Capítulo 14.

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Narra Justin.

Como buen chantajista, debía de tener bastante material con el que jugar. Gracias a los cantos que pegaba Lexie, pude entrar perfectamente al cuarto de baño con la cámara del móvil encendida sin que ella se diese cuenta. Gracias a que la mampara de la ducha era casi transparente, podía ver perfectamente el cuerpo desnudo de Lexie. Cada vez iba mejor. ¿Qué sería lo siguiente? Primero la fotografíe en ropa interior, pero se dio cuenta. Ahora la he fotografiado desnuda y no se ha dado cuenta.

Cuando ya tuve un par de fotos salí del cuarto de baño, pensando en qué podía hacer la dulce Lexie para mí esta vez.

.

Narra Lexie.

Me tiré prácticamente una hora metida en la ducha, enjabonando cada parte de mi cuerpo y pelo, intentando quitarme la sensación de culpa que tenía encima después de ver a mi hermano tan mal.

Cuando salí me di cuenta de que no tenía nada que ponerme; allí dentro solo tenía la ropa interior que había usado y el vestido, nada más. Maldije por dentro y me enrollé la toalla por el cuerpo, comprobando que no se veía nada que no se tenía que ver.

—¡Justin! —chillé desde dentro—. ¡Juuuustin!

—¡Ya voy! —chilló éste, maldiciendo algo que no pude llegar a entender del todo—. ¿Qué quieres? —habló desde el otro lado de la puerta.

—¿Puedes prestarme algo de ropa o lo que sea? No tengo nada que ponerme.

—No hace falta, puedes salir tal cual llegaste al mundo —maldito imbécil.

—¿Puedes hacer el favor de traerme algo? Me estoy congelando.

—Aguafiestas.

Escuché como sus pasos se iban alejando de la puerta y acto seguido escuché cajones y puertas de armarios abriéndose y cerrándose. No pasó mucho tiempo en el que Justin estuvo de vuelta.

—¿Puedo entrar? —no sabía si decirle que sí o que no, pero tampoco tenía mucho que ver.

—Sí, pero rápido.

La puerta se abrió y apareció Justin con una sonrisa torcida sobre los labios mientras sus ojos pasaban por todo mi cuerpo; desde los pies hasta el pelo mojado.

—¿Qué miras, Bieber?

—Para mi gusto esa toalla estorba.

—Y para mi gusto no —le quité la ropa de las manos a la vez que intentaba que la toalla no se cayera—. ¿Ahora te puedes ir?

—Prefiero quedarme, no vaya a ser que te resbales o algo cuando intentes vestirte.

—Tranquilo, no me caeré —sonreí falsamente y Justin se rió.

—Como quieras —dijo Justin dándose la vuelta y saliendo del baño, pero antes de cerrar la puerta dijo algo más de espaldas a mí—. No tardes mucho, tengo una cosa que enseñarte.

Rodé los ojos y cuando la puerta ya estaba cerrada me quité la toalla y me puse lo que Justin me había traído. Era una camiseta negra de manga corta y por como olía supuse que era suya; olía a su perfume mezclado con tabaco o marihuana, no lo sabía muy bien. Y además de la camiseta me trajo unas braguitas negras de encaje. ¿De dónde había sacado él eso?

Me encogí de hombros y me las puse, mejor eso que nada, y más con Justin en el mismo piso.

Una vez estaba vestida me miré al espejo e intenté desenredar los nudos que se habían formado en mi pelo con los dedos. El peine de Justin estaba pringado de gomina, así que preferí ni siquiera tocarlo.

Blackmailer ➳ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora