Dos personas de mundos diferentes...
Ya los conocemos...
Pero las cosas han cambiado... al igual que ellos...
Ella sabe que el mal se acerca... le esta pisando los talones...
El la ve... la ve mas que como una amiga...
Los secretos siguen... pero el...
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Ron se esforzaba en cada entrenamiento, juro que noto su esfuerzo, pero algunas veces creo que sus inseguridades le juegan una mala pasada, lo peor es que había terminado tan golpeado en algunos entrenamientos que eso solo hacia que la señora Weasley cuestionara mis métodos de enseñanza.
Pero yo soy de la misma filosofía de enseñanza que mis padres, se aprende en la práctica, se aprende analizando en que te equivocaste, y si eso requiere muchas veces que salgas un tanto lesionado pues solo tienes que analizar lo que hiciste mal para no volver a hacerlo y evitar salir lesionado.
Ya se imaginara como aprendí a jugar quidditch de niña, fue divertido y doloroso, una buena anécdota, yo era muy callada y se me ocurrió decirle a mi hermano que me enseñara, a Theo no le pareció una buena idea, él sabía que yo era mas de libros que de deporte, como él, al final si aprendí y me volví muy buena, y no es por tirarme flores ni nada, pero soy buena, pero me dolió aprender.
El sonido seco del golpee de la Quaffle contra el hombro de Ron resonó en el patio y un quejido salió de la boca del pelirrojo.
― ¡Concéntrate Ron! ― le grito por tercera vez en lo que va de la práctica, al menos ahora ya se le pasan menos pelotas, pero las que logra atajar lo hace con su cuerpo y de forma accidental y muy dolorosa según él.
― ¡Esa vino muy rápido! ― se excusó ― ¡En el partido te van a lanzar pelotas a mas velocidad y de manera más agresiva! ―.
Tome la quaffle de nuevo y la lance y Ron logro bloquearla con un puñetazo.
― ¡¿Descansamos?! ― me preguntó con cara de sufrimiento.
― Si, descansemos ― había sido un entrenamiento agotador para ambos y mañana ya teníamos que partir a Hogwarts.
Fred y George toda la semana se habían burlado de Ron al verlo según ellos fracasar estrepitosamente cada día.
Harry parecía desconectado de todo, estaba volviendo a alejar a todos como si él fuera el problema, Hermione estaba feliz, Draco le había dado un regalo antes de iniciar las vacaciones y la leona estaba más que contenta con su regalo, era un collar nada ostentoso a la vista con un dije en forma de cabeza de una leona con la mitad del cuerpo con una serpiente enrocada en su cuello en forma de collar.
A Hermione le gustaba porque no sabia su precio, sencillo y todo, pero el león y la serpiente estaban hechos de oro y plata, pero preferí no comentar nada del collar.
― Estas pensativa de nuevo ― volteé a mirar a Fred y negué ― Esta vez no es nada malo, lo juro ―.
Fred había estado viniendo cada noche a dormir conmigo, a escondidas de su madre, y se iba en las mañanas a la hora que yo me despertaba, que era demasiado temprano para su gusto, pero la hora propicia para que la señora Weasley no se diera cuenta de que él no paso la noche en su habitación.
