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Capitulo 29: Desgracias

Fabrica

La chica se levanto del regazo de la ardilla, aterrorizada y envuelta en pánico era como se encontraba. Los demás la miraron sacados de onda, pues su grito de antes los había asustado.

Alexandra la tomo por los hombros, e intento calmarla con palabras dulces y caricias en la mejilla.

A Giraffy y a Mimi no les tomo mucha importancia, tener pesadillas en la pesadilla era comprensible. Habían pasado un día horrible.

Una vez que la mayor dejo de tiritar y desesperarse, la contraria opto por apartar al pequeño George –quien estaba al lado de ambas, preocupado igualmente– para hablar a solas con la felina.

Con voz dulce le pidió al niño que vaya al lado de sus otros compañeros, convenciéndolo de que Liz estaba bien y que no se preocupara demasiado por ella, agregando que necesitaba conversar de algo importante con la misma.

El pequeño chico, como el buen jovencito que era, se despidió de la oficial sonriéndole inseguramente.

La morena se volvió para ver a su amiga. Algo le pasaba, lo sabia, lo presentía. Se removió en el asiento, y dejo sus brazos caer sobre su falda.

—¿Estas mejor?.

El silencio muertamente aplastante permaneció por unos segundos, la joven de orbes verdes en realidad no se sentía mejor, de echo, tenia una presión en el centro de su pecho que indicaba que no estaba bien.

Pero no quería preocupar a sus compañeros, ellos ya tenían suficiente con todas las desgracias que estaban pasando.

—Si.

Alex no quedo convencida, pues conocía muy bien a Lya, habían sido cercanas desde muy pequeñas y por las expresiones que esta hacia, no era difícil inferir como estaba. 

Las ganas de insistir con el tema se desvanecieron ya que el sonido sordo de la oxidada reja abriéndose capto la atención de todos los presentes.

De una manera brusca, el caballo que se retiro segundos fue lanzado adentro de la celda, el se levanto con rapidez y empezó a pelearse verbalmente con la loba –quien había ido hasta ahí para burlarse de lo ingenuo que fue el muchacho–

Gritos, reclamos, caras confundidas o enojadas; todas esas descripciones englobaban el contexto en donde estaba metidos.

Willow dio media vuelta, estaba apunto de retirarse puesto a que se estaba hartando de la voz del joven potro, se estaba hartando de todo en si. De manera extraña, antes de irse, hizo un ademan con la mano, claramente dirigida a su compañero de cabellos marrones.

Una sonrisa para nada amigable pinto su rostro pálido. Al parecer no le fue suficiente todas las desgracias que les había causado hasta el momento.

...

Ya ni se lo que hago con este libro, puro relleno ¿ y cosas que no se entienden.

En fin, debí haber subido esto el sábado pero no se porque no lo hice.

A

𝐈𝐍𝐅𝐄𝐂𝐓𝐈𝐎𝐍 ★ zizzy x ponyWhere stories live. Discover now