Cambiaron su posición, Inuyasha sobre ella, dejaría a Kagome tomar y descanso.

Abrió bien las piernas de su novia dejando expuesta la vagina y siendo vulnerable a cualquier toque.

Se introdujo en ella e inclinando hacia adelante presionando su torso contra los firmes senos de la azabache, Kagome abrazo  con sus piernas las caderas del peli plata apretandolo más a ella, con sus brazos y manos abrazo la espalda ancha de Inuyasha, sintiendo cómo él empezaba a moverse lentamente pero duro, chocando su pelvis contra la de Kagome.

Las penetraciones aumentaron su velocidad, sintiendo como ambos empezaban a contener el aire contrayendo sus vientres, gimiendo por un dolor placentero.

Ambos gritaron al venirse. Inuyasha se había corrido dentro de ella.

Jadeantes siguieron abrazados y unidos.

No querían que el tiempo avanzará porque sabrían ambos, lo que vendría.

°°°

Kagome abrió sus ojos de golpe al percibir un exquisito aroma a comida casera, el lado izquierdo de su cama estaba vacío pero con rastros de que alguien había dormido junto con ella.

Se estiro dejando salir de su boca un bostezo perezoso, giro en la cama hasta haberse decidido a levantarse. Se encontraba desnuda y encontró en la esquina de su habitación la camiseta de Inuyasha que se había puesto en la madrugada para dormir.

Se la puso por segunda vez en el día, estando de pie se estiro una vez más antes de salir de su habitación, escuchó movimiento en dirección a la cocina y el exquisito aroma a comida la guiaba.

Miro a la distancia, la figura masculina de Inuyasha que con confianza se movia por toda la cocina y usaba los materiales que necesitaba para poder preparar seguramente un desayuno-almuerzo.

— Ya despertaste — la voz de Inuyasha la sacó de su ensoñación.

— Hola — le sonrió caminando hacía él y saludandolo con un beso en la boca — ¿Qué haces?

— Es una combinación entre desayuno y almuerzo, ya son las una de la tarde cariño — informo Inuyasha relajado — Huevos revueltos, carne a la plancha, jugo de naranja, pan, arroz, una picada entre otras cosas — señalo el peli plata la mesada ya servida.

— Es todo un festín... ¿Ya se puede comer? Tengo hambre — pidió Kagome haciendo puchero logrando que Inuyasha se carcajeara al volver a presenciar una de las tantas actitudes habituales de su novia.

— Puedes comer — autorizo Inuyasha, Kagome  no espero más, tomo asiento y empezó a degustar la riquísima comida de su novio.

Inuyasha la observo con amor y añoranza, por ahora disfrutaría de este momento olvidándose por un instante de su marchitada relación de la cual había una charla pendiente.

Fin Flashback.

— Pasajeros del vuelo 190 con destino a California favor de abordar por la puerta de abordaje siete.

Se escuchó el parlante del aeropuerto sacando a Kagome de sus pensamientos, ahora que estaba por regresar a su ciudad natal, los recuerdos de los mejores momentos de su vida la empezaron a invadir su cabeza.

Tomo su maleta y se dirigió hacia el tunel para abordar su vuelo. 

Regresaría a su hogar por tres semanas, suficientes como para volver a recordar para nunca olvidar.

°°°

Aspiro el fresco aire de California, sintiendo la frescura invadir sus extremidades descubiertas, sonrió al frente al ver a su tío esperándola a metros de ella sosteniendo un cartel en dónde tenía escrito su apellido.

— ¡Qué gracioso te ves tío! — exclamo para caminar hacía él mientras se reía.

— Bienvenida a tu hogar sobrina — Onigumo abrazo a la azabache con cariño.

— Estoy en casa...

Después de tanto tiempo estaba en su tierra, en su hogar.

¿Pero porqué sentía que algo le hacía falta para sentirse bienvenida y en casa?

°°°
Flashback

Tal vez somos las personas correctas Inuyasha...

— ¿Pero?

— Pero no en el momento indicado.

— Solo... hagamos una promesa — titubeó Inuyasha — Tenemos que dejar de amarnos para empezar algo con alguien más.

— ¿Y sí eso no sucede? — Kagome empezó a lagrimear, Inuyasha la abrazo y tomo el rostro perfilado de su novia entre sus manos, besando sus mejillas tranquilizandola y desapareciendo cualquier rastro de lágrimas.

— Sí eso no sucede, cuando nos volvamos a encontrar, ese será nuestro momento indicado y no nos dejaremos ir.

— Está bien — hipo Kagome, su llanto ya había cesado y miro fijamente a Inuyasha — Te amo, te amo Inuyasha.

— Te amo Kagome, no sabes cuanto.

Se dieron su último beso, su adiós hasta quien sabe cuándo, una despedida decidida por ambas partes pero muy dolorosa.

Inuyasha se alejo, en ningún momento miro hacía atrás hasta que desapareció en el interior de su avión privado.

Las responsabilidades lo llamaban y a ella también.

Eran las personas correctas pero el momento no, el momento no era el indicado.

Fin Flashback.

°°°

SEGUNDO EXTRA MIS QUERIDOS, DISFRUTENLOS MIS AMORES 💕❤💖

LO AMODORO

NOS LEEMOS EN LA SIGUIENTE ACTUALIZACIÓN!!!

CASTIGOWhere stories live. Discover now