Dos personas de mundos diferentes...
Ya los conocemos...
Pero las cosas han cambiado... al igual que ellos...
Ella sabe que el mal se acerca... le esta pisando los talones...
El la ve... la ve mas que como una amiga...
Los secretos siguen... pero el...
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Me despierto asustada sudando y veo a Sirius parado en la puerta asustado con los pelos revueltos.
― ¿Estas bien? ― me pregunto mientras se acercaba a mí, me pase las manos por el cabello tratando de acomodarlo un poco.
― Si... creo que si ― le respondo mientras trato de recuperar el aliento.
― Debe haber sido un pésimo sueño, gritaste y toda la casa se removió creí que era un terremoto, pero eras tú ― mire la habitación y todo estaba roto a mi alrededor, esparcido por todas partes.
― ¿Qué soñaste? ― me preguntó de forma cautelosa Sirius.
― Algo que va a traer muchos problemas ― le respondí recordando lo que había visto.
― Bueno, supongo que si me respondes solo eso es porque no tengo la necesidad de saber más, así que iré a traerte un vaso de agua y... solo trata de respirar ― asentí al darme cuenta que estaba respirando de forma errática.
Sirius salió de la habitación, dejándome sola, esos seres no debieron estar ahí, ¿Quién los envió?, aunque esa pregunta ya está respondida, solo significa que ya tiene más fuerza de la que los demás creen, el día se acerca muy rápido.
La casa de Sirius en estas semanas había sufrido algunos daños, por mi culpa, eran muchas visiones y demasiadas pesadillas.
Harry... ¿Por qué le suceden tantas cosas malas? ― Toma ― me ofreció Sirius el agua.
No me quitaba la mirada de encima, sé que tiene muchas preguntas, todas las personas que conviven conmigo las tiene, y la verdad es que desde que vivo aquí, mi mente no se ha dejado de hacer preguntas.
― ¿Quieres que hablemos? ― lo mire y asentí.
― Pero no de eso, solo... no creo que sea prudente que lo sepas ― Sirius sería capaz de ir en busca de Harry, y aunque ya es libre, lo último que necesita es que se le acuse de algo.
― Bien, ¿de qué quieres hablar? ― se sentó en mi cama y yo lo mire con una pequeña sonrisa.
― Cuéntame de cuando eras niño, necesito pensar en otra cosa ― Sirius asintió y comenzó a contarme anécdotas de su niñez y adolescencia.
― Me marche de casa, creo que mi madre celebro cuando lo hice, solo me dolió dejar a Regulus, tu madre se separó de esta familia casi al mismo tiempo que yo, se fue con tu padre, y mi madre quemo sus cosas y su habitación, jamás le agrado mucho la esposa de mi tío y por lo tanto tampoco Atenea, creo que por eso lo hizo ― Sirius hablaba con cólera de su madre.
― En un principio pensé en irme con tus padres y con Isis, pero al final me fui con James, los Potter me aceptaron como a otro hijo ― no sabía que pensó en irse con mis padres.
― Papá me habla mucho de ti, y James también ― Sirius levanto las cejas y rio.
― En definitiva eres la chica más rara que he conocido, y he conocido muchas ― esta vez me reí yo.
