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        La brisa fría de octubre se colaba por la ventana del departamento haciendo que Wanda titiritara de frio, todas las luces del departamento estaban apagadas y lo único que se podía escuchar era el bullicio de los niños en las calles y el ru...

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        La brisa fría de octubre se colaba por la ventana del departamento haciendo que Wanda titiritara de frio, todas las luces del departamento estaban apagadas y lo único que se podía escuchar era el bullicio de los niños en las calles y el ruido del televisor.

Wanda prestaba atención a la película que se reproducía frente a ella, mientras estaba acurrucada en una manta que cubría la mitad de su cara. A pocos metros de ella estaba Leila, igual de acurrucada que la sokoviana, tanto que ante la vista de Wanda era un conjunto de almohadas y sabanas.

La cara de Freddy Krueger apareció en pantalla sobresaltándola y como acto inconsciente saltó hasta donde Leila debía estar topándose con que en realidad si eran almohadas y sabanas amontonadas.

⎯ ¿Leila? ⎯ Preguntó con su voz flaqueando un poco por el susto.

Unas manos se colocaron en sus hombro y Wanda soltó un grito, mientras se giraba en si misma. Al voltear se topo con Leila retirándose la mascara de su disfraz de Ghostface para carcajear más cómodamente.

La estruendosa risa inundo el departamento por unos largos minutos, por otro lado Wanda intentaba salir de sus sobresalto mientras soltaba palabrotas en sokoviano.

⎯ Perdón, no lo pude evitar. ⎯ Se disculpó la mutante en cuanto las risas terminaron. 

⎯ Casi me matas de un infarto ⎯ Se quejó su contraparte tomándose del pecho.

⎯ En serio lo siento, de saber que eras tan asustadiza no lo habría hecho. ⎯ Se disculpó nuevamente.

Wanda dudo un momento pero luego le restó importancía. ⎯ Ya no importa. ¿Por qué estas disfrazada?

⎯ Es Halloween, Wanda, la pregunta aquí sería ¿Por qué tú no estas disfrazada? ⎯ Dijo señalándola. 

⎯ No voy a disfrazarme para quedarme aquí. ⎯ respondió con simplicidad.

⎯ Es que tu no vas a quedarte aquí. ⎯ Corrigió Leila con una sonrisa traviesa.

⎯ Pero...

⎯ Shh, sin peros. En tu cuarto esta tu disfraz. ⎯ Le interrumpió y la levantó del sillón.

⎯ ¿A donde vamos?

⎯ Ya lo sabrás ⎯ Canturreó Leila mientras la empujaba por los hombros.

Y es que era imposible decirle que no a Leila.

⎯ ¡Es perfecto! ⎯ Chilló Leila con emoción al dar los últimos toques de maquillaje.

⎯ No lo entiendo. ⎯ Expresó su confusión la cobriza viéndose al espejo.

⎯ Pero si esta más que claro. Eres Wanda Maximoff, la vengadora, pero zombi. Jamás se me habría ocurrido una idea mejor para ocultar tu identidad sin mascara. ⎯ Explicó la de capa dando vueltas a su alrededor para ver que todo estuviese bien con su disfraz.

⎯ Sabía que era un zombi... pero no que era yo. ⎯ Dijo con una leve risa.

⎯ Ahora, si estas satisfecha con tu resultado podemos irnos. ⎯ Anunció  tomando las llaves del carro y de la casa.

⎯ Pero ¿A donde vamos? ⎯ Volvió a preguntar siguiéndola por el pasillo.

⎯ Viejo cascarrabias, si me escucha, saldremos. No nos esperes despierto. ⎯ Dijo en forma de despedida hacía Matthew e ignorando completamente la pregunta de Wanda.

Una vez en el auto ninguna de las dos hablo, Leila no puso música en la radio, en cambio, abrió las ventanas y colocó un gran bol lleno de paletas en medio del auto e indicó a Wanda que las entregase a los niños y que si quería tomara alguna para ella.

Fueron repartiendo dulces por todo el vecindario a los niños que veían, hasta que al fin aparcaron frente a un gran edificio que se veía costoso.

Al salir Leila enganchó su brazo al de Wanda y la guio por el lobby hasta los ascensores para al fin llegar al penthouse donde una gran fiesta se estaba llevando a cabo.

⎯ ¿Dónde estamos? ⎯ preguntó entonces Wanda.

Leila soltó un corto suspiro.

 ⎯ Bienvenida a la residencia Abbey, propiedad de Jay Abbey, o sea, yo. Lugar en el que se hacen las mejores fiestas del mundo, un placer recibirla. ⎯ Dijo con voz elegante Jay apareciendo de la nada. ⎯ No esperaba verlas por aquí.

⎯ ¿Ya terminaste tu teatro para que podamos pasar? ⎯ Hablo con burla Leila recibiendo una mueca de Jay.

⎯ Si, pero por favor, te lo suplico, no te acabes todo el alcohol. ⎯ Replicó el y fue el turno de Leila de "enojarse". ⎯ En un rato te buscare para hablar. ⎯ dijo cuando ya ella y Wanda habían avanzado.

Leila hizo una señal de "ok" con su mano y siguió avanzando aún con el brazo enganchado en el de Wanda. Al llegar a la barra la castaña pidió dos tragos, mientras saludaba a gente conocida sin separarse ni un segundo del lado de la ojiverde. 

A lo largo de la noche Leila fue llenando su vaso cada vez más seguido, se levantaba a bailar en la pista y hasta canto un par de canciones en el karaoke. Mientras, Wanda solo reía mientras la veía hacer locuras, protegía que sus tragos no fueran alterados y recibía halagos sobre lo original de su disfraz.

Aunque la ojigris lucía como si no tuviese ni una gota de alcohol en su organismo, la verdad era que ya estaba borracha desde hace una para de horas atrás, y esto lo demostraban las incoherencias que decía.

⎯ Wanda, Wanda. ⎯ Le llamó mientras parpadeaba muy rápidamente. ⎯ ¿Te cuento un chiste? ⎯ preguntó con una ancha sonrisa.

La sokoviana riendo un poco aceptó parando de bailar. ⎯ Cuéntalo.

⎯ Había un perro que se llamaba pegamento, ¿Sabes que le paso cuando se cayó? ⎯ Dijo entre risas.

⎯ No sé, ¿Qué le paso? ⎯ preguntó Wanda siguiéndole el juego.

⎯ ¿Qué le paso a quién? ⎯ preguntó desconcertada.

Wanda soltó una carcajada que Leila continuó aunque estaba segura que no entendía porque reían. De un momento a otro paró de reír y se le quedó viendo a la cara mu fijamente.

⎯ ¿Pasa algo? ⎯ Le preguntó la ex vengadora luego de un par de minutos.

⎯ ¿Sabías que eres muy, muy, muy linda? ⎯ Preguntó ignorando la pregunta anterior.

⎯ No ¿Por qué lo dices?

⎯ Porque eres muy bonita. ⎯ contestó. ⎯ ¿Tienes novio?.

Wanda negó riendo.

Y de un momento a otro todo fue muy confuso.

Leila avanzó hacía ella pronunciando incoherencias. 

Wanda reía mientras la castaña la abrazaba.

Y de un segundo a otro todo se detuvo, la música paro de sonar, las personas a su alrededor dejaron de moverse, el mundo entero se paralizó.

Los labios de ambas chicas se encontraron hundiéndose en un profundo beso, uno que libero una magnitud de problemas luego.

Un beso del que una sola persona estaba consiente. 





𝐋𝐎𝐕𝐄𝐑¹ ― W. MaximoffDonde viven las historias. Descúbrelo ahora