¿Qué podía hacer? No tenía forma de comunicarse con Marcos tenía que hacer algo pero ¿Qué?

Después de calmarse un poco subió a su habitación y alistó sus maletas para regresar a la universidad. Bajo furiosa pues sus padres la obligaron volver en el auto de Richard porque él se comprometió de llevarla personalmente según él para cuidarla.

Estaba de pie esperando el auto.

-¡Susana!- llamo la madre - en estos días va para allá una muchacha llamada Carmen, para que la hospedes en tu apartamento. Ella me pido el favor de alojamiento y como tú tienes una habitación de sobra no veo porque no - dijo de manera tajante.

Ella miro con furia a su madre. Inhaló profundo para controlar su ira. Ahora le pondría una espía para que los mantuviera informado si ella se veía o no con Marcos. Muy bien, les seguiría el juego, pero no sabía hasta donde podría aguantar.

-Muy bien, mamá, no hay problema- dijo de manera cortante. Llego el auto se despidió y se marchó.

Richard comenzó a dialogar sobre todo lo que veía pero la joven no contestaba ni una sola palabra.

-Nena, y porque no te mudas conmigo- dijo de manera casual- para que no estés sola.

Ella arqueo una ceja.

-"Si será cínico"- pensó la joven malhumorada.

-No, gracias- dijo de manera seca.

Él sonrió de medio lado y se concentró en la carretera.

-¿Siempre vas a ser así conmigo? - pregunto mientras la miraba de reojo - así nuestras vidas serán un infierno- dijo sonriendo.

Ella resoplo por la rabia.

-La verdad, es que ya es un infierno- miro por la ventanilla- eres un mentiroso y manipulador- lo miro y continuo - Tú, no sabes lo que es el amor. Tanto estudio y no te ha servido para aprender lo que es amar sinceramente.

Él se limitó a conducir, pero las palabras de Susana, eran sinceras y algo le decía que ella tenía toda la razón, pero ahora no iba a retroceder.

Richard la dejo en la puerta y se marchó, debía presentarse en la universidad.

Susana subió los escalones que la llevaban a la puerta de su apartamento y al momento de abrir la puerta encuentra todo el apartamento destruido. Sus ojos miel se llenaron de terror y lágrimas al ver los muebles cortados, vasos y jarrones destruidos. Ella se llevó las manos a la boca para apagar el grito que se esforzaba de salir de su garganta pero que no podía salir.

Su cuerpo se paralizo. Sus piernas entumecidas se negaban a responder las órdenes que dictaba su cerebro.

Saca un poco de valor, su boca está totalmente seca debido al miedo y con manos sudadas y temblorosas busca en el bolso de mano el teléfono, pero como siempre este no respondió.

-¡Ayúdenme!- dijo entrecortadas las palabras. El miedo no le permitía hablar claro. El aire en sus pulmones se le agotaba causándole problemas para respirar - ¡Auxilio!- trató de gritar, pero las palabras se ahogaron en su garganta.

Todo quedo en total oscuridad de la impresión de ver su recinto sagrado, su hogar todo destruido. Pero lo que más le impactó derribando toda fortaleza de valentía que aún mantenía en su interior fue el ver las paredes escritas con sangre. Era la sangre de un indefenso gato que colgaba en una lámpara.

"Pronto vendré por ti, Susana".

Su mente se desvaneció al leer el mensaje en la pared.

Despertó en la cama de su cuarto. Sus ojos cristalinos miraban fijamente el techo.

-Marcos- gimió llena de incertidumbre. Ella pensaba que todo era una horrible pesadilla. Un calor abrazaba su mano y giro su cabeza- Marcos- dijo.

-No nena- dijo Richard preocupado- soy yo.

Él le tomaba de la mano, mientras la escuchaba llamar a Marcos. Apretó la boca. Se sentía miserable él podía sentir que ella estaba desesperada y lo necesitaba a él.

-¿Dónde estoy? - dijo confundida.

Él le quitó con cuidado unos cabellos que tenía en el rostro. Ella sudaba copiosamente.

-En casa, nena - dijo con voz dulce, para tranquilizarla.

Él la ayudo a sentarse en la cama pues ella aún estaba mareada por la fuerte impresión que se llevó al entrar a su apartamento. Le entrego unas pastillas que recomendó el médico de la ambulancia, que llego a socorrerla.

-Gracias- dijo y la tomó.

En ese momento se presentó un oficial de la policía en la puerta e ingresó en la habitación y comenzó el indagatorio.

-¿Cómo se siente señorita Ávila?- dijo el agente.

-Estoy muy asustada- dijo la joven- ¿Sabe quién hizo esto?

-Estamos investigando- dijo el agente. De acuerdo a las evidencias todo lo acaba de hacer. Es como si la hubieran estado esperando a usted. El gato aún estaba tibio eso indica que lo trajeron vivo y aquí lo sacrificaron.

El agente miraba a los dos jóvenes con sospecha.

-¿Tiene enemigos?- preguntó el agente- así podríamos buscar sospechosos., para hacer todo, la sangre del gato aún estaba fresca cuando ellos llegaron.

Ella trago el nudo que se le formo en su garganta lo único que quería era a Marcos, ahí con ella.

El agente termino el interrogatorio y anoto sus suposiciones y dejo a los jóvenes nuevamente solos en la habitación.

-¿Quién llamo a la policía? - preguntó ella curiosa. Ella no logro comunicarse con nadie antes de desmayarse.

-No sé, la policía me localizo en la universidad y me trajeron en la patrulla- respondió con curiosidad - si tu no llamaste entonces ¿Quién lo hizo?

El agente volvió a donde estaban los chicos.

-Señora, debería quedarse en un hotel- dijo el policía - mirando de manera sospechosa a Richard.

-Ella se puede quedar conmigo- dijo él rápidamente. Se levantó y buscó la maleta que ella traía del viaje. Sonrió feliz por aquella oportunidad que tenía para atrapar a Susana con un compromiso y no la iba a perder por nada en el mundo.

-No señor - le corto la carrera el policía - las órdenes es que ella se va a un hotel y será vigilada por la policía - dijo cortante y para evitar la discusión con él.

Richard se enfureció por la intervención del hombre.

-Pero... ¿órdenes de quién?- pregunto muy molesto al darse cuenta que lo habían sacado de la jugada.

El agente con la cara agria se acercó hasta la cama.

-Señora, por favor me acompaña- le extendió la mano y tomado la maleta se la paso a una oficial y ella se encargó de Susana.

La oficial la miro y le sonrió dándole confianza.

-No se preocupe, Sanabria fue el que dio la orden - le dijo para tranquilizarla.

Ella al oír ese nombre sonrió.

-Gracias - dijo más tranquila.

Después de unos días, la ubicaron en un pequeño apartamento con dos habitaciones, y ella agradeció toda la atención y cuidados que le dieron. Ya más relajada trató de continuar con su vida.

A los pocos días llego Carmen la muchacha que la iba acompañar, y en esos momentos lo agradeció. No estaría sola por las noches, que era lo que más la aterraba en esos momentos.

Trato a lo máximo hacerse amiga de ella. Ya no le importaba que fuera espía de sus padres. Ahora la necesitaba para que la acompañara. A Richard no lo quería cerca y se sentía muy temerosa de cualquier persona.

Amor prisionero.Kde žijí příběhy. Začni objevovat