Capítulo 14: El Sombrero Seleccionador

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Nadie había entrado en el vagón desde el inicio del viaje, hacía varias horas. Aunque lo que Harry no sabía era que Voldemort había propiciado esa situación realizando un encantamiento que hacía que ambas puertas, de entrada y salida, se conectasen. Cuando alguien abría la puerta de entrada inmediatamente aparecía en el siguiente vagón sin que Harry ni el propio Voldemort lo notasen. De pronto Voldemort se puso en pie y sacó el baúl del chico de su bolsillo para desencantarlo. Sacó una túnica de Hogwarts con el escudo de Gryffindor y, acercándose al asiento donde el chico estaba sentado -lo más alejado posible de él- se la tiró.

Harry, anonadado, no dijo nada, y procedió a cambiarse.

Tuvo que hacer malabarismos para ponerse la túnica y quitarse la ropa muggle que llevaba sin que se le viese nada "intimo". El Lord veía sus movimientos dificultosos con una mueca en la cara: le había visto varias veces desnudo, algo más que verle, y ¿aun tenía vergüenza? Lord Voldemort no podía entender que lo que Harry sentía al desvestirse ante él era todo menos vergüenza. O tal vez sí que lo entendía y simplemente no había pensado en ello.
Harry terminó de cambiarse y volvió a sentarse en el asiento que había estado ocupando. Voldemort permaneció en pie, mirándole. Sin embargo Harry inmediatamente dirigió la mirada hacia la ventana, que estaba empañada, y observó sin verlos realmente, los paisajes que atravesaban a toda velocidad.
El sonido repentino de la bocina del tren le sobresaltó; haciéndole dar un ligero salto. Incómodo, miró a Voldemort, quien le sonrió irónicamente.

-¿Te asusta, Potter?

-¿Qué significa todo esto? -susurró entonces Harry, considerando innecesario responder a la pregunta que el otro le había dirigido.

Voldemort, desde la apariencia de ese chico en el que de la noche a la mañana se había convertido, alzó las cejas mientras le sostenía la mirada.

-¿Necesitas una enciclopedia Potter? El Expreso de Hogwarts, de toda la vida, viaja a Hogwarts el primero de Septiembre -le contestó con ironía.

Harry tuvo que hacer grandes esfuerzos para contenerse.

-¿Y por qué...? -de pronto se dio cuenta de que si Voldemort no le había explicado nada hasta entonces, no iba a conseguir que lo hiciese- Olvídalo. No vas a decir nada, de todas formas... -concluyó; y volvió a dirigir la mirada hacia la ventana, que había terminado de empañarse.

Voldemort emitió un sonido que Harry interpretó correctamente como una risa burlona, y se dirigió al otro lado del compartimento, a sentarse. Pero de pronto pareció recordar algo, pues se detuvo y dio media vuelta, volviendo al lugar donde Harry estaba sentado.

-No vas a decirle a nadie quién soy, Potter. ¿Queda claro?

-Impoluto -murmuró el chico sin mirarle.

Un silencio siguió a esa contestación. Voldemort parecía estar debatiéndose entre lanzarle una maldición, recriminarle o simplemente ignorarle, y entonces su rostro se iluminó con una sonrisa de satisfacción.

-Dame la mano, Potter.

-Si, ahora voy -contestó Harry, sin apartar la mirada del cristal que, por otro lado, no ofrecía una vista demasiado interesante.

-Potter... -Harry no se inmutó- Crucio-susurró el Lord, con voz aterciopelada, como si fuese una confesión de amor lo que estuviese haciendo al decir esa palabra.

Las manos de Harry se crisparon sobre sus rodillas. Gimió. Empezó a temblar visiblemente cuando el dolor alcanzó los niveles acostumbrados. Y cuando los sobrepasó, soltó un grito de dolor mientras los ojos se le llenaban de lágrimas. Su propio grito le rasgó la garganta, mientras sus músculos eran torturados por agujas invisibles y sus huesos retorcidos dentro de su cuerpo. La cabeza iba a explotarle; y no podía parar de gritar.

Secuestrado [TERMINADA]Where stories live. Discover now