Al crecer siendo nieta del doctor Cornelius, Catalina tuvo la oportunidad de crecer en el castillo telmarino junto a Caspian mientras se educaban en las mismas asignaturas y actividades no académicas, al tiempo que clandestinamente escuchaban las hi...
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El mes y medio siguiente, Catalina se encargo de continuar con las investigaciones que incluyeron interrogar a los lores telmarinos que estuvieron en ese tiempo para sacarles la mayor información posible, lo cual funciono porque tuvieron resultados mas específicos acerca de su paradero.
Mientras eso pasaba, Caspian se encontraba en guerra contra los gigantes del norte, quien a pesar de tratar de dialogar con ellos, no funciono, lo que hizo que la situación se tornara violenta, y lo único que el tenia en mente durante esos momentos, era en terminar a tiempo con la situación para poder estar presente en el nacimiento de su primogénito o primogénita.
Durante el tiempo que se mantenían a kilómetros de distancia, ambos se mandaban cartas semanales contando como iban sus días y los avances en sus respectivas "misiones"; en esas cartas, Catalina también aprovechaba para relatarle el progreso del embarazo, y aunque no lo plasmara, ella sentía la ausencia de su esposo, especialmente durante esa fase del embarazo, pero no se lo diría para evitar distraerlo.
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Llegando al tercer trimestre de embarazo, las emociones de Catalina estaban demasiado inestables, habían días en los que sentía que podía hacer todo lo que se propusiera y otros donde ni siquiera quería salir de su habitación, y hoy era uno de esos días.
Era pasado de medio día, ni siquiera había salido de su cama en la cual abrazaba la almohada en la cual dormía Caspian, la bandeja con los restos de su desayuno se encontraba en el escritorio que compartían.
Catalina se encontraba a punto de dormirse de vuelta, cuando escucho como la puerta era tocada con suavidad.
- Adelante- Dijo sin levantarse de su lugar
Lentamente, la puerta fue abierta para revelar al profesor Cornelius y Buscatrufas quienes tenían miradas preocupadas plasmadas en sus rostros.
- No has salido en todo el día- Hablo Cornelius con voz suave
- Ya desayune- Catalina señalo la bandeja en el escritorio
- Y eso es bueno, pero hay un buen día para estar afuera- Menciono Buscatrufas acercándose a ella- ¿No tiene ganas de salir un rato?
