Capítulo 1: Dode Todo Comenzó

4.8K 234 0
                                    

Leyó la nota por enésima vez en el día estaré allí Harry; espérame, por favor. Y también por enésima vez en pocos minutos se preguntó si había hecho bien en decírselo... Pero no tuvo tiempo para seguir torturando a su cansada mente pues el timbre de la casa sonó, indicando, sin duda, que había llegado.
Suspiró y, tras acomodarse un poco la ropa y palpar su varita, en el bolsillo trasero del vaquero pese a las advertencias de Moody, salió de su habitación rumbo a la planta baja, donde ya oía murmurar a sus tíos.

Cuando entró en la cocina se encontró con una imagen bastante graciosa que, sin embargo, no le arrancó ni una sonrisa. Sus tíos estaban inclinados frente a la puerta de entrada, mirando ambos por la mirilla y murmurando acaloradamente mientras Dudley no prestaba la más mínima atención, entretenido como estaba mirando en la televisión algún tipo de programa estúpido de los que le gustaban. En el fuego había algún que otro cacharro, que indicaba sin duda que su tía ya estaba haciendo la comida.
Carraspeó para que notasen su presencia, y ese simple gesto hizo que Petunia diese un salto en el sitio mientras su esposo por poco caía de bruces contra la puerta. Ni siquiera eso hizo que el gesto apagado de Harry cambiase un ápice. Simplemente se acercó a la puerta que ellos no parecían tener intención de abrir, mirándoles de forma intimidatoria. Tanto como podían hacerlo unos ojos color verde esmeralda demasiado oscurecidos y enmarcados en unas ojeras tan grandes que más bien parecían el resultado de dos puñetazos.
Tomo aire y se frotó la cara antes de abrir, como si pensase que eso iba a hacer que no se notase que llevaba tres días sin dormir un mísero segundo, y alimentándose apenas de yogures.

—Buenas tardes, señores Dursley; hola... Harry.

—Lupin... —dijo el chico simplemente antes de acercarse temeroso y darle un pequeño abrazo.

El hombre le posó una mano en la cabeza y le movió el cabello amistosamente, como siempre hacía.

—No hace falta que me despeines más de lo que estoy... ¿o acaso pretendes que me tilden de loco?

Lupin sólo sonrió mientras se auto–invitaba a pasar a la casa, ya que los anfitriones no habían siquiera abierto la boca.

—¿Acaso no lo eres? —le contestó inocentemente, arrancándole la primera sonrisa desde que hubiese dejado el colegio.

Se disculpó un segundo mientras subía a su habitación y se disponía a recoger algunas cosas. Se aseguró de que la varita seguía estando en el bolsillo. Tomó del armario un jersey de los de la señora Weasley y se lo ató a la cintura mientras se metía unas cuantas monedas y la documentación en el bolsillo derecho del vaquero.
Apagó la luz de un manotazo y se dirigió rápidamente al salón, no queriendo dejar a Lupin mucho tiempo a solas con sus tíos. Más que nada porque se estaría aburriendo bastante...

—Encantado de verles, señores Dursley —dijo el licántropo amablemente mientras les tendía una mano que ellos, por descontado, sólo miraron con recelo.

Harry iba a hacer algún tipo de comentario al respecto; pero acabó pensándoselo mejor y simplemente se despidió con un “hasta luego” mientras con un ademán le indicaba a Lupin que podían irse.

—Gracias por acompañarme, Lupin.

—De nada, Harry... la verdad es que yo también tengo ganas de volver a ese lugar —le dijo el adulto melancólicamente— ¿Sabes que no he vuelto desde...?

La frase quedó inconclusa, pero Harry supo lo que quería decir. No podía culpar a Lupin de no haber visitado aquel lugar después del entierro, cuando ni siquiera él mismo había ido.

Cuando estuvieron lo bastante alejados de las casas, en una desierta calle donde no corrían peligro de ser descubiertos, Lupin le tendió el brazo mientras sacaba un pequeño llavero del bolsillo y, apuntándolo con la varita, susurraba portus.
Harry sintió el conocido jalón en la boca del estómago, pero no duró mucho, pues en apenas segundos estaban de nuevo en tierra firme, como si nada hubiese pasado... a pesar de que habían recorrido muchos kilómetros en ese corto espacio de tiempo.

Secuestrado [TERMINADA]Where stories live. Discover now