Reencuentro y Reorganización Parte II

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Todos salimos de la sala de mapas en patota, en busca de los recién llegados. Dos siluetas emergen de la Puerta Norte. Tengo que entrecerrar los ojos para distinguirlos mejor. Al parecer son un chico y una chica, ambos rubios. Cuando la imagen se vuelve más nítida, reconozco el rostro de Peeta y corro a abrazarlo.

Mientras atravieso el campo, un recuerdo aparece fugazmente en mi mente y la sensación de sus dedos cerrándose con fuerza en mi garganta me estremece. Estoy a punto de detenerme, por miedo a que vuelva ocurrir, pero decido arriesgarme.

Por suerte, Peeta me recibe con los brazos abiertos y nos fundimos en un largo abrazo. Él deposita su mano en mi cabello y me acaricia la cabeza con suavidad.

Cuando por fin me aparto, notó que su ropa está manchada de sangre.

- Oh, Dios - exclamo -. ¿Qué te ha sucedido?

- Nada importante, no tardará en sanar - explica, aunque, por más que intente ocultarlo, aun percibo algo de dolor en su rostro -. Espero no regresar jamás. Nos encontramos con un gigante que casi nos aplasta con sus apestosas e inmensas patas.

- ¿Nos? - pregunto, aunque no debería haberlo dicho en voz alta.

Me doy vuelta y presencio el reencuentro entre Percy y Annabeth. Parecen tan felices juntos.

- Así que te aliaste con la semidiosa - comento, intentando sonar lo menos celosa posible.

- Nuestros caminos se cruzaron - responde Peeta, a la defensiva -. Estuvo a punto de rebanarme la cabeza.

- Muy bien, tortolitos - anuncia Thomas, interrumpiendo nuestra conversación -. Hora de reorganizarnos. Somos diez y nos dividiremos en grupos de tres. El primer grupo será el de los Corredores, que deberán regresar al Laberinto en busca de los demás Tributos y la salida. ¿Algún voluntario?

- Yo tengo una pistola - se ofrece Tris, levantando el arma -. Además, necesito recuperar a Tobias.

- Bien - dice Thomas -. ¿Alguien más?

- Supongo que yo podría - dice Jace. Está apoyado contra un árbol, con las manos en los bolsillos -. No me vendría mal patear unos cuantos traseros para desahogarme. Será divertido.

Después de una pequeña pausa, Bella habla:

- Yo también voy.

- Genial, entonces ya tenemos a nuestros corredores - anuncia Thomas, entusiasmado -. También necesitaremos apoyo logístico; alguien que resuelva el acertijo que esconde el Laberinto, alguien que busque pistas e indicios, que planee y calcule las estrategias.

Hermione levanta la mano automáticamente y Annabeth también se ofrece.

Acto seguido, volvemos a silenciarnos. Como nadie habla, decido apuntarme. He resuelto acertijos antes. De hecho, fui yo quien descubrió que la Arena del Vasallaje era un reloj. Estoy segura que puedo descifrar esta también.

- Bien, entonces los demás deberán organizar las provisiones y los alimentos - dice el muchacho -. Percy, te toca el agua. Peeta, tengo entendido que sabes hornear. Y Susan, tu puedes encargarte de los animales y la asistencia médica. Podrán empezar a trabajar con algunas cosas que nos han dejado en la Caja y la Cornucopia.

- Espera un segundo - lo interrumpe Jace -. ¿Y qué harás tú?

- Supervisar las tres áreas - responde Thomas -. Puedo ir dividiendo mi tiempo para colaborar en todas.

A Jace no parece agradarle la actitud de liderazgo de Thomas, por lo que pone lo ojos en blanco y decide ignorarlo momentáneamente.

- Okay, entonces que estamos esperando - dice el Antiguo Corredor -. Pongámonos manos a la obra.

Los Juegos LiterariosWhere stories live. Discover now