Capítulo 15.

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Al abrir los ojos lo primero que noté fue que no estaba en el sofá, si no que estaba en una cama, en una realmente cómoda. Miré a mi alrededor y vi que estaba en la habitación de Justin, en su cama. Me giré y vi como las sábanas estaban revueltas, dándome a entender que no había sido la única que había dormido allí.

Me levanté de la cama de un bote y escuché música realmente fuerte que provenía de la cocina. Me dirigí allí sin ni siquiera mirarme en el espejo y me encontré a Justin solamente con unos pantalones de chándal cocinado o algo parecido.

Tosí un poco, esperando que se diese cuenta de que había alguien más allí con él, pero debido al fuerte volumen en que estaba la música no se enteró.

—¡Justin! —grité, dándole un fuerte golpe en la espalda y éste se dio la vuelta, mirándome y aflojando el volumen de la música—. ¿Estás sordo o qué te pasa? Me has despertado.

—Es mi casa, puedo hacer lo que me dé la gana.

Rodé los ojos.

—¿Qué hacía yo en tu cama?

—¿Dormir?

—Idiota, me refiero a que por qué estaba en tu cama si te dejé muy claro que no quería dormir contigo.

Justin se encogió de hombros, siguiendo dándole vueltas a los huevos revueltos que había en la sartén.

—No sé, quizá en el fondo me importes algo, ¿sabes? No quería que te jodieras la espalda en el sofá, así que cuando me he despertado te he llevado a mi cama.

—¿Así que no he dormido contigo? —pregunté, acercándome a él y abriendo todos los armarios hasta dar con el que contenía las tazas.

—No —volvió a encogerse de hombros, poniéndome enferma.

¿Una noche me chantajeaba y me humillaba y a la mañana siguiente pretendía que pensara que le importaba? Eso no me lo creería aun estando borracha.

—Y lo has hecho porque en el fondo te importo, ¿verdad? —puse mis manos en mi cintura y alcé las cejas, haciendo que me mirara—. Después de entrar en el baño cuando me estaba duchando, verme desnuda y hacerme una foto para después poder chantajearme con ella, me dices que te importo. Ajá, todo encaja perfectamente.

Vi como las comisuras de los labios de Justin se curvaban hacia arriba, sonriendo cínicamente.

Estúdido hijo de puta.

—Ya sabes como soy, nena —apagó el fuego y cogió dos platos, vertiendo los huevos revueltos en ambos, pero en uno más que en el otro—. Ya sabes a qué me dedico.

—¿A humillar a chicas?

—A observarlas y a chantajearlas, pero si quieres llamarlo humillar, sí, las humillo.

—¿Y te sientes bien con eso, Bieber?

—Siempre y cuando yo salga ganando, sep.

La rabia que iba acumulando dentro era demasiado grande, tanto que tenía ganas de clavarle un cuchillo en todo el pecho y verle morir desangrado.

—Eres un idiota —le dije, llenando la taza de leche y después beber un trago—. Vístete, nos vamos al hospital.

—No voy a ir otra vez allí para estar aguantando tus ataques de bipolaridad, Lex —se sentó en la pequeña mesa también blanca que había en su cocina y empezó a comer sus huevos revueltos a la vez que bebía su zumo de naranja—. Come.

—¡No pienso comer algo cocinado por ti! ¿Quién sabe si le has hechado algo?

—Eres una paranóica, ¿nunca te lo han dicho?

Blackmailer ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora