🎃 Décimo Tercera Noche 🎃

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Casi se me va la hora otra vez xD todo por la actualización del Genshin dónde no me salió nada del nuevo banner, para colmo.

Disclaimer: Tokyo Revengers y sus personajes, no son de mi propiedad. Le pertenecen a Ken Wakui. La historia es un extracto de "Historias macabras en hospitales" del podcast "Relatos de la noche"

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Mikey había estado desviando la atención de los demás, para que no lo presionaran a narrar su historia. Era un tanto difícil hablar de ello pues, pudo haberse quedado sin nada esa noche.
Se bañó, se arregló y le pidió a Emma qué por favor, lo peinara.

Kenchin no iba a pasar por él, quedaron de verse en el bosque. Le gustaba mucho pensar en Draken. Sonreía involuntariamente cuándo pensaba en su novio. Se sentía suave y cálido cuándo estaba con él. Era, sin duda, quién lo hacía más feliz. Lo amaba, más de lo que alguna vez pensó amar.

Emma y Mikey bajaron de la Babu. Ken se acercó a recibirlo con un beso y lo tomó de la mano para poder acercarse a dónde se encontraban sus amigos.

—Uy hasta qué el otro tortolo se digna en aparecer— Baji comenzó a molestar a Manjiro.

—Ya ves, los héroes llegamos en el último momento, Ed.

—¿Quién nos falta todavía? — Mitsuya miró a todos detenidamente. Draken levantó la mano de su novio.

—Si, si, Kenchin~ ya voy. Pero abrazame ¿sí?— el más alto hizo lo que su pareja le había pedido— Cuándo tenía 6 años, viajé con el abuelo y Shinichiro a Kioto. Regresamos en el autobús nocturno, que iba con destino a Tokio. Esa noche, no supe bien cómo pasó, pero el autobus tuvo un accidente. Mi hermano me llevaba en brazos, puesto que me había quedado dormido. Al despertar, estaba fuera del autobús, no entendía cómo llegué ahí.

Observé a mi alrededor y vi mucho dolor y sufrimiento. Mucha gente herida, y también, gente que había fallecido. Por alguna razón, comencé a llamar a mí mamá, aunque sabía que ella no iba con nosotros. No supe decir con quién iba y tampoco llevaba algo qué me identificara. Me subieron a una ambulancia junto a otra persona, que tuvo la suerte de salir ilesa. Por lo poco que pude escuchar, el hospital más cercano estaba llenándose a causa de los heridos de gravedad. A mí, me llevarían a una clínica que era muy pequeñita, en otro pueblo a unos cuántos kilómetros.

Cuando llegamos, el lugar parecía más una tienda que una clínica. Nos recibió el doctor que parecía haber estado dormido. Salió a abrirnos la puerta, al parecer no atendían muchas emergencias ahí. Revisó al señor que iba con nosotros y éste luego se marchó en una patrulla que pasó por él. A mí me revisó el médico y, cuándo le dijeron cómo me habían encontrado, se sorprendió de que yo tuviera golpes tan leves. Un policía que llegó casi junto a nosotros, me pidió mi nombre y me preguntó con quién viajaba. Me dijo que encontraría a mi familia y que intentara descansar.

El médico se quedó conmigo un rato más y me llevó a una habitación. Me dijo que lo único que podía ofrecerme, era un lugar en una de esas camillas, para que durmiera hasta que alguien viniera por mí. Sin decir nada, me subí a una de las camillas y el cerró la habitación. Al parecer, no había encendido la luz, para no despertar a la mujer que estaba durmiendo al fondo. Yo estaba muy asustado, temía por mí familia, pero pronto dejé de pensar en mí, pues la mujer comenzó a llorar. Me dio pena preguntar qué tenía, ella tan sólo lloraba.

Por la luz que entraba del pasillo, alcancé a verla de espaldas, en posición fetal. Estaba por quedarme dormido, cuando escuché una conversación en el pasillo. Por alguna razón, hizo que la mujer llorara más fuerte, casi como si quisiera que la escucharan. La conversación cesó, pero ella continuó llorando.

Yo ya me había dado vuelta hacia la pared, pero me preocupé por aquella mujer. Me giré hacía ella y vi que ya estaba sentada sobre la cama. Estaba oscuro, pero podía reconocer su silueta sin problemas. Giró su cabeza hacía mí, por alguna razón, me dio pena que notara que yo la estaba viendo llorar y cerré los ojos en ese momento. Quise fingir que dormía.

Entonces, ella se calló, escuché correr sus pies descalzos hacia la camilla a mi lado. Rechinó cuando se acostó, escuchaba su respiración muy cercana a mí, luego comenzó a llorar de nuevo. Lloraba muy cerca de mí. Las camillas no estaban una tan cerca de la otra, pero sentía qué lo hacía a unos centímetros de mi rostro. Luego, se volteó.

Escuché cómo se movía la camilla. Se había puesto de espaldas a mí y entonces, abrí los ojos por un momento. Ahí estaba ella, de espaldas, sólo podía ver su pelo ondulado y esa bata azul. Entonces, su llanto comenzó a escucharse más fuerte y ahora con quejidos de dolor. Le pregunté qué sí estaba bien, pero ella no me respondía, y afuera, de nuevo dos personas estaban conversando. Me levanté y salí al pasillo para pedirles ayuda. "Quizá eran doctores" pensé, pero no los vi.

Caminé un poco y llegué al pasillo de la recepción, estaba completamente solo y cerrado. Regresé y me dirigí al fondo del pasillo. Ahí, había una puerta de madera entreabierta, salían unos ronquidos desde dentro. La abrí y prendí la luz, el médico estaba durmiendo en un silloncito y dejó de roncar al mismo tiempo que la habitación se iluminaba. Se volteó hacia mí y me preguntó si estaba bien. "La señora no deja de llorar" le dije "parece qué algo le duele mucho". Se levantó, tomó la cobija con la que estaba tapado y me acompañó de vuelta a la habitación dónde estaban las camillas.

Cuando llegamos, prendió la luz y, no había nadie. Tan sólo me dijo "Voy a dormir aquí. Vamos a dormir con la luz encendida ¿Está bien?". Yo, en mi inocencia, entendí y me volví a acostar mirando a la pared. Él se acostó en la contigua. Ya no escuché nada, y por la mañana, mientras esperábamos al oficial que iba a pasar por mí, me confirmó que no había nadie más con nosotros en la tiendita anoche.

Mi abuelo estaba golpeado, pero bien, y Shinichiro tenía algunas lesiones por haberme protegido. Afortunadamente, se recuperaron muy pronto.

—Debió ser muy duro para ti, Mikey-kun— Hinata acarició el brazo del más bajito.

—Si, tuve mucho miedo— Ken apretó contra su pecho a Mikey, dejando un suave beso en su mejilla. Tratando de cambiar esa sonrisa, que su novio siempre ponía para aparentar qué todo estaba bien.

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Wakui se empeña en hacerme enqlar de sus personajes, Wakasa supremacy 🥵👌

Ya casi llegamos a los 3k de lecturas 💖💖💖💖 Mil gracias.

Les amo 💖💖💖💖

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