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Doble actualización
(1/2)

MEDIO BIEN

• Jessica Allen •

Bajo las escaleras torpemente con mi guitarra en mano.

Un poco más y me caigo de culos.

Los días pasaron. Los ensayos fueron constantes. Los jurados fueron estrictamente críticos y los comunicadores del concurso me habían dicho que estaba en la final.

Sí, hace en tan solo cinco minutos me han dicho que soy una de las diez finalistas.

¿Yo? ¿Jessica Allen en la final?

Esto es una maldita broma. Sigo sin creérmelo.

Cuando por fin salgo del edificio me dispongo a gritar en la calle como una completa loca. Un grito fuerte, agudo y emocionado, ahogado por la euforia.

Eso, sin vergüenza...

Y, cuando levanto la vista y por fin me dispongo a tranquilizarme, veo a unas cuantas personas mirarme mal.

—Lo siento...—Les sonreí apenada, dejando a un lado el estuche de nuestra guitarra en el banco.

Solo han pasado minutos desde que toqué una de mis composiciones ahí dentro, y ahora estoy en la calle sentada en un banco y sonriendo como una estúpida al cielo.

Dios, esto es de locos.

Cuando me recompongo, me cuelgo el estuche en el hombro y me dispongo a caminar felizmente por la calle mientras me coloco mis auriculares y suena Breathe de Pink Floyd.

La letra comienza y la melodía suena fuerte y claro. Aprecio el bonito cielo naranja y las pocas hojas de los árboles. Me gusta como se siente esto, no lo puedo describir pero me gusta mucho.

Estos últimos días han sido agradables. He ido a las últimas tres pruebas sola—ya que no es hasta la última que puede haber publico otra vez—y sólo de pensar en lo bien que es volver a estar con Thomas en buenas condiciones—aunque aún hayas cosas por resolver—hace que todo sea más fluido.

Mis ganas de llegar y contarles a todos que estoy entre los finalistas es ensordecedor... Hasta que entro al apartamento y veo que solo están Marc y Thor, el segundo muy lejos del primero.

El amor personificado.

Beso la frente del cachorro y miro a mi mejor amigo.

—Hola, Marc—sonrío ampliamente, tumbándome a su lado una vez dejo mi guitarra con cuidado en la mesa.

—Jessica—es su saludo, acompañado de una mirada expectante.

—¿Adivina quien está entre los finalistas?—subo y bajo mis cejas.

—¿La vecina?

Sonrío con humor.

—Exacto. Es una señora muy afortunada, la vi fuera del edificio gritando como una desquiciada total y para sumarle habían unas cuantas personas viéndola, que vergüenza.

—Me imagino—siguió con el tema.—Me alegro mucho por ella, la verdad, aunque no esperaba menos de ella.

—¿Que optimista, no?

—No. Realista.—me corrige.

Me pasa un brazo por los hombros y me apretuja con afecto, lo suyo no son las demostraciones de afecto excesivas, por eso mismo recibo ese gesto con gusto. Mire la televisión. Estaba viendo Peaky Blinders, lo sabía porque ya me la había visto hace un tiempo.

TÚ Y YOWhere stories live. Discover now