Capítulo XXVI

5.4K 271 18
                                    

"Ponte en sus zapatos, te aseguro que no llora por gusto, sus llagas le duelen."

Lissbeth SM


Levana

La noticia aún recorría en mi cabeza pero la parte racional de mi me dijo que no podía volverme echar en la cama a llorar todo el día necesitaba ir a trabajar despejar poco la mente con algún momento sabido que se vi hablar con Bruno pero aún no era el momento.

Opté por caminar enserio necesitaba el aire fresco pegando en mi cara, envuelta en mi gran sudadera caminaba por las transitadas calles de Ontario, había un poco de nieve cubriendo las aceras pero el ligero sol había derretido la mayoría de ella; era algo extraño caminar con alguien siguiéndote y además la gente me veía algo extrañada, pues no todos los días ves a una jovencita caminando por la calle con guardaespaldas.

-Jim, ¿quieres por favor no caminar detrás de mi? -me giro a enfrentarlo- ya de por si soy una rareza, tu presencia solo lo empeora.

Él me sonríe.

-Es mi trabajo señorita, seguirla a toda partes -se acerca un poco.

-Si, pero yo no estoy acostumbrada -me encojo de hombros- haz una pequeña excepción conmigo ¿si?

-Esta bien.

Nos queda un largo recorrido y mientras caminamos esta vez a la par me cuenta que esta casado y tiene una pequeña de 3 años llamada Hayley, es una pequeña criatura de ojos verdes y cabellera rubia igual que él, tiene 32 años y se casó muy joven pero aún están juntos a pesar de no llegar a verse por mucho tiempo debido a su trabajo a distancia.

Charlamos de muchas cosas y debo decir que es agradable estar cerca de él y se nota el verdadero amor que siente por su familia cuando me habla de ellas y yo atentamente escucho todo lo que me dice.

Para cuando caigo en cuenta llegamos a mi trabajo, es verdaderamente increíble como cualquier destino parece largo pero cuando vas con buena compañía y una buena plática se llega aún más rápido.

La campanilla suena cuando entro al establecimiento.

-Niña que gusto verte -me sorprendo al ver a Margareth- ya te echaba de menos.

-Margareth que gusto volverla a ver -hago un asentimiento pero eso no le basta y me abraza- así no tendré que volver a ver al tirano de mi ex jefe.

Un carraspeo llama mi atención.

-Lamento informarte chica Holmes que seguiré siendo tu jefe -y ahí estaba él- al menos por unas semanas más.

-¡Que tortura! -elevo mi cabeza al cielo- ¿qué mal estoy pagando?

-Deja el drama y ponte a trabajar -acomoda sus anteojos- por cierto, él planea quedarse todo el día ahí parado.

Señala al rubio.

-Si señor, soy el guardaespaldas de la señorita Mitchel -le extiende la mano- Jim Hitchcock.

Luego saluda a la mujer que me mira tratando de averiguar en qué lío me he metido para tener que usar seguridad personal.

Sin embargo no me pregunta nada.

¿Destinados? [Completa✓]Where stories live. Discover now