Capítulo 10

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—Tiene un golpe en la cabeza—le dijo el médico a Chloe—. Sin embargo, se pondrá bien. Debe descansar un rato y luego podrá irse a casa.

Chloe le agradeció al médico el haber tratado a su madre y se sentó en la silla que había al lado de la cama donde su madre se encontraba tumbada con una venda en la cabeza. Suspiró y miró a las otras camas que se encontraban en esa habitación: un total de siete.

Tanto Cloe como su madre se encontraban en un centro médico de los suburbios ya que ninguna de las dos era bien recibida en los centros médicos de las castas altas, es decir, los chupasangre y los chuchos. Los centros médicos de los suburbios eran casi chabolas con cuatro aparatos médicos. Obviamente, el Gobernador no destinaba ayudas a los humanos por lo que se espabilaban con lo que tenían.

—Has sido una inconsciente—le dijo la madre de Chloe a esta—. Tienes suerte de que el sargento interviniera.

—Me conocía—dijo Chloe y su madre la miró—. ¿Por qué?

Su madre no dijo nada. En vez de eso, miró al techo y suspiró. Chloe vio como apretaba sus labios reprimiendo hablar. 

—Era el mejor amigo de tu padre—dijo tras un silencio.

Chloe la miró fijamente y desvió su mirada a las otras camas. Notaba que todos estaban prestando atención a su conversación.

—Tu padre no es mala persona— dijo su madre en un susurro—. Pero no puede presentarse en casa así como así. Le buscan cariño.

—¿Qué ha hecho para que le busquen?— le preguntó Chloe.

—Ser hijo de su padre—dijo su madre—. Digamos que el negocio familiar paso de tu abuelo a tu padre y por ello es buscado.

—¿Mi padre es un narco?—preguntó Chloe y su madre la miró fijamente sin decir nada—. Si es así me apunto.

Su madre le dio una pequeña colleja y Chloe se quejó. Tras varias horas hablando lo que había pasado el médico las avisó de que ya podían irse. Chloe ayudó a su madre a salir de la cama y se encaminaron a la salida.

—Ya han pagado la factura—le dijo la recepcionista a mi madre—. Han echo una transferencia a nombre de Dwayne.

Su madre sonrió y le dio las gracias. Ambas salieron del centro médico y se encaminaron hacia su casa. 

Una vez salieron de los suburbios y se adentraron en el barrio de los vampiros, Chloe esquivó un tómate que se dirigió hacia ella. Era costumbre que todos en el barrio las odiaran por ser humanas y vivir entre ellos. Muchas veces habían intentado entrar a robar en casa pero la madre de Chloe se había encargado de dejar claro a los vecinos que dormía con varios cuchillos debajo de la almohada.

Tras esquivar varias verduras mas que su madre agarró al vuelo llegaron a su casa y se dejaron caer en el sofá.

—Mamá—dijo Chloe a su madre—. ¿Por qué seguimos aquí si nadie nos soporta?

—Porqué gano lo suficiente para poder darte una buena casa y buena comida—respondió esta—. Ahora ayúdame con la cena.

Chloe fue a la cocina y su madre le indicó que empezará a pelar patatas. Tras varios intentos, Chloe logró pelar una patata. La dejo en la encima de la cocina y fue a contestar al teléfono que justo acababa de sonar.

—¿Sí?—preguntó Chloe.

—¿Chloe?—preguntó una voz.

—Sí. ¿Quién eres?

—Soy papá— dijo la voz al otro lado del teléfono y Chloe se quedó estática. Jamás había escuchado la voz de su padre. Apenas conocía su rostro por unas fotos antiguas—. Cariño pásame a tu madre por favor.

Chloe llamó a su madre y esta cogió el teléfono. Estuvieron hablando varios minutos hasta que su madre colgó.

—Que santos cojones tiene de llamar— dijo Chloe.

—Se ha arriesgado mucho—dijo su madre.

—Ni siquiera me ha preguntado como estaba yo—dijo Chloe y su madre sonrió mientras le acariciaba el pelo—. ¿Acaso se preocupa por mi?

Su madre sonrió y riéndose volvió a la cocina, no sin antes decir:

—¿Quién crees que está pagando tu instituto?

Instituto BloodbiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora