ᴄᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ 28 ᴠɪᴠɪʀ ʟᴀ ᴠɪᴅᴀ

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Era el día de la inauguración de Connor en el Delta. Estábamos emocionados, nerviosos y muy felices.

El lugar quedó increíble, lo cambiamos bastante, los arquitectos nos dieron ideas maravillosas y todo quedó perfecto. Las luces eran la parte que más me gustaba, las elegí cuidadosamente y la combinación era simplemente impactante.

La inauguración era con reserva, porque era tanta la gente que quería ir, que decidimos tomar reservas. La familia había venido para la inauguración. Álex fue a quien elegimos para ser nuestra mano derecha. La relación con Vera era especial, amábamos pasar tiempo los cuatro, salir, divertirnos, éramos inseparables. Aunque Vera todavía estaba en Connor del pueblo, había decidido mudarse a la gran ciudad con nosotros y así poder estar cerca de Álex.

Decidimos que ellos se mudaran a nuestra casa, puesto que es enorme y de paso para evitarles gastos.

Nos habíamos vestido elegantes. El traje que eligió Val era impecable, negro, inmaculado. Yo lucia un vestido rojo, de encaje y brillo, lucia bien y eso me aumentaba gratamente la autoestima.

Llegamos a Connor, todo estaba listo. Era una hermosa noche de noviembre, el clima estaba a nuestro favor, visualizamos la larga fila de personas esperando la apertura, todos con actitud relajada, hablando entre ellos, eran muchísimas personas y se abrieron las puertas. Los clientes comenzaron a ingresar, el comentario general era que el lugar no podía ser más hermoso, cómodo y acogedor. Estaba lleno. Todos disfrutaban de la inauguración, hasta que una persona en especial llamó mi atención. Me acerqué a la mesa y pude ver quién era.

Iván.

—Buenas noches Clara, te ves increíble. ¿Cómo está tu salud?

—Buenas noches. Muchas gracias, estoy mejorando. Quiero darte las gracias por no haberme delatado.—por más que tenía la sensación de que Iván era sincero, estaba a la defensiva frente a él.

—Clara tengo que hablar contigo de algo importante y si, tiene que ver con lo que te dije la última vez que nos vimos. De paso debo ser sincero contigo y pedirte disculpas.

—Mira Iván, ni siquiera a Valentino le dije. La realidad es que no me interesa...

—¡Pero es lo mínimo que puedo hacer! Por tí, por tu pérdida...

—¡Mucho menos! No quiero pensar en que quieras ponerle valor a la muerte de Mora.—me daba escalofríos darme cuenta de a dónde quería llegar Iván.

Valentino estaba ocupadísimo, pero me vió hablando con él y vino a dónde nos encontrábamos.

—Valentino, un gusto volver a verte. Los felicito por Connor, es increíble el cambio. Siempre venía al anterior restó, ahora vendré seguido aquí.

—Iván, muchas gracias. ¿Podemos ayudarte en algo?—era evidente que Val no quería que yo estuviera hablando con él, quería alejarme. Pero yo necesitaba escuchar a Iván, algo me decía que tenía respuestas a varias preguntas que yo me he hecho, sobre todo a una.

—Si no te incomoda Valentino, necesito hablar con Clara de algo delicado.

—En realidad si me incomoda. No hay secretos entre nosotros, somos dos almas transparentes. Lo que tengas que decirle, lo puedes hacer en mi presencia.—la situación me puso incómoda, puesto que no tenía idea de que era lo que Iván iba a decirme. Él suspiró, miró sus manos por un segundo y habló.

—Clara, debo disculparme contigo. Fuí yo quien te envió el mensaje a la madrugada...—tapé mi boca con mis dos manos, pensé en todo el tiempo que dediqué a averiguar quién había sido, me quitó el sueño y me angustió. De repente frente a mí tenía al culpable. Pero ¿por qué lo hizo? Valentino me miró enfadado, no entendía lo que dijo Iván y por mi actitud repentina se dió cuenta de que él no sabía de lo que hablábamos.

ᴍᴇ ᴅᴜᴇʟᴇs...Where stories live. Discover now