UNSTOPPABLE ── wayne/kent

🦹🏻‍♀️ ▋MAR'I

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CAPÍTULO NUEVE.
𓄹 ִֶָ ⋆ DESCONFIANZA ✦ ֶָ֪ׄ
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  TAL VEZ ME EXCEDÍ. Eso pensé mientras caminaba al lado de Lian por la entrada de la escuela. Robin, o Damian, parecía tan enojado que hasta pensé que me iba a atravesar con algo. Solo quería hacer las pases, papá me dijo que debía saber cuándo te equivocabas y debías disculparte.

Había sido un poco cruel con él al llamarlo "desagradable", pero él me había rechazado por tercera vez ayer. Tal vez sea mejor ignorarnos y hacer como si nunca nos vimos. No creo que consiga acercarme a alguien que no quiere tener a nadie cerca suyo.

Solté un suspiro y sentí la mirada confusa de Lian sobre mí.

—¿Y ahora qué te pasa?

—La vida humana —miré desganada hacia adelante,— es muy complicada.

—¿A qué te refieres? —me miró con las cejas alzada y reprimiendo una sonrisa.

—La amistad —solté, volteando hacia ella y deteniendonos en medio del pasillo casi vacío—. Aquí es muy complicada, ¿por qué tengo que congeniar con la otra persona? En Tamaran si alguien te daba la cabeza de una bestia era más que suficiente para ser amigos.

El rostro de Lian pareció atónito y luego sonrió.

—No pienses darme una cabeza de nada, por favor —rió.

Solté una risa pensando en esa posibilidad. Sería un largo viaje para encontrar una bestia, pero...

—Grayson.

Una voz conocida provino de detrás mío, por la expresión de sorpresa de Lian pude imaginarme quien era, pero aún así estaba sorprendida.

Ver a Damian ahí, frente a mí persona, solo pude pensar en ¿Debo hacer cómo si lo estuviera conociendo por primera vez? ¿Sigue enojado?

—Oh, vaya. Hola, Damian —saludé con una sonrisa forzadamente extraña, podía sentir la mirada de Lian sobre mí nuca.

Los ojos de Damian me estrecharon con remordimiento.

—¿Podemos hablar?

¿Hablar? ¿Hablar de qué?

Tanto yo como Lian alzamos las cejas ante la sorpresa de sus palabras.

—¿Claro?

Algo confusa lo seguí unos pasos lejos de Lian, quien permaneció a la distancia mirándonos como si fuéramos lo más raro que había visto en todo el día.

—¿De qué quieres hablar?

—Debo asegurarme de que no le digas a nadie sobre mí identidad —soltó, escaneandome con los ojos—. ¿Se lo dijiste a alguien?

—No —por reflejo, casi di un paso atrás al verlo dar uno adelante.

No me culpen, siento que me hará algo.

—Si dices algo me encargaré de ti, Grayson —soltó en un susurro, tan cerca que me hizo contener el aire.

¿A esto se le llama intimidación? ¿Piensa asesinarme?

—No puedes asesinarme —lo miré enojada.

—¿Asesinarte? —y de repente, el entrecejo fruncido fue suplantado por la sorpresa—. Me refería a sacarte del equipo.

—Ah —creo que me excedí al pensar que me mataría—. Espera, no puedes sacarme del equipo...

—Puedo hacerlo, soy el líder —se señaló a sí mismo como si fuéramos niños peleando por sus juguetes.

—Te aprovechas de tu cargo —me crucé de brazos y me incliné levemente, acercando más nuestros rostros.

Es bajito, que loco.

—Puedo hacer lo que quiera mientras tenga el mando —él hizo la misma acción.

A este punto parecía que ambos íbamos a lanzar rayos por los ojos. Bueno, al menos yo no lo hice realmente.

—¿Por qué me buscas para decirme esto?

—Porque debes saber en el problema que te meterías si me entero que abriste tu boca y...

—Que no le dije a nadie —lo interrumpí, cansada de que desconfiara demasiado en mí.

—Tal vez ahora —él me miró directamente a los ojos unos segundos y luego miró sobre mí hombro en dirección a Lian—, pero quien sabe si sueltas algo en el futuro. Harper es una buena amiga tuya, ¿no? Creo que sería a la primera a quien le dijeras.

—No se lo diré, porque no me interesa decirle a nadie que el tipo que aterroriza al equipo resulta ser el hijo de Bru...

Su mano fue directamente a mí boca para callarme.

—¿Ves? No puedo confiar en ti —giré mis ojos al escuchar sus palabras—. Tch, eres tan descuidada —miró al rededor si había alguien cerca, para su suerte no.

Alejó su mano de mí cara.

—Eres un paranoico, nadie en esta escuela tiene una audición como la de Jon para que escuchara lo que acabo de decir.

—Subestimas el potencial de las personas metiches —volteó sus ojos en mí dirección nuevamente—. Cómo tu.

—Fue un accidente, quería disculparme.

—¿Entrando a mí habitación? —apretó la quijada.

—La puerta estaba abierta, pensé que no estabas, solo iba a dejar un paquete sobre tu cama y me iba a ir.

Hubo unos segundos de silencio en los que Damian me miró a los ojos como si estuviera buscando alguna respuesta, no comprendí bien lo que quería encontrar en mis ojos, pero comencé a sentirme nerviosa.

—No puedo confiar en ti.

—No confías en nadie —bufé por lo bajo.

Él solo me dio una mirada antes de seguir hablando.

—Serás mí compañera de ahora en adelante, solo para mantenerte vigilada.

—Pero yo ya tengo a...

Volteó y se alejó unos pasos, antes de voltear de lado y mirarme unos segundos en los que dijo:

—Espero que estés a la altura.

Y sin más se alejó.

¿Él decía eso cuando es el más bajo entre los dos?

(...)