capítulo 10 | incomodo

Comenzar desde el principio
                                    

Al no recibir respuesta volvió a hablar pero lo miré dudando de eso, siempre que practicamos yo a penas si podía lanzar un golpe y por el mismo impulso irme de lado, el siempre terminaba burlándose de eso.

—¡Maia!— veo su mano volar por el aire a velocidad estrellándose contra mi cadera para despertarme de mi ensimismo, por que estaba en modo tiezo mirándolo como si esperase que una fuerza del más allá me haga golpearlo. —Joder ¿por qué debo repetirte las cosas tantas veces?— sus cejas se hunden y pronto lo vi salir de sus casillas como siempre, por que donde dicen, paciencia, Kenny no entra.

—te dije que estoy cansada — me defiendo no obstante.

—¡ah! claro, en la vida real te tendrán piedad por estar cansada— suelta una risa mientras sus manos posan sobre sus caderas, su cabeza se mueve de un lado a otro y mira a un costado demostrando que estaba siendo sarcástico. Ruedo los ojos ejerciendo la misma acción, solo que yo por el fastidio de su actitud. Es decir si, tengo que entrenar pero joder, no puedo más.

—Kenny, por favor no conviertas esto en una pelea—

Kenny gira sus ojos marrones sobre mi tras escuchar eso, entonces su cabeza se inclina y me mira ahora fijamente. —¿sabes?, eres por mucho la reclusa más inútil que he tenido en todo mi trayecto en este negocio— 

—No soy una inútil, por favor ya deja de llamarme así— me ofendo.

—entonces no me hagas perder el tiempo— abre los brazos abriendo los ojos casi como si me estuviera reprochado y lo entendí.

—Lo intento...—

—debes intentarlo mejor, ni siquiera puedes golpear un saco de box sin romperte una uña— se burla y una vez más empiezo a sentirme como en principio, inútil, tal cual él repite una y otra vez. No digo nada, solo Desvío la mirada intentando sacarme de la tensión en la que me venía metiendo. —me dará gusto ver que harás cuando los hombres a los que tu padre les debe dinero, Vengan por él—

Sus cejas se levantan al compás de sus hombros, esa vez no se reía pero se notaba su intención por burlarse, y ahí la imagen de Michael tirado con la sangre rodeando su cuerpo y repertorio de imágenes que tuve ese día de él y mi familia muertos llegó a mi mente, la piel se me erizó y de pronto me entró coraje.

—te odio-— susurro en un intento desmedido por insultarlo, pero mi Voz se había debilitado. Kenny sabe que el tema con mi familia es algo delicado para mi y aún así, se atreve a burlarse.

—No Maia, tu no me odias— dice tan confiado que dolió, por que tras decirlo me di cuenta de lo cerca de ser cierto que estaba eso, yo no lo odio y eso me molestó más. Dio un paso al frente y ya estábamos cerca, respirando la incomodidad del momento uno frente al otro. —odias saber que tengo razón— Inclinó la cabeza a un lado mientras sus ojos fijos en mi rostro penetraban mi alma. —odias el hecho de que me necesitas para hacer algo por tu familia y quizás por ti misma...—

—es suficiente— le interrumpo. No iba a admitirlo en voz alta pero tenía razón.

—¿no quieres protegerlos?— cuestiona.

—si quiero— soy sincera.

—entonces protegelos...— pero quedo en silencio aún observándolo frustrada. —yo soy esa gente que quiere lastimarlos ¿que harás?— vuelve a dar un paso al frente tratando de intimidarme, tratando de que sienta rabia y vaya que lo lograba. Lo vi venir a mi y de pronto ya no tenía a Kenny en frente, de pronto habia un hombre alto, robusto y corpulanto con el vientre abultado y aspecto de barrio, sonreía cual desquiciado mientras Michael estaba tirado en el suelo muerto, mi madre atada y herida a su espalda, y mi padre herido entre sus manos. Me miraba y entre risas repitia una y otra vez ¿que harás al respecto?

Another perspectiveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora