el salón de mi lado, a todos les agrado y soy buen amigo con ellos, y tú...— me mira de arriba a abajo con gracia —Tu solo eres la marginada que nunca habla, si me llegas a acusar de algo así lo único que provocaras es que te tomen como una loca mentirosa.

Eso no lo había pensado.

¡Es un cínico!.

—B-bueno no me importan ellos, con que los profesores o autoridades me crean será suficiente.

—Pero te pedirán pruebas para poder hacer algo en mi contra, ¿Y tú qué les darás? Unos pedazos de papel que bien podías haber escrito tu misma para vengarte solo porque te rechacé, yo un inocente adolescente de solo dieciséis años no podría escribir tales cosas.

—¿Qué? Las cosas no son así y bien lo sabes.

—Pero si lo cuento así todos me creerán, te lo digo Azulita, no te conviene decir nada.

—No, los compañeros del salón vieron que tú eras quien me buscaba a mi, yo nunca mostré interés delante de nadie.

—Ay amor— rió —No sabes el poder de manipulación que puedo tener con las personas para que parezca que si lo hacías, hasta puedo controlar a las otras chicas con mis encantos todo para mandarlas a darte la golpiza de tu vida.

Me quedo atónita, nada de lo que dijo lo había pensado y tiene algo de razón, todo me desfavorece, no tengo pruebas reales.

—¿Que pasó Azulita?, ¿Te has dado cuenta que no hay manera de que puedas librarte de mi?.

Se acerca dando un paso y yo retroceso, el ríe.

—¿Me tienes miedo?— se acerca más y me toma del brazo, apretándome —No te pienso dejar en paz, nunca.

Se intenta acercar a mi boca.

—¡Déjame!— rasguño su mano y logro darle un fuerte empujón.

—¡Estúpida!.

Me voy corriendo, volteo hacia atrás, el sujeta su mano donde le rasguñé y se ríe, maldito loco.

[✓] BullyingDär berättelser lever. Upptäck nu