Capítulo 33

6.6K 589 30
                                    

—Jamás en todos mis años de directora he sentido tanta vergüenza—dijo la directora mientras Chloe sólo rodaba los ojos.

Tras el incidente (no tan incidente) en el Senado, la visita se había suspendido y habían vuelto al instituto. Si bien parecía que el profesor de Historia no sabía si matarla o descuartizarla, el resto de los alumnos pensaba que tenía más agallas que todos ellos juntos.

—Sólo defendí mis ideales—dijo Chloe enfadada—. Y le recuerdo que ese es uno de los valores que enseñan aquí.

Tras media hora en el despacho de la directora, ésta acordó la expulsión de Chloe durante tres días para reflexionar sobre su comportamiento.

Harta de la situación se despidió de sus amigos y con una pequeña bolsa se dirigió al barrio vampírico. Tras un pequeño viaje, Chloe llegó a la puerta de su casa y la abrió.

—¿Qué haces aquí?—preguntó su madre.

—Me han expulsado tres días por enfrentarme a las desigualdades de la sociedad—dijo Chloe tumbándose en el sofá.

—Lo se, Dwayne me lo ha dicho.

Chloe gritó de rabia y se quedó en el sofá como si se hubiera muerto.

—Insulté al Gobernador por cierto—añadió Chloe.

Su madre soltó el cuchillo que tenia en la mano (Estaba picando cebolla) y se dirigió al comedor donde estaba su hija.

—¿Cómo?—preguntó.

—Pues eso—dijo Chloe—. La llamé de todo.

—¿La?

—Tenía ropa de mujer en su habitación. Así que entiendo que es mujer.

Su madre se rio y continuó haciendo la cena.

—¿No te preocupa que la tomen con nosotras?

Su madre sonrió y le dijo mientras seguía cocinando:

—Cariño...me casé con tu padre. No le temo a nada.

Chloe rodó los ojos y subió a su habitación para cambiarse de ropa. Se puso un pijama de ositos y se tumbó en la cama. Se sentía muy mal y enrabiada. Ella sólo defendía lo que creía justo. El Senado humano estaba siendo muy discriminado. Y ese estúpido vampiro Vladimir...

Entonces recordó lo que dijo uno de los senadores: leía mentes. Chloe no sabía cómo lo hacía. Y ella tenía entendido que sólo los poderosos tenían ese poder. ¿Entonces por qué ella podía leer mentes?

—Hola señora Ackman—oyó Chloe desde su habitación—. ¿Está Chloe?

Chloe se levantó de golpe. ¿Quién era? Antes de que su madre pudiera llamarla salió por su propio pie de la habitación y bajo al comedor aún sin darse cuenta de que llevaba su pijama. Una vez estuvo en la planta baja vio como Thomas estaba hablando con su madre.

—Sí, somos amigos—dijo Thomas.

Chloe se quedó estática y Thomas fijó su mirada en ella. Thomas se quedó estático igual que ella y se quedaron los dos en silencio.

"Joder" dijo una voz en su cabeza.

—Thomas leo pensamientos—dijo y el aludido se puso rojo.

—Perdón—dijo Thomas—. Es que me he quedado mirando tu cara de fea y me has petrificado.

La madre de Chloe los miraba como si fuera un partidos de tenis. No sabía si decir algo o dejar que los dos se insultaran. Así que optó por volver a la cocina.

—¿Qué haces aquí?

—Necesito un favor—dijo Thomas.

Chloe lo miró fijamente sin decir nada. Notó como se ponía nervioso y se pasaba la mano por el pelo.

—Mis padres darán una fiesta junto a varias personas importantes este sábado—dijo Thomas.

—No pienso hacer de camarera—dijo Chloe. En las fiestas de los vampiros los camareros eran humanos y más de uno y más de dos no volvían vivos de ellas.

—Ni te dejaría—dijo y oyó a su madre parar de picar cebolla. En vez de eso fingió buscar algo en el armario.

—¿Entonces?

—¿Quieres...no sé...?—empezó Thomas y su madre asomó la cabeza sin ningún miramiento y se lo quedó mirando—¿Fingir que eres mi mascota?

Chloe se quedó mirándolo como si le acabara de decir que había visto un unicornio. Su madre había cogido el cucharón sopero y lo alzaba en el aire amenazante.

—Es broma, es broma—dijo cuando vio la cara de las dos mujeres Ackman.

—¿Qué es lo que quieres Thomas?

—Quiere que vayas con él—dijo una voz detrás de él y Chloe vio como Theo apareció por la puerta—Muy buenas señorita Ackman.

Chloe miró a Thomas y éste había encontrado muy interesante el suelo de su casa.

—Thomas antes me has dicho que matarás y extorsionaras si no vuelve al Instituto. ¿Y ahora no sabes ni hablar? Vergüenza—dijo Theo.

—Ya, ya, calla—dijo Thomas—¿Vienes o no?

Chloe lo miró y suspiró.

—Vale—dijo Chloe.

Theo aplaudió y se despidió para salir por la puerta.

—Ponte lo menos fea que puedas—dijo Thomas y se fue.

Chloe no sabía porqué había dicho que sí. Ni tampoco porqué su madre estaba mirándola con los ojos pícaros.

Instituto BloodbiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora