7.

1.9K 229 43
                                    

doble actualización (1/2)

CONCURSO

+ Thomas Wilson +

Era una especie de teatro al aire libre, hacia un calor de muerte, y lo único bueno era que no estaba haciendo sol.

Habían salido cantidad de personas, algunas cantaban conjunto a su instrumento y otras solo se dedicaban a tocarlo.

Si mal no recuerdo, ella quería solo tocar su guitarra, se le daba especialmente bien, pero sería un espectáculo escucharla cantar. Su voz, el tono, la forma de oírla sería... indescriptible.

Sin palabras.

Estaba entre las últimas filas, ya había visto a su familia mucho más adelante. El señor Allen estaba junto a Marisol, se emocionaban por cada persona que salía al escenario, ansioso de que fuera su única hija.

Cerca de ellos estaba otra señora, más mayor que Marisol, parecían conocerse, pero ella solo se mantenía quieta, esperando.

Una fila más atrás estaban Paul, Alison y ese chico de pelo negro. Todos conversaban, pero él era el único que no prestaba atención necesariamente, miraba su teléfono cada dos por tres, inquieto.

Los podía visualizar a todos perfectamente.

Presentía que faltaba poco, así que volví a fijar mis ojos al frente. Respiré, observé, esperé. Hasta que por fin salió.

Estaba jodidamente hermosa.

Su pelo estaba suelto, algunos pelos desordenados detrás de su oreja. Sus largas y blancas piernas descubiertas por una falda corta, sus reconocibles converse negras y una camiseta blanca con la palabra «Metallica»

Sus ojos oscuros se movían, procesando y buscando algo. Parecían esperanzados.

• Jessica Allen •

No lo quería admitir, pero una parte de mi quería que estuviera aquí.

Sentía algo en mi pecho, una sensación inexplicable, podía sentir muchas miradas puestas en mi, pero solo una me estaba llamando con más intensidad, con la necesidad de encontrarla...

Pero, solo vi esos ojos iguales a los míos en mis pensamientos, y justo es ese momento mis dedos hicieron contacto con las cuerdas de nuestra guitarra.

+ Thomas Wilson +

Tragándome todo mi orgullo tuve que admitir que estaba hermosa.

Sus dedos hacían una clase de magia contras las cuerdas, al parecer no iba a cantar, solo estaba completamente dispuesta en tocar ese instrumento.

Había un silencio sepulcral, solo habían ojos y odios puestos en ella, solo para ella.

Empezó con un sonido suave, cautivador y más adelante con un salto inesperado, con algo más fuerte, algo intenso...

El talento era nato, eso suyo.

Se veía terminar, así que caminó un poco y acercó sus labios al micrófono que tiene delante,—sabía lo que hacía, tenía esa clase de esperiencia—y con su voz suave y fina, cantó.

TÚ Y YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora