una escritora sin amor || chanyeol y tú

43 - Un golpe de susto

- Mi familia es de Italia, pero mis padres se mudaron a Estados Unidos y yo nací y crecí allí. – Jin Min asintió pensativa, y sonrió al mirarme detenidamente. Después de eso llegó otra mujer diferente a la primera mujer que llevó los cafés, anunciando que la cocina ya estaba servida en la mesa.
....

Esta comida no podía ser terrenal. Eso lo comprobé al darle otro mordisco a esa fresa con queso.
Eso era raro; amaba la idea de Corea, sin embargo tenía entendido que la comida no era la mejor del mundo; era algo como Estados Unidos: sin comida propia. Al menos eso me lo imaginaba, quizás por el mismo estereotipo.
Esa comida estaba tan buena, que hubiera sido capaz de acabármela en cinco mordidas, sin embargo ¿qué pensaría de mi la familia de mi novio? (ese término me estaba gustando más de lo que debería).

- Veo que te gustó, ¿o me equivoco _____? - preguntó la tía de Chanyeol, Jun Hi después de soltar una carcajada. La mujer de agradable sonrisa y ojos bonitos se notaba bastante atenta a todos los movimientos que yo efectuaba, sin embargo nada del otro mundo; quizás era una mujer muy observadora... observadoramente chismosa. Bueno, pero era solamente una tía, y ella no era la principal preocupación. La única que realmente me pudiera haber llegado a preocupar era su madre, Jin Min y a juzgar por su modo de mirarme me veía casi como un ángel bendito que vino a crear un milagro, y eso eran puntos positivos para mí. De repente, me olvidé por completo de ese asunto de "la estúpida mentira" y me enfoque un poco más en disfrutar de la velada, con personas bastante agradables. Eso era bueno. Chanyeol sonrió de oreja a oreja mientras que me miraba con el rabillo del ojo. Yo me sentí a flotar.

- Está deliciosa Sra. Jin Min. - dije galantemente, y ella sonrió satisfecha.
- Vienen de Italia, esa familia si debe de ser fascinante. - masculló el primo de Chanyeol, uno que tenía entendido, se llamaba Jeong Hae. me volteó a ver, y alzó las cejas.

- ¿Por qué lo dices, Hae? - preguntó Mi Park (o sea, Chanyeol. Bueno, no era mío pero... bueno, da lo mismo).

- Bah, tú sabes muy bien que todo esto es exportado de Italia - dijo Hae mirando hacia el cesto de madera entretejida a mano lleno de frutas y delicias - Aquí en Corea no hay cosechas tan buenas.

- Tal vez, pero tenemos al mejor chef. - comentó Jin Min con una sonrisa, posando su mirada en todos los presentes de sur a norte, terminando conmigo. - Sin embargo, no dudo que la comida que cocina ______ sea igual de deliciosa.

- Cocina exquisito. - mintió Chanyeol, casi como si tuviera una pistola en la sien, amenazándolo. ¡¿Más mentiras?! Lo miré atónita, sin poder comprender las razones por las cuales el dijo santa estupidez. Sí, yo si sabía cocinar... para mí. Lo que era en mis momentos de soledad un buen plato de pizza congelada en el microondas. Eso me quedaba exquisitamente bien. ¿Por qué seguir con la tontería de las mentiras? Eso era algo simplemente absurdo. Chanyeol me sonrió como si lo que dijera fuera totalmente cierto, como si no tuviera dudas de ese hecho. Había de dos: Chanyeol era un excelente actor, o realmente creía que yo cocinaba bien. Escarbé en mi mente unos segundos, intentando figurar donde mierda yo había cocinado alguna vez para Chanyeol, obteniendo recuerdos nulos de esa clase de experiencias. Siempre cocinaba mi abuela... tal vez pensaba que yo era la que cocinaba, y no Nina, aunque eso sería muy estúpido de su parte

- Algún día tienes que mostrarnos la cocina Italiana, querida. - dijo la tía metiche contenta. ¡¿Qué parte de "nací en América" era la que no habían entendido?! ¡Yo no era una chica Italiana!
Yoora intercambió miradas con Kris, los cuales sonrieron de un modo bastante... peculiar. La tía de Chanyeol tomó la mano sobre la mesa de su hijo Jeong Hae y su tío loco (el padre de Hae, Esposo de Jun Hi) La madre de Jin Min observaba con atención. Algo me llamó la atención en el instante en que puse mi vista en los que nos encontrábamos sentados en esa mesa. Chanyeol, Su hermana Yoora, su hermano Kris, su madre, su tía, su tío, y su primo, aparte de los otros tres chiquillos que apenas se acordaban de nuestra existencia corriendo por el patio trasero. Habían nueve familiares de Chanyeol en esa casa, once personas contándonos a nosotros dos, pero faltaba alguien. Al menos, eso creía... ¿Y su hermana menor? hice una mueca. ¿Y su papá?

- ____, ¿en dónde te hospedas? - me miró Jin Min inmediatamente. Justo detrás de ella se encontraba de pie La nana de Chanyeol, mirándome con ternura. No había sido consciente de que ella le había dicho algo a la madre de Chanyeol antes de que si quiera ella me llamase a mí.
Abrí mis ojos de un modo que se notaba inmediatamente que no era capaz de recordar ni el nombre del hotel. Chanyeol tomó mi mano debajo de la mesa, para evitar que hablara y dijera alguna estupidez, y después el habló.

- En el Pestana Chelsea. - contestó el. Sí... Pestana Chelsea. Debería de aprendérmelo, pero posiblemente me olvidaría del nombre en pocos minutos, así que ni siquiera el esfuerzo varía.

- Oh, ya veo... - susurró ella. - Cariño, ¿no quisieras quedarte aquí?

Me pegó, me pegó contra el estómago fuertemente. Mi garganta se contrajo dejándome sin habla, y sentí mucho, mucho frio. Esas palabras me pegaron en los nervios, haciéndome poner loca.Me quedé atónita; ¿quedarme allí? ¡todo eso estaba llegando demasiado lejos!

- Vamos ______ , tenemos habitaciones de huéspedes, puedes quedarte donde quieras. El Pestana Chelsea está bastante lejos, piensa que así podrás estar más tiempo con Chanyeol. - comentó la mujer, insistiendo. Chanyeol apretó mi mano, pero no un apretón común, sino mas bien con un "No me mates, lo siento, no fue mi intención".

- Ma-mamá. - Chanyeol tragó gordo. - _____ no...

- ¡Oh, por favor! - suplicó la mujer - Vendrás a la boda, ¿cierto _____?

La boda. Yo miré hacia el mantel, sintiéndome como una sardina enlatada, sin poder negarme a lo que me pedían. Chanyeol me miró con detenimiento y preocupación.

- No aceptaré un no por respuesta, cariño. - Dijo Jin Min, dando por terminada la conversación.