Capítulo 15: Mot Olovros Elddyr

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Cuando volvió en sí sólo pudo sentir un increíble mareo, por eso cerró los ojos. Pasó así un buen rato, con los ojos cerrados intentando concentrarse en la oscuridad que le rodeaba, y no en el dolor que sentía en todo su cuerpo. Subió lentamente los párpados, sólo cuando fue capaz de acompasar el ritmo de su respiración con el de sus latidos. Miró alrededor y reconoció enseguida el lugar; aun sin llevar las gafas.

Se giró hacia la izquierda, donde sabía que estaba la mesilla y alargó el brazo para cogerlas. No pudo alzar la mano más de diez centímetros antes de tener que dejarla caer de nuevo; con el brazo completamente dolorido. Tenía el hombro dislocado, o algo por el estilo.
Giró lentamente la cabeza, parpadeando un par de veces para conseguir que sus ojos, empañados por el dolor, pudiesen enfocarse medianamente. Había un pequeño reloj en la mesilla, y gracias a que no estaba muy lejos Harry pudo ver la hora en él, las dos de la madrugada: no habían pasado ni tres horas. El primer día de colegio y ya estaba en la enfermería... le esperaba un año bastante movidito.

De pronto recordó todo y se incorporó de un salto. Deseó no haberlo hecho, pero de nuevo sus impulsos habían ganado a la razón. Se mareó, la cabeza comenzó a zumbar molestamente. Consiguió apoyar el brazo derecho en la cama para amortiguar la caída, pero aun así acabó en el suelo.
De pronto la puerta de la enfermería se abrió y Harry rezó todo lo que sabía, e incluso lo que no, porque Su Señor no se hubiese enterado de su estado. Esta vez parecía que el cielo se ponía de su parte; al menos por el momento. Era McGonagall la que había entrado, envuelta en una bata larga color rojizo, y con unas zapatillas que la delataban por completo: acababa de salir de la cama.

-¿Potter? -susurró- ¿Está despierto? -preguntó acercándose a la cama donde se suponía que tenía que estar el chico. Los doseles del lado que daba a la puerta estaban echados; por eso Minerva no vio que
Harry estaba en el suelo hasta que llegó a la altura de la cama y la rodeó por completo.

-¿Qué le ha pasado? -preguntó preocupada acercándose a él y agachándose a su lado para incorporarle.

Le cogió del hombro, y Harry soltó un quejido suave, pero que fue suficiente para que la profesora lo oyese. Le miró fijamente a los ojos; esos ojos verdes que eran iguales que los de su madre. Ahora teñidos de dolor.

-Harry... ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha pasado todo este tiempo? ¿Cómo es que has podido venir aquí... cómo has podido...? ¿eres tú Harry, realmente eres tú? -la cara de la profesora de Transformaciones había ido cambiando. La piel había empalidecido, mientras los ojos se habían llenado de una ternura que Harry nunca había visto en ella. Por eso cuando tumbó al chico en la cama y le acercó una mano a la frente, Harry alzó la suya, y la enlazó con la de la mujer.

El silencio era total. Harry permaneció con la mano aferrada a la de su profesora hasta que el sueño le venció. No supo cuando. McGonagall salía de la enfermería escasas horas antes del comienzo de las clases; sólo cuando al fin Promfey, que no había podido atender al chico al día anterior, apareció en el lugar. Harry estaba en buenas manos; fuera lo que fuera que le hubiese pasado.

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Un creciente jaleo se extendía por el exterior de la estancia, haciendo que el único y temprano ocupante de la enfermería despertase sobresaltado.
Miró el reloj tras ponerse dificultosamente las gafas, y vio que eran las diez y media de la mañana; el primer día de clases ya había comenzado y el barullo del exterior se debía al cambio de clase.
Se incorporó despacio, no queriendo cometer la misma imprudencia que el día anterior. Vio que a los pies de la cama estaba su uniforme, y que en la mesilla; encima de una montaña de libros de segunda mano que -asumió- le había prestado el colegio, había un papel. Lo cogió para descubrir que era su horario. Era jueves... tenía clase doble de Transformaciones -de la cual ya había perdido la primera -y después una doble de Defensa interrumpida por la comida. No pudo creer en su suerte.

Secuestrado [TERMINADA]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang