Capítulo 21: Primera vez.

Comenzar desde el principio
                                    

Su cara sale de mi cuello, quedando a centímetros de mi rostro y su mirada recae en mi cuerpo, que ya se encuentra prácticamente desnudo para él, me observa con un brillo distinto en sus ojos y me siento tan expuesta, ya que nunca había estado así con nadie que las ganas de cubrirme se hacen presentes.

– No te cubras.

Dice como si leyera mi mente, sus ojos conectan con los míos y sus pupilas están tan dilatadas que casi no se ve ese hermoso azul cielo que posee.

– Lo siento. – respondo con la respiración agitada – nunca había estado así con nadie.

Una sonrisa ladeada aparece en su rostro, dándole un aspecto tan sensual, tan bad boy que mi braguita comienzan a sufrir con la humedad que se esta haciendo presente en ella. Vuelve a inclinarse y sus labios comienzan a besar mi clavícula, bajando hacia la piel expuesta de mis pechos.

Sus manos nuevamente entran en contacto con mi piel, yéndose tras mi espalda haciendo que me arquee un poco sintiendo como desabrocha el sostén. Con lentitud arrastra los tirantes sacándolos de mis hombros deslizándolo fuera de mi cuerpo dejando mis pechos a su merced.

Mis manos no saben que hacer, mi cuerpo no sabe como reaccionar, estoy a su merced, que haga lo que quiera con cada parte de cuerpo. Mi respiración de acelera cuando siento sus besos sobre mis senos, bajo mi vista hacia él observando como uno de mis pezones desaparece entre sus labios.

– Diosa....– exclamo antes las sensaciones que me provoca su boca.

Besa, muerde y lengüetea mis pechos a su antojo, cuando uno de ellos están dentro de su boca su mano atiende el otro apretándolo y tirando el pezón. Mis manos comienzan a picar por sentir su piel, pero cuando las muevo para tocarlo choco con su camiseta.

Mi ceño se frunce y él parece notarlo porque puedo sentir como una leve carcajada choca con mi piel.

– ¿Qué sucede?

Pregunta alzando su rostro, lo observo por unos segundos sin dejar de fruncir mis cejas.

– T-tienes mucha ropa.

Digo presa por la vergüenza, mis mejillas comienzan a arder y su cuerpo se despega del mío quedando nuevamente como al inicio arrodillado entre mis piernas, con cada una sobre sus muslos.

– ¿Sí? ¿Y qué harás al respecto?

Su voz esta levemente mas ronca de lo normal y con un impulso de valentía al escuchar sus palabras me siento en la cama con el aun entre mis piernas y me acomodo para quedar sobre mis rodillas frente a él. Nuestros cuerpos están tan cerca que nuestros pechos casi rozan, alzo mi vista para conectar con la suya y mis dedos se mueven hasta el borde de su camiseta, mis yemas tocan sutilmente parte de su piel cuando arrugo parte de la prenda entre mis dedos y comienzo a subirla por su abdomen para poder retirarla de su cuerpo.

Con su ayuda la prenda sale por su cabeza dejando su tonificado torso y abdomen frente a mis ojos, mi boca se seca ante tal vista y humedezco mis labios antes de inclinarme hacia él para comenzar a dejar besos por su torso.

Mordisqueo suavemente su piel, con mis manos aferradas a sus caderas, pasando mi lengua por sus músculos sintiendo como se tensan con cada caricia, cada lamida, cada mordida y su respiración esta tan descontrolada como la mía.

Una de sus manos agarra mi mentón alejándolo de su cuerpo, acerca mi rostro al suyo dejándonos a escasos centímetros, pero no me besa, su respiración choca con mi boca y su mano libre puedo sentir como se desliza por mi abdomen hacia mis bragas.

Mis nervios comienzan a aumentan cuando llegan al borde de ellas y detiene sus movimientos.

– No haremos nada que no quieras ¿Estas segura que esto?

RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora